Nissan Murano (2005) | Impresiones de conducción

25/11/2004 |Javier Moltó

El motor de la unidad que he conducido tenía poco más de 2.000 kilómetros y parecía falto de fuerza por encima de 4.500 rpm. No da la sensación de que el motor entregue la potencia anunciada. Con dos pasajeros a bordo pesa casi dos toneladas. No llega a una relación de 10 kg por caballo, lo que debería dar más sensación de aceleración.

El sistema de variador continuo funciona bien tanto en modalidad automática como en manual. En manual los cambios de marchas se realizan con mucha rapidez (más o menos como con el cambio multitronic de Audi) y en modalidad automática parece que suena menos que el de Audi. En versión automática tendría que probar mejor el sistema para dar una opinión fiable sobre su funcionamiento. La primera impresión es que va bien, pero no lo he analizado con el tiempo suficiente para fijarme bien en todas las particularidades de su funcionamiento.

En modo automático, la desmultiplicación final, es muy similar a la que se consigue con la sexta marcha en modalidad manual.

La suspensión tiene una dureza adecuada para circular con comodidad y seguridad por carretera de curvas. La dirección resulta un poco lenta (3,3 vueltas de volante de tope a tope, para un diámetro de giro entre bordillos de 12 metros) y me ha costado percibir qué sucedía entre las ruedas y el asfalto. Eso también puede deberse al gran perfil de neumático que queda entre la llanta y el asfalto (Dunlop Grand Trek ST 20 en medidas 225/65 x 18). Entre la lentitud de la dirección y la poca sensación que transmite al conductor, me costó cogerle el tranquillo y mover adecuadamente el volante.

Los frenos tienen buen aguante. Después de bajadas prolongadas no acusaban el esfuerzo a ritmo normal.

En campo, para moverse en zonas de fuertes desniveles, le perjudica la poca altura de la carrocería al suelo y la relativamente larga distancia entre ejes. Le benefician los voladizos delantero y posterior, que no son largos.

El sistema de tracción del Murano es idéntico al que utiliza el Nissan X-Trail (más información). Apenas he tenido oportunidad de probarlo fuera del asfalto. Quizá más por el tipo de neumáticos que por el sistema de diferenciales, el agarre al intentar superar pendientes resbaladizas ha resultado escaso. En teoría, el freno debe detener la rueda que patina, para transmitir fuerza a las otras ruedas que tienen buen agarre. Sin embargo, en la unidad que he conducido he visto girar una rueda en el aire y no he apreciado la intervención del freno, quizá porque una rueda del otre eje también estaba deslizando excesivamente.