Nissan 350Z (2003) | Suspensión y estabilidad

25/12/2003 |Javier Moltó

En el aspecto sonoro se ha conseguido un buen equilibrio. Suena cuando resulta agradable y no molesta al viajar con tranquilidad. También en las suspensiones se ha conseguido un buen equilibrio. Resultan duras pero no incómodas. No son nada secas y absorben bien las irregularidades del piso. Se nota la dureza y no se puede calificar de coche cómodo por suspensiones, porque no lo es. Pero, si no se olvida que se trata de un coche deportivo, sí se puede afirmar que se ha conseguido un buen equilibrio en la suspensión entre confort y eficacia.

Tiene una tendencia subviradora muy acusada a la entrada de las curvas. Esta tendencia que no es molesta en curvas medias y rápidas, sí resulta incómoda cuando se quiere ir rápido por carretera con curvas lentas. En curva media y rápida no resulta molesta porque la velocidad de paso por curva es tan alta que difícilmente se pondrá en apuros al Nissan 350Z en este tipo de curvas. La velocidad de paso tiene que ser vertiginosa para empezar a acercarse al límite, por lo que generalmente parece un coche neutro en curvas rápidas. Sólo en alguna curva con cambio de rasante a mitad del trazado o alguna irregularidad en el asfalto se puede notar la tendencia del morro a seguir recto.

En curva lenta esta tendencia es más acusada. Primero porque se pone al coche en un compromiso mayor con más facilidad para el conductor y segundo porque el trabajo de rotación que tiene que hacer el coche es mayor. Al morro le cuesta entrar en la curva y una vez dentro, al acelerar, la tendencia del morro también es a seguir recto.

Esta característica se nota especialmente con el control de estabilidad conectado, pero también al desconectarlo. Siempre que las ruedas traseras no tengan un deslizamiento excesivo al acelerar (lo que sucede con frecuencia en segunda), al acelerar en el apoyo mantiene la tendencia a seguir hacia el exterior, hasta que el eje posterior pierde motricidad (con el ESP desconectado) y se cruza con relativa brusquedad.

El control de estabilidad no sólo no corrige adecuadamente el subviraje, sino que mi sensación es que lo acentúa ligeramente al acelerar (realmente no es así). Cuando el eje posterior pierde tracción, en algunos casos entra con excesiva brusquedad después de iniciarse el deslizamiento, el control de estabilidad deja al coche sin empuje durante un tiempo que me parece excesivo.

Conducirlo sin control de estabilidad por carretera de curvas requiere práctica y buenas dotes de conductor, si se quieren exprimir todas las posibilidades del coche. En segunda hay que dosificar el pedal del acelerador con cuidado para intentar un suave deslizamiento que ayude a redondear la curva. El gran problema es que, hasta que no se consigue el suave deslizamiento, el morro es difícil de introducir y acelerar de más puede provocar una reacción demasiado brusca. En tercera la respuesta del eje posterior no es nunca tan brusca y se conduce con más facilidad.