Mercedes-Benz SLK (2008) | Impresiones de conducción

11/11/2008 |Enrique Calle

El SLK tiene un cierto tacto deportivo que puede ser satisfactorio para quien disfrute de una conducción rápida. Entra bien en las curvas y una vez que está fuertemente apoyado mantiene bien la trayectoria, aunque se le fuerze mucho.

Una cosa que ha mejorado respecto al anterior SLK (de 2004) es que ahora la dirección tiene un accionamiento más suave. Por ello, el nuevo modelo es más cómodo de conducir, sobre todo en ciudad. En carretera, el tacto de la dirección sigue siendo bueno, lo que permite que el agrado de conducción sea alto.

El SLK no me ha parecido tan ágil como el Boxster, como el BMW Z4 o incluso como el Nissan 350 Z, pero sí puede ser algo más fácil de conducir que cualquiera de ellos cuando se dan circunstancias adversas. En carreteras rápidas creo que es superior a la mayor parte de los descapotables de este tipo: tiene una estabilidad lineal muy grande (aunque no tanta como cualquier berlina de Mercedes-Benz).

Nuestra unidad de pruebas tenía la opción de paquete deportivo (más información). Aun con esta opción, con amortiguación más dura y ruedas más grandes, la suspensión del SLK trabaja muy bien porque tiene capacidad para absorber una parte importante de irregularidades que hay en el asfalto sin sacudir a los ocupantes en exceso.

Incluso con la carretera en muy mal estado, con continuos baches, da la impresión de que las ruedas permanecen perfectamente en contacto con el suelo. La carrocería se puede mover verticalmente con mucha rapidez pero difícilmente se aparta de la trayectoria (con las ruedas y suspensión de serie el resultado debe ser todavía mejor y el SLK será más confortable). En la misma carretera, el recuerdo que tengo de un BMW Z4 Coupé (prueba de este modelo) es que daba la impresión que las ruedas rebotaban constantemente al pasar por los mismos baches, lo que desembocaba en una trayectoria más imprecisa; además su motricidad era peor.

Nuestro SLK ha frenado desde 120 km/h en 48 metros, es decir, menos que casi cualquier coche que hasta el momento hayamos probado en km77.com. Los frenos de la versión que hemos probado están perforados (es un elemento que viene con el paquete AMG). No sabemos en qué medida este tipo de discos mejoran la frenada porque no hemos probado un SLK con los frenos de serie. Cuando hice las frenadas, antes de mirar los datos, estaba seguro que el SLK había frenado bien, pero no tanto. Quizá tuve esta sensación porque el tacto del pedal del freno no es especialmente bueno.

El SLK 200 K (184 CV y compresor volumétrico) da un resultado normal. No tiene una capacidad de aceleración importante, aunque la sensación que da es agradable porque siempre responde bien al acelerador, con la fuerza que sólo tienen los motores sobrealimentados. Su funcionamiento no es muy suave (tiene ciertas vibraciones), ni silencioso.

Según nuestras mediciones es mucho más lento que el Audi TT Roadster 2.0 TFSI de 200 CV, que tiene un motor muy bueno. Ha sido sólo un poco más lento que un Alfa Romeo Spider3.2 4x4 260 CV, que es más pesado que el SLK y tiene un motor mucho más potente pero muy malo por su rendimiento.

El cambio de marchas de nuestra unidad de pruebas era el automático de cinco marchas. Cumple bien en una utilización cotidiana, pero supone un freno para aprovechar la capacidad de aceleración en carreteras de curvas: el salto entre segunda y tercera marcha es excesivo. A veces puede ocurrir que para salir de una curva la segunda marcha se queda corta y la tercera larga en exceso.