Mercedes-Benz GLA (2017) | Impresiones del interior

25/09/2017 |Fernando Ríos (@RiversChains)

A pesar de que el aspecto del GLA no es exactamente el de un turismo, su habitáculo no deja lugar a dudas: la postura de conducción es prácticamente idéntica y el espacio disponible para sus ocupantes, muy parecido. La diferencia más notable se halla en el acceso al habitáculo, que resulta más cómodo gracias a unos asientos que están más alejados del suelo y que, por lo tanto, no obligan a agacharse para sentarse en ellos (en las versiones con la suspensión opcional «off-road» hay unos 8 centímetros de diferencia con respecto a un Clase A, en el resto, unos 5 cm).

El espacio para las piernas en las plazas posteriores es normal, similar al de muchos vehículos con carrocería de tipo turismo y tamaño parecido. Los 69 centímetros que hemos medido en esta cota son practicamente los mismos que tiene un Clase A (70 cm), un Hyundai i30 5 puertas (70 cm) o un Ford Focus (68 cm). Un BMW X1 o un Jeep Compass, que tienen una carrocería con aspecto de todoterreno, son notablemente mejores en esta cota (76 y 78 cm, respectivamente), mientras que un Audi Q3 es algo peor (67 cm). Mediciones del interior.

El GLA tampoco sobresale por altura libre hasta el techo o por anchura entre puertas, pero el espacio disponible es suficiente para que dos personas de unos 190 cm de altura se sienten detrás de otras dos que midan más o menos lo mismo. El techo solar panorámico puede resultar interesante porque aporta mucha luminosidad al interior, pero hay que tener en cuenta que resta unos 3 centímetros de altura libre en las dos filas de asientos, centímetros que pueden ser importantes de cara a acomodar a personas de estatura elevada (imagen). Como en el modelo anterior, hay poca superficie acristalada y la visibilidad no es demasiado buena, por lo que resulta recomendable adquirir la cámara trasera de ayuda al estacionamiento (que proporciona una calidad de imagen excepcional; imagen) o los sensores de proximidad.

El diseño del salpicadero, salvo por pequeñísimos detalles, no cambia con respecto al del GLA de 2014, por lo que las Impresiones del interior del modelo precedente siguen estando plenamente vigentes. La disposición de los mandos es sencilla e intuitiva y, aunque tiene una pantalla de grandes dimensiones en la parte superior del salpicadero (de 7 u 8 pulgadas; imagen de esta última), todas las funciones se ajustan o modifican mediante botones o ruletas físicas (una solución muy acertada, bajo mi punto de vista). En función del tipo de cambio instalado, el aspecto de la consola que hay entre los dos asientos es distinto: si tiene cambio manual, hay dos huecos portaobjetos más o menos grandes y la propia palanca para cambiar; si tiene una transmisión automática, hay otro hueco adicional, ya que la palanca selectora va colocada en la columna de la dirección (imagen).

Los asientos delanteros del GLA que hemos probado (imagen) son cómodos, recogen bien el cuerpo en las curvas y pueden tener muchos ajustes (como una práctica banqueta extensible, por ejemplo; imagen), pero sus resposacabezas son fijos y forman parte del propio respaldo, por lo que es posible que no queden bien situados para algunas personas (yo, que mido 183 cm de altura, no he tenido problemas al respecto). Opcionalmente pueden tener calefacción, ajustes eléctricos y dos memorias de posición.

Los materiales con los que Mercedes-Benz ha fabricado el habitáculo del GLA proporcionan una buena sensación de calidad visual, aunque algunos de ellos empañan ligeramente el conjunto por la fragilidad que transmiten al presionarlos con los dedos. La consola que hay entre los dos asientos delanteros, por ejemplo, parace no estar ensamblada con la misma precisión que el resto de elementos (que por lo general, no admiten tacha) y el plástico empleado tiene un aspecto mucho más basto (imagen). Tanto la guantera como la mayor parte de los huecos portaobjetos están revestidos de goma o de material textil con los que se evita que los objetos depositados hagan ruido al moverse. 

 

 

El maletero del GLA tiene 421 litros de capacidad, 80 más que el Clase A del que deriva pero 84 y 45 menos que un BMW X1 y un Audi Q3, respectivamente. Frente a turismos con carrocería de tamaño similar se encuentra mejor posicionado, mejorando por un amplio márgen al de modelos como el Audi A3 Sportback (380 l), el BMW Serie 1 (360 l) o el Mazda3 (364 l). 

Aunque no sobresale por el espacio que ofrece, el maletero del GLA es muy fácil de aprovechar porque sus formas son muy regulares; eso sí, el borde de carga está situado a 76 centímetros del suelo, que es mucho. Tiene varias argollas metálicas para colocar una red elástica, una red fija en cada una de las paredes laterales, un plafón de iluminación y una toma de 12V (imagen). Bajo el piso hay un doble fondo de grandes dimensiones donde va colocado el kit de reparación de pinchazos (Mercedes-Benz no da la opción de montar una rueda de repuesto; imagen). El respaldo de los asientos posteriores se puede abatir en dos secciones asimétricas (60:40), dando lugar a una superficie de carga uniforme, aunque en ligera pendiente.

Opcionalmente, el portón puede tener un sistema de apertura y cierre automáticos que se puede completar con la función «manos libres», que permite accionarlo dándo un pequeño puntapié al aire por debajo del paragolpes (resulta muy útil cuando se tienen las dos manos ocupadas con bolsas u otros objetos).