Opel GT (2007) | Impresiones de conducción

20/07/2007 |Enrique Calle

Ningún descapotable de su precio acelera tanto como el Opel GT. Por ejemplo, la diferencia entre un Opel GT y un Mazda MX5 2.0 160 CV es extraordinaria. De hecho, un Opel GT puede acelerar algo más en recta que coches mucho más caros, como un Porsche Boxster de 245 CV o un Audi TT Roadster de 200 CV. Sus rápidas prestaciones se deben a la fuerza que tiene su motor (que es mucha), no a que el Opel GT sea ligero (1.395 kg en condiciones de homologación).

Aunque acelera mucho, los desarrollos de transmisión impiden que se más veloz en ciertas circunstancias porque hay un salto muy grande entre segunda y tercera: si se cambia de segunda a tercera al régimen máximo (6.200 rpm), el motor se queda a sólo 3.740 rpm.

El desarrollo en quinta velocidad es 43,4 km/h cada 1.000 rpm. Es decir, está ajustado para que prácticamente llegue al régimen de potencia máxima en la marcha más larga.

El cambio de marchas permite que las marchas entren con cierta rapidez, aunque mover la palanca de cambios requiere cierto esfuerzo y tiene un tacto áspero.

El consumo puede ser muy bajo (en relación a la potencia) a condición de que sea a velocidad más o menos sostenida. Para hacer una media de 110 km/h la mitad por autovía y la otra mitad por carreteras rápidas y con muy poco tráfico, ha gastado 8,2 l/100 km. Para hacer una media de 112 km/h en un recorrido similar al anterior, pero con más tráfico, que obligaba a adelantar con frecuencia utilizando toda la capacidad de aceleración, el consumo fue 10,0 l/100 km. El consumo en ciudad es comparativamente peor que el que se puede hacer en carretera a velocidad sostenida.

Si se apura constantemente toda la fuerza del motor en carreteras muy lentas el consumo sí se eleva mucho (hasta más de 27,0 l/100 km). El error del indicador de consumo ha estado entre 0,6 y 0,7 l/100 km por defecto.

El Opel GT entra bien en las curvas y, hasta cierto punto, se puede ir deprisa. La adherencia no es extraordinaria como debería ser con unos neumáticos tan anchos (Good Year Eagle F1 245/45 R 18), pero el resultado es bueno.

Como la posición de conducción es baja, la carrocería se balancea poco y la suspensión es dura (en ocasiones incómoda); la conducción del Opel GT se asemeja a la de otros roadster deportivos. También tiene de otros coches de este tipo una cierta dificultad de conducción porque a partir de cierto ritmo, hay que estar permanentemente «conduciéndolo», ya que no mantiene con facilidad la línea recta en carreteras rápidas.

Al margen de la capacidad de aceleración en recta, hay coches que pueden ser más satisfactorios conduciendo en curvas, porque son más precisos y tienen mejor tacto: por ejemplo, un Mazda MX5. El Opel GT tiene una dirección que no deja sentir con mucha precisión el contacto con la carretera.

Comparado con coches como el Alfa Romeo Spider, el Opel GT es mucho menos cómodo para viajar, pero más ágil en carreteras de curvas.

La mayor limitación que hay para un uso rápido por zonas de curvas son los frenos (al menos los que tenía nuestra unidad de pruebas), porque les cuesta detener el coche cuando puntualmente se exige una fuerte deceleración y, además, resisten poco un uso continuado. El problema no es tanto que las distancias de frenado sean largas, sino también que al pisar el freno da la sensación de que le cuesta detenerse.

El control de tracción del Opel GT tiene un funcionamiento extremadamente precavido. Con él conectado, a poco que se pise algo el acelerador en medio de un apoyo lento, el coche se queda sin aceleración, cuando aún las ruedas no han perdido adherencia: en estas condiciones es muy difícil sacarle partido al motor. Para que esto no ocurra, lo mejor es desconectar el control de tracción (aún permanece el de estabilidad) pulsando una vez el mando del salpicadero. De esta manera mejora mucho la capacidad del coche para transmitir la fuerza al suelo, incluso permite un punto de sobreviraje al salir de ciertas curvas.

También se puede desconectar por completo el control de estabilidad y el de traccion (aparece un mensaje «competitive mode» en la pantalla de la instrumentación).

Con el techo puesto no es un coche muy ruidoso, pero en las dos unidades que hemos conducido, un problema de ajuste en la goma de la ventanilla provocaba en algunas ocasiones un ruido aerodinámico molesto.

Con el techo recogido, hay ciertas turbulencias en el habitáculo a poco más de 100 km/h; Opel ofrecerá la posibilidad de adquirir como extra un quita vientos, cuyo funcionamiento no hemos podido comprobar, pero por la experiencia que tenemos en otros descapotables puede ser un elemento muy interesante.