Opel Zafira 1.9 CDTi 8v 120 CV (2005) | Puesto de conducción con las ventajas e inconvenientes de un monovolumen

08/08/2005 |Juan Manuel Pichardo

El puesto de conducción tiene todas las características comunes en los monovolúmenes de este tamaño: el asiento está alto con relación al suelo y a los pedales, la visibilidad está limitada por el marco del parabrisas (sobre todo en cruces y curvas cerradas a izquierda) y la perspectiva es distinta debido a la altura del asiento. A diferencia de la mayoría de los monovolúmenes, el volante no está más inclinado que en un turismo normal.

Como monovolumen, el puesto de conducción del Zafira me parece satisfactorio. El asiento sujeta suficientemente el cuerpo y no es blando, aunque quien circule a menudo por carreteras lentas posiblemente echará de menos una sujeción mayor en la zona dorsal. Algunas versiones pueden tener ajuste de la inclinacióndel asiento (no la que hemos probado).

Todo lo que se tiene que manejar normalmente al conducir esta cerca. La palanca de cambios está muy bien colocada, los mandos del volante me parece muy útiles y bien resueltos funcionalmente. Como con esos mandos se puede manejar el equipo de sonido, me parece que en la parte más accesible del salpicadero estaría mejor los del sistema de ventilación. Puede tener cerraduras automáticas y arranque con un botón «Open&Start».

Como ocurre en otros Opel, la semejanza entre los botones hace que, si se manejan sin mirarlos y sin tener mucha costumbre de hacerlo, se use equivocadamente el mando de distribución de aire en lugar del de volumen (por ejemplo).

En la instrumentación principal falta el termómetro de agua; tiene el velocímetro, el cuentavueltas y el nivel de combustible. Hay una pantalla adicional en la parte alta del salpicadero, donde se muestra la información de otros sistemas del coche, como el ordenador de viaje (con dos contadores independientes), el equipo de de sonido, o el sistema de ventilación.

Esta pantalla se ve bien en toda circunstancia, salvo cuando se encienden las luces y la luz ambiente no es escasa. Esto ocurre si se tiene seleccionado el cambio automático de intensidad de la pantalla; si no es así, se puede elegir manualmente la intensidad de su iluminación.

La visibilidad es la normal en un monovolumen, con dos inconvenientes particulares. Uno es que los reposacabezas traseros impiden ven a través del tercer cristas lateral, lo que limita la visibilidad —por ejemplo— al salir de un cruce en ángulo recto. El otro es que los retrovisores no son tan grandes como en otros coches de este tipo; el izquierdo tiene su extremo exterior panorámico, para limitar el ángulo muerto en ese lado.

El freno de mano no es de palanca sino de asa. Es algo más incómodo de agarrar, pero la diferencia no es relevante porque no hay que hacer mucha fuerza. A cambio, deja espacio para un hueco central muy práctico; sería más práctico si tuviera tapa (para no dejar nada a la vista) y aún más si estuviera refrigerado. La mayor parte de los huecos para llevar cosas pequeñas o vaciarse los bolsillos están entre los dos asientos delanteros. En el salpicadero no hay ninguno, lo que no quepa entre los asientos o en la guantera hay que llevarlo en las bolsas rígidas del las puertas o —si lo tiene— en el cajón bajo el asiento del pasajero.

Puede llevar dos sistemas para vigilar la presión de los neumáticos. Uno es un sistema de detección de pérdida de presión, integrado en el control de estabilidad, que avisa si la presión de una rueda es menor que la de las otras. El otro tiene un manómetro en cada ruedas e indica la presión que tienen las cuatro ruedas (más información).