Peugeot Coupé 407 2.7 V6 HDI (2006) | Un cupé de gran tamaño con un motor turbodiésel de 204 CV

11/05/2006 |Alfonso Herrero

Tiene carrocería de cupé, la longitud de una berlina de gran tamaño y espacio para cuatro adultos y su equipaje. Lo mejor es el compromiso que ofrece entre confort y agilidad, y lo silencioso que resulta en carretera.

Está a la venta con tres motores, dos de gasolina y un turbodiésel. Nosotros hemos probado este último, el V6 HDI de 204 CV, que tiene, obligatoriamente, un cambio de marchas automático de tipo tiptronic.

Con este motor -y según el equipamiento- hay dos versiones, que cuestan 39.170 € y 42.970 €; el de la prueba es el más costoso. Por ese dinero Peugeot ofrece un equipamiento muy abundante, dejando como únicas opciones la conexión Bluetooth (302 €), la pintura metalizada (364 €), el navegador con teléfono (2.030 €) y unas llantas con un diseño diferente (500 €).

Así, son elementos incluidos en el equipamiento de serie de la versión que hemos probado los airbags frontales, laterales delanteros y los de cabeza de las cuatro plazas, además de uno para las rodillas del conductor; el control de estabilidad; los faros de xenón dobles con alumbrado en curva; la suspensión con control electrónico; el climatizador de dos zonas; y las llantas de 18".

Otros cupés con motor Diesel son el Alfa Romeo Brera 2.4 JTD y el GT 1.9 JTD (prueba), el nuevo BMW 330d cupé, o el Mercedes-Benz CLK 320 CDI.

El Brera tiene un precio ligeramente inferior al del Coupé 407 pero está menos equipado, mientras que el CLK es mucho más costoso. El Alfa Romeo GT es el más asequible pero es más pequeño, está menos equipado y su motor sólo tiene 150 CV. Del nuevo BMW 330d Cupé aún no se conoce el precio.

El Coupé 407 V6 HDI tiene una suspensión con control electrónico de amortiguación y dos modos de funcionamiento, «Automático» o «Sport». Ninguno de los dos hacen que prevalezca el confort sobre la estabilidad, porque ciertas irregularidades agitan con fuerza la carrocería, pero tampoco es un coche incómodo. A cambio, la estabilidad es muy alta en todo tipo de carreteras.

El motor, desarrollado conjuntamente entre Ford y PSA, tiene un funcionamiento suave. Le falta fuerza por debajo de 2.000 rpm; a partir de ese punto la entrega con progresividad. Va acoplado a una caja de cambios automática de seis velocidades con tres programas de funcionamiento y que también se puede manejar secuencialmente mediante toques longitudinales sobre la palanca. Su funcionamiento en el modo deportivo me ha parecido muy bueno, porque casi siempre selecciona la relación más adecuada a las circunstancias.

El habitáculo combina detalles lujosos con otros mejorables. Delante hay mucha amplitud; detrás, el límite está en la altura disponible, aunque tampoco hay mucho espacio para las piernas. El maletero es generoso, tiene una capacidad de 400 l, y hay espacio suficiente para el equipaje de cuatro ocupantes.