Mercedes-Benz Clase S (2009) | Impresiones del interior

07/01/2011 |Alfonso Herrero

Si el coche se necesita para viajar en las plazas traseras y no para conducirlo, es recomendable adquirir la variante con carrocería más larga del Clase S: el espacio para las piernas de la de batalla corta es inferior al que se tiene en un Clase E y, comparativamente, las plazas delanteras son más amplias que las traseras. La sensación de desahogo, tanto delante como detrás, es mayor que en un Audi A8.

Por la forma del asiento y por el túnel de la transmisión, un tercer pasajero no se aloja con comodidad en la plaza central trasera. Además, el respaldo de esa plaza hace las veces de apoyabrazos (imagen) y alberga algunos mandos —según el equipamiento—, por lo que si se lleva a alguien ahí todas esas cosas quedan inutilizadas. En las versiones con carrocería larga es posible reemplazar la banqueta trasera por dos asientos individuales (imagen), que de momento no hemos tenido la oportunidad de probar.

Los dos pasajeros de las plazas traseras tienen un espejo de cortesía iluminado en el techo (imagen). También disponen de un mando a distancia para manejar diversas funciones del sistema «COMAND». Opcionalmente es posible montar unas cortinillas para las ventanillas y la luneta, mandos de climatización, asientos con reglajes eléctricos (imagen), calefacción, ventilación y masajes, mesitas en los respaldos delanteros, pantallas de vídeo (imagen) y una nevera en el lugar del respaldo de la plaza central.

En las puertas hay unos pequeños amortiguadores que permiten que al abrirlas queden fijadas (casi) en cualquier posición. Así se impide que un golpe de viento las abra violentamente o que se muevan por si solas si se aparca en una pendiente —si no tiene mucha inclinación—.

Además tienen un mecanismo eléctrico que completa el cierre automáticamente cuyo funcionamiento es mejorable: a diferencia del BMW ActiveHybrid X6 que probé hace poco con un sistema con el mismo fin, en el Clase S hay que empujar con fuerza la puerta para que haga presión sobre la cerradura y que el cierre asistido termine la operación. En el BMW, con aproximarla a la cerradura, lo hacía. En la práctica, lo que ocurre en el Clase S es que la puerta queda mal cerrada casi en las mismas ocasiones en las que lo estaría si no tuviese el cierre asistido.

Los asientos delanteros me han parecido cómodos aunque el relleno es algo duro. El del conductor se puede acercar mucho a los pedales y alejarlo tanto que yo, que mido 1,94 m, apenas llego a pisarlos. Además de los ajustes habituales, es posible alargar la banqueta para que los muslos apoyen mejor, algo que agradecerán los ocupantes de mayor estatura. A algún compañero le ha parecido que el asiento proporciona poca sujeción lateral pero creo que pocos conductores la echarán en falta. Si eso sucede, es posible adquirir unos asientos que permiten regular el apoyo lateral, tanto en los muslos como en la espalda. También pueden tener calefacción, ventilación y función de masaje.

El volante tiene un aro grande y, como su regulación es eléctrica, puede configurarse para que se acerque al salpicadero automáticamente para facilitar el acceso o la salida del coche (imagen). Opcionalmente puede ir recubierto parcialmente en madera (imagen). A mí no se me ha resbalado nunca pero, si deja aparcado el coche y le da el sol al volante, la parte de madera se calienta muchísimo, tanto que apenas se puede mantener la mano en esa zona del aro.

La madera también se emplea en una tira decorativa que recorre el salpicadero. Durante un viaje de unos 300 km el reflejo del sol me fue incordiando casi todo el camino. No sé si con la opción de las molduras de granito se soluciona este inconveniente. Si lo hace, merecerán la pena los más de 4.000 € que cuesta.

La pieza que cubre la instrumentación está recubierta con piel y todo el salpicadero es de un plástico blando al tacto, materiales que se repiten en los paneles de las puertas. Opcionalmente, todo el salpicadero puede estar tapizado de piel. Visualmente, todas las piezas están ajustadas correctamente y no se oye ningún tipo de ruido por ese motivo.

El cuadro de instrumentos se lee con claridad aunque hay que acostumbrarse a encontrar algunas informaciones, que parecen colocadas aprovechando los huecos entre los indicadores de aguja (imagen).

El indicador central, el de mayor tamaño, es una pantalla que muestra distintas informaciones. Me parece una idea muy útil porque permite variar lo que se muestra en función de que se necesita en cada momento. Por ejemplo, en condiciones normales da la velocidad como un indicador de aguja normal (imagen) pero, si se activa el sistema de visión nocturna, la velocidad aparece en forma de una barra horizontal para dejar espacio a la imagen que capta la cámara de infrarrojos.

La iluminación interior es buena por cantidad y calidad. Hay una iluminación ambiental —de serie u opcional, según versiones—, mediante tiras luminosas, que recorre horizontalmente el salpicadero y las puertas. Es posible seleccionar el color entre tres tonos: color 1, color 2 y color 3.

En general, creo que Mercedes-Benz ha resuelto muy acertadamente cómo manejar todos los dispositivos que puede llevar el Clase S y lo consigue con muchos menos botones que otras marcas como Audi, por ejemplo. Eso sí, el diseño de los botones es peculiar y en muchas ocasiones, principalmente de noche, el dedo se va a la zona iluminada, que no forma parte del botón. Un detalle muy feo es que hay un interruptor para la cortinilla trasera en la consola (imagen), lleve o no instalado este elemento.

Con los mandos del volante se puede accionar o configurar en pocos pasos cualquier elemento del equipamiento. Y el resto se accionan con el mando redondo de la consola. Además, el sistema de reconocimiento de voz («LINGUATRONIC») funciona muy bien y resulta muy útil para seleccionar una emisora de radio —se puede decir la frecuencia o el nombre comercial— o llamar por teléfono dictando el nombre de la persona tal y como aparece en la agenda. A algunas personas que han conducido el coche no les ha convencido que algunas regulaciones del asiento se manejen desde los botones —que están acertadamente colocados en el panel de la puerta (imagen), en vez de quedar ocultos en el lateral del asiento— y otras desde la pantalla. Yo creo que no es un problema ya que mediante este segundo sistema se manejan únicamente el apoyo lumbar, el lateral y los masajes, funciones que no hay que estar accionando frecuentemente.

Las funciones principales del climatizador se manejan mediante las teclas de la consola (imagen). El mando central del sistema «COMAND» y la pantalla se deben utilizar si se desea seleccionar los aireadores por los que sale el  aire o para desconectar el compresor del aire acondicionado. Otras funciones son la regulación de la temperatura a la que sale el aire por los pies o modificar la corriente de aire según tres programas: enfocada, normal o difusa.

El climatizador tiene una capacidad de enfriamiento grande; la calefacción no la hemos probado. Si el caudal de aire es grande resulta algo ruidoso. Cuando se activa la función de reconocimiento de órdenes de voz la velocidad del ventilador disminuye automáticamente al mínimo.

El maletero tiene la misma capacidad en todas las versiones —560 litros— puesto que el híbrido lleva la batería en el vano del motor (imagen). Es un volumen suficiente para llevar holgadamente un juego de maletas (imagen). Es más grande que el de un A8, un Serie 7 y un Lexus LS (ficha comparativa).

Para transportar mejor la carga hay un gancho escamoteable para colgar bolsas (imagen), huecos con redecillas en los laterales (imagen) y un doble fondo, de poca altura, compartimentado (imagen).