Opel Vectra 5p Sport 2.2 DTI 16v (1995) | Información general

11/03/2001 |Javier Moltó

El nuevo motor DTI del Vectra tiene mucha fuerza desde pocas vueltas y un consumo bajo. Sólo tiene un defecto: suena demasiado en el interior del habitáculo. El coche resulta muy cómodo en general, con una buena relación entre la dureza de la suspensión y la estabilidad. Sólo hay un par de detalles en el puesto de conducción que restan puntos a la nota final.

Cuatro metros y medio de coche, 480 litros de maletero, cinco puertas y 125 CV Diesel son datos que definen a un vehículo familiar. Este Vectra lo es. Pero tiene además un regusto de coche para quien disfruta conduciendo por carreteras viradas, gracias a una estabilidad que permite pasar a buen ritmo por las curvas y a un motor que entrega mucha potencia desde bajas vueltas. La unidad de pruebas que tuvimos en km77 estaba equipada con asientos de piel. Esta tapicería dificulta realizar operaciones típicas de un familiar (abatir asientos posteriores, por ejemplo) por lo que seguramente no es la más adecuada para un vehículo familiar y tampoco es la mejor para conducir por curvas ya que el cuerpo se resbala. Aún así los asientos, con regulador del apoyo lumbar, resultan firmes y cómodos.

El asiento del conductor puede moverse en altura (no en inclinación de banqueta) y mucho en longitud, por lo que las personas más bajas y las más altas encuentran acomodo al volante. Sin embargo, el volante no puede regularse longitudinalmente, una posibilidad que va siendo habitual en coches de esta categoría e incluso inferiores. Esta carencia, unida a una palanca de cambios situada en una posición más atrasada de lo habitual y a un reposabrazos fijo entre los dos asientos delanteros hace que el conductor no consiga encontrar una postura tan cómoda como la de otros coches.

Los conductores que prefieran utilizar la banqueta en la posición más baja tropezarán con el reposabrazos central cada vez que recurran a la palanca de cambios. En una posición más alta, este inconveniente se reduce notablemente. Otro aspecto criticable es la posición de los elevalunas, situados sobre la consola central, a ambos lados de la palanca de cambios. Normalmente el conductor tapa con su pierna derecha los dos elevalunas de su lado, por lo que tiene que mover la pierna para localizarlos (después de muchos miles de km es posible que se conozca la posición de memoria). Eso sí, los elevalunas son de un solo toque para las cuatro puertas.

Y cuando paras el coche y abres la puerta con las llaves puestas en el contacto suena un pitido innecesariamente desagradable. Una cosa es avisar al conductor de un posible despiste y otra tener que castigarle.