Nissan 350Z (2003) | Información técnica

25/12/2003 |Javier Moltó

En carreteras lentas, la segunda resulta corta y la tercera larga. En segunda, con tanta capacidad de aceleración, se acumula el trabajo porque hay que pasar a tercera cuando la curva apenas ha concluido y todavía hay que estar trabajando con el volante. Si se acomete el giro en tercera no se pasa despacio y al final resulta menos brusco y más placentero. Salvo en subidas fuertes, hay pocas curvas que compense tomarlas en segunda.

El motor es agradable de utilizar pero no da las prestaciones que se pueden suponer de sus 280 CV. El Nissan 350 Z tiene una relación entre peso y potencia un diez por ciento mejor que la del Alfa Romeo 147 GTA, y por tanto debería acelerar más. Pero en realidad no es así, coincide en aceleración con coches como el 147, un Focus RS 200 o un León Cupra R, y no es mucho más rápido que un Astra Coupé Turbo. Por el contrario, sí lo es ligeramente más que un Mercedes SL 500.

Las recuperaciones son normales para un coche con un motor de este tipo, que pesa menos de 1.500 kg y no tiene desarrollos muy largos. Es mejor que el 147 GTA y peor que el León Cupra R (que también recupera mejor que un M3). La velocidad máxima que anuncia el fabricante se consigue en sexta marcha, a un régimen de sólo 5.670 rpm, 500 rpm por debajo del régimen de potencia máxima y 1.000 rpm por debajo del corte.

Sin comparar los datos con otros modelos, la sensación que percibe el conductor es buena. El motor resulta agradable de llevar y no se aprecian baches en la gama de revoluciones. Si acaso se nota que a partir de 4.500 rpm empuja relativamente con más fuerza que por debajo de ese régimen y lo hace con decisión hasta el corte, que se sitúa sobre 6.700 rpm.