Porsche Boxster (2012) | Impresiones del interior

19/03/2014 |Alfonso Herrero

El Porsche Boxster tiene un habitáculo con espacio longitudinal y altura suficiente para que puedan acomodarse ocupantes de casi dos metros de estatura (mediciones de km77.com). Tras los asientos delanteros no hay nada de espacio, ni siquiera una repisa donde poder dejar los abrigos en invierno, el bolso o un maletín.

Los únicos huecos son la guantera (imagen), unos cajones en las puertas (imagen) y el que hay bajo el apoyacodos central (imagen), y de estos, sólo la guantera se puede cerrar con llave, algo fundamental en un coche que se puede dejar aparcado sin techo.

A cambio, hay dos maleteros —completamente tapizados—, uno situado bajo el capó delantero y otro en la parte posterior (con luz), tras el motor. Entre ambos suman 280 litros de capacidad. No es mucho pero sí considero suficiente para el equipaje (normal) que pueden llevar dos personas en un viaje. El delantero (150 litros) tiene poca anchura pero es profundo, lo que permite colocar dos maletas apiladas (imagen); el trasero (130 litros) es algo más ancho y menos profundo (imagen. En él se encuentran los tapones del aceite (imagen) y el líquido refrigerante del motor (imagen).

El puesto de conducción es bueno. El asiento se puede colocar bajo y el volante alejar mucho del salpicadero, algo que agradecerán los que gusten de conducir con las piernas estiradas. Los asientos de la unidad que hemos probado tenían, además de los ajustes habituales, uno para regular la longitud de la banqueta (imagen de los mandos); también estaban calefactados y ventilados. Ambas funciones muy recomendables en cualquier coche, y especialmente en éste que es descapotable.

Los asientos me han parecido cómodos y la sujeción que proporcionan es adecuada para un uso normal. Posiblemente en un circuito se eche en falta ir más sujeto y por ello Porsche ofrece dos tipos de asientos que recogen mejor el cuerpo, llamados «deportivos Plus» (imagen comparativa) y «Bucket». El reposacabezas no es regulable en ninguno de ellos, ya que forma una pieza única con el respaldo. Ninguna de las personas que han ido en el coche se ha quejado de que le quedasen mal ajustados.

Como en todos los modelos de Porsche, la cerradura para el arranque está a la izquierda del volante (imagen) y la información que hay a disposición del conductor es mucha y útil. En la pantalla que hay en el cuadro de instrumentos (imagen), es posible visualizar la temperatura y presión del aceite (imagen), la información del ordenador de viaje (imagen), un cronómetro (imagen), un gráfico con las aceleraciones longitudinal y transversal (imagen), datos del equipo se sonido (imagen) y del teléfono (imagen), el mapa del navegador (imagen).

La distribución de información y mandos (imagen) es muy similar a la de los últimos modelos de Porsche. Este volante es opcional para la versión con cambio automático, el de serie es este otro. La diferencia principal entre ambos son los mandos para seleccionar las marchas. El primero tiene unas levas de gran tamaño, la izquierda para reducir (imagen), la derecha para subir marchas (imagen); el otro tiene unos interruptores (los que aparecen de color gris) en los brazos que van colocados horizontalmente. Cada uno permite subir y bajar de marcha, según el sentido en que se pulsen. A mí me gusta más el opcional, cuyo único inconveniente es que no permite tener mandos para manejar algunas funciones del equipo de sonido y el de serie sí opcionalmente (imagen del volante sin mandos).

Este reloj-cronómetro también es opcional. Forma parte del paquete Sport Chrono (cuesta unos 2200 euros) e incluye también el botón «sport plus» que modifica la respuesta del motor, la suspensión, la caja de cambios automática y añade la función de salida rápida «Launch Control».

El freno de estacionamiento es eléctrico y se acciona mediante un interruptor que hay en el salpicadero (imagen). Funciona al revés que una palanca de freno: levantándolo, libera los frenos y empujándolo los bloquea. Esto es así para evitar un accidente si se pulsa sin querer.

Los materiales de recubrimiento, tanto el cuero como los plásticos, son de calidad, los ajustes son buenos y hay detalles de calidad, como el tapizado del interior de todos los huecos donde se pueden dejar objetos. En nuestra unidad, al circular por asfalto en mal estado, se oía un ruido procedente de algo que vibraba en las puertas; no ocurría siempre.