MINI (2010) | Impresiones del interior

02/02/2011 |Jaime Arruz

El MINI es un coche espacioso en todas sus cotas menos en una, que puede resultar muy importante para algunos posibles compradores: el hueco para las piernas en las plazas traseras. Dos adultos de 1,80 m (o más) se acomodan sin problemas en los asientos delanteros porque hay altura, anchura y longitud para no sentirse agobiado.

Las dos plazas posteriores también son suficientemente amplias en altura y anchura como para que dos adultos no tengan problemas de espacio, pero la distancia entre la banqueta y el respaldo de los asientos delanteros es escasa si delante no viajan personas de talla muy pequeña que lleven el asiento muy adelantado.

El acceso a la segunda fila de asientos es algo incómodo por la poca altura de la carrocería y por el pequeño hueco que queda entre el respaldo delantero y el marco de la puerta. Además, tras desplazar los asientos delanteros, éstos no vuelven a la posición en la que estaban inicialmente.

Entrar a las plazas delanteras no representa ningún problema, a pesar de que los asientos quedan más bajos que en otros utilitarios como un Peugeot 207 o Volkswagen Polo.

Es posible lograr una cómoda posición de conducción gracias a los amplios reglajes en altura y longitud del asiento y en altura y profundidad del volante.

Los asientos tienen un relleno duro pero muy confortable. Sujetan bien el cuerpo a pesar de no tener el contorno muy marcado.

Materiales y huecos para objetos

El habitáculo del MINI está realizado con materiales de calidad. Gran parte de los plásticos son duros, normalmente menos agradables al tacto que los blandos —los del MINI son de los mejores en este aspecto entre los coches de su tamaño—. Todas las piezas ajustan a la perfección y no hay bordes afilados o mal rematados. Por su buen tacto (blando) sobresalen los apoyabrazos de la parte interna de las puertas delanteras y el que hay ubicado entre los asientos delanteros.

El diseño del interior es casi idéntico al que estrenó el MINI Countryman. Es parecido al del anterior MINI pero con ligeras modificaciones, como el aspecto de los mandos del sistema de climatización o el equipo de sonido y las inserciones decorativas del salpicadero.

La instrumentación sigue teniendo una distribución peculiar, que a muchos conductores le parecerá algo confusa. El cuentarrevoluciones está situado tras el volante, junto a una pequeña pantalla digital con información del ordenador de viaje —en algunas versiones—, y el velocímetro va ubicado en el centro del salpicadero. Ambas esferas tienen un tamaño adecuado para la lectura de la información, no así los números de su interior —informan de las revoluciones del motor y de la velocidad—.

Todos los mandos tienen muy buen tacto, aunque algunos están ubicados en una posición poco práctica y/o son de un tamaño algo reducido para que su utilización sea lo más intuitiva posible. En este sentido, por ejemplo, me parece más recomendable que los mandos de los elevalunas vayan ubicados en la parte interna de las puertas que en la zona baja de la consola central, por debajo del módulo del sistema de climatización.

Hay diversos huecos para dejar objetos, como en la parte baja de la zona interior de las puertas —estrechos y pequeños— o delante de la palanca de cambios —dos portabebidas y un pequeño espacio mullido como para un teléfono móvil y la cartera—. La guantera no es demasiado grande.

Maletero

El MINI tiene un maletero de 160 litros de capacidad. Es un volumen inferior a la del Fiat 500 (185 litros) y mucho menor a la del Citroën DS3 (285 litros), el Volkswagen Polo (280 litros), el Alfa Romeo MiTo (270 litros) o el Audi A1 (267 litros). El espacio de carga se puede ampliar hasta 680 litros reclinando los respaldos de los asientos posteriores, divididos en una proporción 50/50.

El maletero tiene formas regulares que facilitan la colocación de la carga, aunque es poco profundo. Hay argollas para fijar los objetos a transportar con una red o unas cintas elásticas.