Opel Corsa 1.3 CDTi 5p (2004) | Impresiones del interior

09/09/2004 |Alfonso Herrero

Los asientos se caracterizan por ser más duros de lo habitual.

El volante tiene regulación en altura pero no en profundidad. Por este motivo algunos conductores pueden notar que, regulando correctamente la distancia a los pedales, el volante queda más alejado de lo aconsejable. Algo parecido ocurre —por ejemplo— en el Peugeot 206.

Delante, la altura interior es buena incluso para gente alta, detrás es suficiente para personas de estatura media. El recorrido de los tres apoyacabezas traseros es pequeño, en cambio, los delanteros tienen un recorrido amplio y, además, quedan cerca de la cabeza. En nuestro caso eran «activos» y forman parte de un paquete opcional (637 €) que incluye los airbag laterales y los de cortina.

Tanto el salpicadero como los paneles de las puertas están realizados en plástico duro de aspecto rugoso. Visualmente, el ajuste entre piezas es bueno, excepto las dos que forman parte de la capilla del cuadro de instrumentos, cuya unión parece peor que el resto.

Durante los recorridos de pruebas no oí ningún ruido producido por desajustes. Sin embargo, no me gustó el sonido de las puertas al cerrarse; no sé si era un defecto de nuestra unidad o algo generalizado.

En la consola central se emplea un plástico liso pintado en un color que imita un acabado metálico. Esta pieza, dependiendo de la posición del sol, produce reflejos que impiden ver la información de la parte inferior de la pantalla multifunción.

Esta pantalla muestra información como la hora, la fecha, temperatura exterior y lo relativo al equipo de audio y navegación (si está instalado). Nuestra unidad de pruebas tenía una radio con cargador frontal para cuatro CD, navegador y teléfono que cuesta 1.808 €. Incluye mandos iluminados para controlar este equipo desde el volante.

Me gustó mucho el navegador (de pictogramas), fácil de usar, y que permite escuchar las ordenes sin esfuerzo (aún circulando con las ventanillas abiertas y con mucho ruido en el exterior). El dispositivo del teléfono ocupaba gran parte del espacio de la guantera.

El espejo interior es electrocrómico (oscurece automáticamente para evitar deslumbramientos); forma parte de un paquete opcional que cuesta 133 € pero su funcionamiento era un tanto errático (o el de nuestra unidad estaba defectuoso); durante un trayecto largo por carretera de noche, tuve que girarlo hacia el suelo porque me deslumbraban las luces del coche que me seguía. En cambio, varios kilómetros más tarde, al entrar en una rotonda, observe como sí que se oscurecía. Los retrovisores exteriores no tienen regulación eléctrica.

Hay diversos huecos para llevar objetos: debajo de los mandos de las luces hay un cajón, sin tapa, de tamaño medio cuya superficie interior tiene un tacto gomoso, que evita que se desplacen los pequeños objetos.

Bajo la consola central, por detrás del cenicero, hay un hueco profundo que permite llevar unas gafas o unas llaves. En las puertas hay otro hueco de gran tamaño donde se puede llevar un mapa u otros objetos de tamaño similar.

Los pasajeros de las plazas traseras tienen un portabotes a su disposición; está colocado detrás de la palanca del freno de mano. Hay otros dos en la parte interior de la tapa de la guantera.

Si abrimos la puerta del conductor con la llave en el contacto, un molesto pitido nos advertirá de ello. El cierre centralizado no dispone de ningún interruptor ni activación automática desde el interior. Si queremos ir cerrados hay que bajar el pestillo de la puerta y tirar de él si queremos poder salir del coche. Los parasoles tienen espejos de cortesía protegidos por unas tapas deslizantes.

El maletero, con luz, tiene la superficie de carga plana y un volumen de 260 litros. En cada lateral hay una correa de goma para sujetar objetos como por ejemplo, los triángulos de señalización.