Nissan 370Z Roadster (2010) | Impresiones del interior

27/11/2012 |Enrique Calle

Capota

En ciudad, nada más montar en el 370Z Roadster, queda claro que se trata de un descapotable con un techo que no aísla mucho. En ambientes ruidosos, a los ocupantes les llega mucho ruido; la sensación recuerda a la de estar dentro de una tienda de campaña porque se escucha con claridad todo lo que ocurre afuera. No es una sensación exclusiva del Nissan 370Z Roadster; ocurre habitualmente en los descapotables de techo de lona. Los de techo duro plegable, como el Mercedes-Benz Clase SLK, generalmente aíslan mejor.

En carretera, desde una velocidad moderada, sí se me ocurren descapotables de techo de lona más silenciosos, como el Audi TT Roadster. El Nissan 370Z Roadster es un poco ruidoso a causa del contacto del viento contra la carrocería y del contacto de las ruedas con el asfalto, especialmente si éste es rugoso.

La capota tiene un funcionamiento completamente automático; el conductor sólo debe apretar un botón que hay entre los asientos. Un requisito indispensable es que el coche debe estar completamente parado. Si mientras el techo se está abriendo o cerrando el conductor arranca, la operación se detiene, salvo que no se supere una velocidad muy reducida —unos 2 km/h, aunque no lo he medido—. Otra peculiaridad de su techo es que, cuando está alojado en la carrocería, el sistema de reconocimiento de órdenes vocales, por el cual es posible, por ejemplo, meter una dirección completa en el navegador, se desactiva. El accionamiento completo que hace el techo para alojarse en su compartimento tarde 20 segundos.

Detrás de los asientos lleva un deflector de cristal (imagen) para limitar las turbulencias de aire que llegan a los ocupantes cuando se circula con el techo plegado. Molesta menos que los que son de tela porque normalmente no dificulta la visión aunque en determinadas condiciones de luz tiene reflejos.

El techo se aloja en un sitio específico que hay entre el maletero y el habitáculo. El maletero tiene un volumen de sólo 140 l, es decir, menos que el de muchos utilitarios de pequeño tamaño y que el 370Z (235 litros). No tiene rueda de repuesto, en su lugar hay un kit de reparación de pinchazos (imagen). Sus formas son irregulares y por ello es difícil de aprovechar, aunque cabe una maleta de mano. Nissan ha previsto la posibilidad de que se puedan transportar un juego de palos de golf e indica la manera de meterlos en el maletero (imagen).

Con el techo guardado en el maletero se circula con comodidad y se puede hablar sin levantar mucho la voz hasta unos 100 km/h. A una velocidad más elevada, la comunicación entre los ocupantes se complica y las turbulencias llegan con nitidez a los ocupantes. Con las ventanillas bajadas las turbulencias azotan la mitad superior del cuerpo de los ocupantes; con las ventanillas subidas las molestias se concentran en la frente de los ocupantes y hacen necesario el uso de gorra para viajar con comodidad.

Asientos y puesto de conducción

En el 370Z Roaster, como en el 370Z, se va sentado cerca del suelo y con las piernas muy estiradas, aunque no tanto como en un BMW Z4. El interior es amplio para dos ocupantes. Aunque sean medianamente voluminosos, no van muy cerca entre sí —en un Porsche Cayman hay menos anchura tanto entre los ocupantes como entre ellos y las puertas— y sus cabezas no quedan muy cerca del techo.

El puesto de conducción tiene buenos detalles como zonas almohadilladas en la consola para que los ocupantes apoyen sus rodillas en las curvas sin hacerse daño. Los asientos son muy cómodos y sujetan bien el cuerpo sin dificultar en exceso la entrada y salida del habitáculo.

Todos los miembros de km77.com que hemos conducido este coche hemos echado en falta que el volante se pueda regular en profundidad. A todos nos hubiera gustado poder acercarlo más al pecho, aunque al final nos hemos encontrado cómodos con las regulaciones disponibles.

El caso más extremo ha sido el de una persona que necesita llevar el volante muy cerca, casi como los pilotos de rally, y para ello tenía que acercar el asiento mucho a los pedales, con lo cual tenia que llevar las piernas muy flexionadas y abiertas, tanto, que los resaltes laterales de la banqueta se llegaban a hundir en ellas.

Los asientos llevan un sistema de ventilación efectivo, que evita en gran medida la condensación del sudor entre la espalda y el asiento, aunque su funcionamiento es ruidoso. Se activa mediante un mando ubicado en la parte baja de la consola (imagen). De los tres posibles ajustes, los dos de mayor intensidad generan un ruido similar al que produce una radio cuando no tiene sintonizada ninguna emisora. Los asientos de serie van tapizados con una combinación de piel y tela con forma de redecilla. Opcionalmente y sin coste es posible elegir unos de cuero.

La visibilidad hacia atrás es mala porque la luna es muy pequeña y en tres cuartos trasero es insuficiente porque el lateral del techo de lona es muy grueso, lo que hace que las salidas de aparcamiento en batería sean especialmente complicadas.

La instrumentación incluye un voltímetro y un indicador de la temperatura del aceite (imagen), ambos de utilidad. Cuando el motor está apagado, el voltímetro indica la tensión de la batería y cuando está encendido, la tensión de carga del alternador, lo que sirve para hacerse una idea de si funciona correctamente o no. El indicador de temperatura de aceite sirve para poder cuidar el motor; el manual dice que si su lectura supera 140ºC hay que reducir la velocidad del motor y conducir despacio. Además, se pone en funcionamiento la modalidad de protección de motor. El manual no dice nada de desde qué temperatura de aceite el conductor puede hacer un uso intenso del motor.