Opel Meriva (2006) | Impresiones de conducción del Meriva 1.3 CDTi

18/04/2006 |José B. Blázquez

El Opel Meriva 1.3 CDTi de 75 CV se puede comprar desde 13.870 €. Ese precio corresponde a la versión básica «Essentia». El Mitsubishi Colt 1.5 DI-D Inform y el Renault Modus 1.5 dCi Pack Authentique cuestan algo menos y tienen más equipamiento de serie, e incluso el Colt tiene un motor más potente. (Ver tabla comparativa). Ninguno de ellos tiene la amplitud o la funcionalidad interior del Meriva.

En km77.com hemos conducido el Meriva «Cosmo», que es la versión más cara y con mayor equipamiento de serie. Tiene un precio de 16.240 €. Nuestra unidad tenía abundante equipamiento opcional (control de estabilidad, airbags de ventana, control de crucero, faros adaptativos y navegador, entre otros elementos), por lo que su precio era de algo más de 20.000 €.

El Meriva 1.3 CDTi Cosmo es más caro y está más equipado que un Modus 1.5 dCi Confort Expression. A igualdad de equipamiento, tiene un precio muy parecido al de un Note 5p 1.5 dCi Acenta y un Colt 1.5 DI-D Instyle. La desventaja del Note es que esta versión no puede llevar control de estabilidad. (Ver tabla comparativa).

La versión probada tenía faros halógenos con un dispositivo de iluminación en curva (AFL), similar al que tiene el Renault Modus (imagen). Este sistema no es compatible con los faros de xenón. Al circular a menos de 40 km/h y girar el volante más de un cuarto, se enciende una luz adicional que ilumina un área de unos 90º a la izquierda o la derecha, según corresponda. Resulta muy útil en curvas muy lentas y cerradas y, sobre todo, en cambios de dirección en cruces no iluminados.

El Meriva es un coche que va mejor en carreteras abiertas que en carreteras con curvas, sobre todo si circulamos rápido. No es un coche ágil, un Note o un Modus lo son más; también son más estables y entran mejor en las curvas.

El motor Diesel de 75 CV mueve al Meriva con cierta agilidad (sobre todo si no va cargado) y tiene una respuesta agradable. La versión con este motor es recomendable si vamos a realizar muchos kilómetros por ciudad o autovía, o por carreteras de doble sentido en las que no sea necesario adelantar con frecuencia.

En caso de que se vaya a circular muy cargado o por vías en las que sí sea necesario adelantar frecuentemente, es más aconsejable comprar el Meriva con el motor gasolina de 105 CV ó con el Diesel de 101 CV, si vamos a realizar muchos kilómetros.

La potencia máxima se obtiene a 4.000 rpm, aunque el motor sigue estirando con fuerza por encima de 4.500 rpm. A pesar de ello, de cara a conseguir la máxima aceleración no resulta provechoso pasar de 4.000 rpm, sino que es mejor poner la marcha inmediatamente superior cuando llegamos a ese régimen.

Los desarrollos del cambio son cortos: la quinta es de 36,9 km/h a 1.000 rpm. A la velocidad máxima oficial (157 km/h) va a 4.255 rpm, por encima del régimen de potencia máxima.

Una de las consecuencias de que tenga desarrollos cortos es que el ruido del motor se percibe claramente en el interior. Cuando circulamos largo rato a una velocidad de crucero de 120 km/h (3.250 rpm), el ruido puede convertirse en algo molesto.

En nuestras mediciones de prestaciones, el Meriva ha sido más rápido en pasar de 80 a 120 km/h, partiendo de cuarta a 2.700 rpm que desde tercera a 3.700 rpm. En esta medición, ha resultado ser algo más rápido que un Fiat Idea 1.3 16V Multijet y un Peugeot 1007 1.4 HDI, y no tan rápido como un Mazda2 CRTD.

Los desarrollos cortos del cambio ayudan a que la capacidad de recuperación sea buena. En quinta marcha, ha sido el más rápido de todos los monovolúmenes pequeños que hemos probado, a excepción del Mercedes-Benz A 180 CDI, que tiene un motor con 34 CV más. También tiene una buena capacidad para subir cuestas sin perder mucha velocidad, sin tener que reducir de marcha, siempre que se lleve suficiente impulso y no vaya muy cargado.

Por el contrario, el Meriva resulta ser uno de los monovolúmenes pequeños que hemos probado que peor frena.

La suspensión del Meriva es dura en compresión, por lo que se sienten claramente las juntas y los pequeños baches. Por el contrario en expansión resulta blanda, por lo que la carrocería tiene movimientos muy amplios, por ejemplo en cambios de rasante. Un Note tiene, en cualquier circunstancia, una suspensión que filtra mejor y es más cómoda.

En curvas cerradas, especialmente a izquierda, el marco del parabrisas molesta dificultanto la visión. En este sentido, no he encontrado mucha utilidad al cristal que hay entre el parabrisas y el marco de la puerta.

En ciudad resulta muy maniobrable. No hay muchos monovolúmenes tan largos de batalla como el Meriva que necesiten menos espacio para girar. Un Nissan Note, que necesita poco más espacio para girar, me parece un coche más maniobrable, ya que tiene una dirección más rápida y una respuesta al giro del volante más inmediata. Esto mismo hace que la dirección del Note tenga peor tacto que la del Meriva cuando circulamos por carretera. No obstante, ambos modelos me parece que tienen una dirección demasiado suave a alta velocidad.

El cambio me ha parecido mejorable, es algo duro de accionar y poco preciso. El apoyabrazos central me molestaba al cambiar de marcha, tanto si lo llevaba colocado como abatido.