Mercedes-Benz Clase SLK (2011) | Impresiones del interior

06/08/2012 |Javier Moltó @javiermolto

El asiento puede ir situado muy bajo y los pedales están bien situados para conducir desde esa posición. El volante queda en posición prácticamente vertical y esa posición ayuda a sentirse como en un monoplaza. El espacio hasta la puerta es suficiente para mover los brazos con libertad. A quienes les guste conducir cerca del volante como me sucede a mí, es posible que el codo derecho le tropiece en ocasiones con el respaldo del asiento.

Las cotas de habitabilidad del interior apenas han variado con respecto al modelo precedente. Sigue habiendo espacio para que quepan pasajeros de algo más de 1,90 metros. Cuando se retrasa del todo el asiento y el respaldo roza contra el tabique trasero, se oyen ruidos debidos al roce de éste contra esa pieza de plástico, algo que tal vez se podría haber solucionando tapizando esa zona.

Capota

Según mis mediciones, el techo duro del SLK se pliega en el maletero en 17,8 segundos, desde que se pulsa el botón de apertura hasta que las ventanillas quedan de nuevo en su posición original. La operación de cubrir el coche tarda casi dos segundos más (19,6).

Se acciona mediante un mando que hay oculto tras una tapa en la consola (imagen). Para poder quitarla hay que colocar una pieza separadora en el maletero —separa la zona destinada al equipaje de la que necesita para guardarse (imagen)—. Al hacerlo, la capacidad del maletero disminuye de 335 a 225 litros.

La pieza de la capota que hace de techo puede ser de tres tipos: metálico como el resto de la carrocería (imagen), de cristal oscurecido y, como novedad, otro denominado «MAGIC SKY CONTROL», también de cristal, cuya característica principal es que puede oscurecerse —no llega a hacerse opaco— pulsando un botón para disminuir la cantidad de luz y calor que entra en el habitáculo, prescindiendo así de las habituales cortinillas (vídeo).

Espacio para objetos y maletero

El espacio disponible cuando están ocupados los dos asientos es reducido si se quiere transportar un maletín o un bolso, por ejemplo. La única opción es llevarlo en la zona de los pies del acompañante. Otra posibilidad es acomodar el maletín o un portapapeles poco voluminoso por detrás del respaldo de los asientos, pero no es una buena solución. No hay repisa ni recoveco previsto, por lo que pongamos lo que pongamos acabará en el suelo.

Los asientos no tienen ninguna función para desplazados hacia adelante con rapidez, por lo que si llevan regulación eléctrica, como era el caso de la unidad que ha pasado por km77.com, hay que llevar el asiento y el respaldo hacia adelante con el sistema que se utiliza para ajustar el asiento a gusto del conductor, que es lento y de recorrido limitado. Definitivamente, el SLK no es un coche ni para llevar bolso ni maletín en el habitáculo.



Colocar los objetos a transportar en el maletero también puede resultar incómodo si se lleva el techo abierto, porque el espacio que queda para meterlos y sacarlos es pequeño (imagen del hueco de carga cuando el techo está guardado e imagen cuando el techo está colocado sobre la carrocería). El SLK es un coche para desplazarse ligero de equipaje.

El maletero tiene buen tamaño (335 litros) con el techo cerrado, comparado con el de otros descapotables de similar tamaño. Este volumen se reduce a 225 litros con el techo plegado. Un BMW Z4 tiene un maletero de menor capacidad: 310 y 180 litros, respectivamente. Un Audi TT tiene todavía menos volumen disponible: 280 litros.