Porsche Boxster S (2005) | La referencia por estabilidad y reacciones como deportivo

24/02/2005 |Enrique Calle

Para encontrar alguno que vaya mejor hay que buscar entre deportivos mucho más potentes, caros (y menos adecuados para utilizarlos como coche habitual) o con un planteamiento distinto, como el Mitsubishi EVO.

A varios miembros de la redacción de km77.com nos parece que el Boxster tiene todo lo bueno de un Porsche 911, pero no las peculiares reacciones que éste tiene en determinadas ocasiones, que no aportan nada y hacen al coche más difícil de conducir. Lo aspectos positivos que ambos comparten son la excelente motricidad y eficacia en carreteras lentas. A favor del Boxster está el hecho de que es mucho menos sensible a los cambios de apoyo en curva y a levantar repentinamente el pie del acelerador en momentos delicados. Estas acciones con un 911 pueden provocar un delizamiento de las ruedas que puede terminar en sobreviraje; un Boxster es mucho más complicado que pierda la trayectoria por inercia. Con los neumáticos opcionales Michelín Pilot Sport en medidas 265/35 ZR 19 94Y (las traseras) y 235/35 ZR19 87 Y (las delanteras) el nivel de adherencia del Boxster es muy elevado.

En cualquier caso, como son coches potentes y estables cualquiera puede ir rápido conduciendo mal; pero sólo un conductor bueno lleva un 911 de forma veloz y armoniosa.

Para quien encuentre satifacción en un coche donde los kilómetros pasen sin darse cuenta, el Boxster no es un coche adecuado. Como es sensible al estado de la carretera, es un coche con el que hay que «trabajar» sobre el volante, más que con otros de potencia parecida. La suspensión absorbe sorprendentemente las irregularidades si son pequeñas, pero si hay baches grandes, la carrocería se mueve verticalmente con cierta violencia. En este caso el coche no se desplaza lateralmente, ni rebota, pero puede ser necesario hacer pequeñas correcciones para marcar bien la trayectoria.

El Boxster tiene como opción la suspensión adaptativa (PASM, 1.664 €). Lo interesante de este sistema es que cambia la dureza la de amortiguación automáticamente (en función del estado de la carretera o del tipo de conducción) sólo cuando es necesario. Es decir, la amortiguación es cómoda cuando es posible y dura cuando es necesario.

Adicionalmente el conductor también puede seleccionar el modo menos flexible de amortiguación en cualquier momento mediante un botón en el salpicadero: lo que se consigue de esta manera es que el coche sea incómodo (por duro) cuando no es necesario.

El PSM (de serie) está muy bien conseguido para un tipo de conducción muy deportiva. Con él conectado puede haber deslizamiento de las ruedas; por ejemplo si el conductor acelera fuerte sobre suelo con baja adherencia el coche puede iniciar un sobreviraje que hay que compensar haciendo contravolante. Si la guiñada pasa de un cierto punto el PSM coloca inmediatamente al coche en su sitio. Es lo más parecido a no tener control de estabilidad pero con el nivel de seguridad que sólo se puede conseguir con este sistema.

El «Paquete Sport Chrono» (819 €) consta de un cronómetro (digital y analógico) y la posibilidad de cambiar (con un botón en el salpicadero) el tacto del acelerador y el funcionamiento del PSM a un programa más deportivo. He notado muy poco cambio en el acelerador (se nota más en otros coches que tienen un sistema parecido, como BMW). Tampoco he notado cambios sustanciales en el funcionamiento del PSM. Salvo si se da alguna importancia a tener cronómetro, creo que es una opción que se puede prescindir sin perder cualidades.

Otra cosa que distingue a este coche son sus frenos. Frena en distancias muy cortas y su resistencia al calentamiento es muy grande. En muchos otros coches potentes (como por ejemplo un BMW M3) los frenos son el límite en una conducción fuerte por carreteras lentas. En los Porsche no. Si se castigan los frenos de forma continuada se puede llegar apreciar que el pedal se hunde un poco. Lo que no he conseguido apreciar es una pérdida capacidad de frenada. Cuando están muy calientes se escucha un chirrido metálico como si las pastillas rozaran con los discos y un sonido bronco al frenar a baja velocidad. Este ruido desaparece cuando se enfrían.

Estas consideraciones están hechas con los frenos de serie que ofrece Porsche. Opcionalmente puede tener unos frenos cerámicos (PCCB, que se distinguen porque las pinzas van pintadas en amarillo) que cuestan 8.640 €.