Peugeot RCZ (2010) | Impresiones de conducción

09/02/2011 |Enrique Calle y Jorge Fernández

El Peugeot RCZ transmite unas sensaciones que pueden ser agradables para aquellos conductores que disfruten con una conducción de estilo rápido. Deja sentir con claridad el contacto de las ruedas con el suelo y los movimientos de la carrocería. Esto, junto con que la dirección tiene muy buen tacto, permite al conductor guiar el coche con precisión, por el lugar que quiere.

El RCZ es ágil de reacciones en carreteras retorcidas de montaña, aunque no tanto como un Renault Clio RS o el Peugeot 207 RC. Donde mejor se desenvuelve el RCZ es en curvas un poco más rápidas, de tercera o cuarta velocidad. Ahí, transmite una sensación de aplomo y seguridad sobresalientes, al estilo de un Audi TT o un Volkswagen Scirocco. El RCZ permite a su conductor abordar ese tipo curvas un ritmo vivo porque transmite una gran sensación de seguridad.

La diferencia más palpable que encontramos entre el RCZ y el Audi TT o el Volkswagen Scirocco (salvo en sus versiones más potentes «TT RS» y «R» respectivamente) es que el primero tiene una suspensión más dura que traslada a los ocupantes con nitidez el estado de la carretera. El Peugeot 407 Coupé también es más confortable de suspensión que el RCZ.

El Peugeot RCZ es fácil de conducir porque no reacciona de forma brusca o imprevista aunque el conductor cometa un error. También nos parece que el conductor no debe prestar una atención excesiva, aunque el firme sea irregular, porque tiene poca tendencia a apartarse de la trayectoria. Lo que sí puede ocurrir al pasar por un bache es que la carrocería se mueva verticalmente con rapidez (a causa de la dura suspensión), pero eso no afecta mucho a la trayectoria.

El sistema de frenos da un resultado satisfactorio: detienen al coche en poco espacio, tanto en frío como en caliente (algo que ocurre —por ejemplo— cuando se frena repetidamente y de forma intensa, por ejemplo bajando un puerto de montaña).

Todas las versiones del RCZ tienen un asistente de arranque en cuesta («Hill Assist»). Al soltar el pie del freno en una rampa mantiene el coche frenado durante un instante para evitar que el vehículo caiga, dando un margen de tiempo para que el conductor consiga que el motor comience a mover el coche.

2.0 HDi FAP 163 CV

El RCZ con el motor Diesel de 163 CV es muy satisfactorio porque tiene muy buena respuesta casi en cualquier circunstancia. Da una aceleración intensa cuando se lleva el motor hasta un régimen alto y, naturalmente en menor medida, cuando se conduce despreocupado por el cambio de marchas.

Su capacidad de aceleración es la normal para su potencia y peso. Según nuestras mediciones, ha necesitado el mismo tiempo para pasar de 80 a 120 km/h (en las marchas o marcha necesarias para conseguir la máxima aceleración) que un Audi TT 2.0 TDI 170 CV quattro (tabla comparativa de prestaciones).

Tiene un consumo de combustible muy bajo. En nuestro recorrido gastó 5,8 l/100 km para hacer una media de 115 km/h en una autopista con importantes desniveles. La media fue más baja de la que buscamos habitualmente (120 km/h) porque había varios kilómetros de obras que obligaban a ralentizar la marcha. Durante prácticamente la totalidad del recorrido circulamos con la sexta marcha engranada. En el mismo recorrido que el RCZ HDI de 163 CV, un Audi A5 Sportback 170 TDI necesitó 5,9 l/100 km.

Nuestra unidad de pruebas ha necesitado 51,7 metros para detenerse completamente desde 120 km/h, que es un dato bueno. Esa prueba se hace con los frenos fríos, es decir sin haberlos usado anteriormente de forma intensa.

1.6 THP 156 CV

Hemos conducido esta versión con cambio manual. Se puede escoger con cambio manual o automático. Nosotros hemos probado la de cambio manual y nos ha parecido que su manejo es muy bueno porque su palanca resulta agradable los recorridos entre marchas están bien marcados. Los cambios se pueden suceder con rapidez y suma facilidad.

El Peugeot RCZ con este motor tiene un funcionamiento muy bueno. Acelera con fuerza desde bajas revoluciones y llega con rapidez hasta la zona roja del cuentarrevoluciones; todo eso lo hace sin que entre medias haya cambios bruscos de aceleración. Este motor entrega la potencia con suavidad a la vez de forma intensa.

Según nuestras mediciones, el RCZ con este motor acelera de 80 a 120 km/h ligeramente más rápido que la versión con motor Diesel de 163 CV, si bien la diferencias han sido muy pequeñas. Cabe esperar que su gasto de carburante también sea claramente mayor, pero en esta ocasión no hemos podido realizar nuestro recorrido habitual de consumo.

1.6 THP 200 CV         

Esta variante la pudo conducir brevemente Enrique Calle durante la presentación. A continuación aparecen sus impresiones:

«El RCZ de 200 CV me ha dado la impresión de ser más veloz que el Diesel de 163 CV, aunque la diferencia no debe ser grande en un uso cotidiano. La mayor diferencia a mi juicio es sobre todo de sensaciones.

La variante de 200 CV tiene un sonido muy llamativo cada vez que el conductor pisa el acelerador. Según Peugeot, ese sonido —que se percibe más desde el interior que desde el exterior— lo provoca una membrana que vibra al entrar en contacto con el aire de admisión. Este dispositivo («Sound System») también está disponible en el resto de las versiones (en combinación con un paquete de opciones «Pack Sport», que incluye entre otras cosas un volante más pequeño y una palanca de cambios con un recorrido menor) y no me parece una opción recomendable para todo el mundo dado que ese ruido puede ser molesto para hacer desplazamientos largos.

El RCZ de 200 CV da una respuesta sobresaliente. Tiene lo bueno de los motores turbo porque da mucho empuje a medio régimen, y lo mejor de los motores atmosféricos de giro rápido, porque llega a un régimen alto con gran rapidez. Si se pisa el acelerador a fondo lo que percibe el conductor es una respuesta enérgica en todo momento, que se hace más intensa a medida que el motor se acerca a su límite de giro, aproximadamente a unas 7.000 rpm”.