Mercedes-Benz Clase C Coupé (2016) | Impresiones de conducción

30/05/2017 |Mario Garcés (@mgarces83)

Este cupé de cuatro plazas es uno de esos coches que dan la sensación «de ir mejor cuanto más rápido se viaja», más enfocado a hacer viajes largos en autovía que al disfrute en una carretera de curvas. El motor 250 d consume muy poco carburante en cualquier circunstancia y da unas prestaciones buenas (en la media de su potencia), aunque su funcionamiento no es silencioso.

Comparado con el Audi A5 3.0 TDi de 218 CV que probamos simultáneamente, el C Coupé tiene una calidad de rodadura superior, pero en conjunto resulta menos gratificante, principalmente por el refinamiento del motor V6 del Audi. Además, el A5 es más barato si se compara en igualdad (es decir, en versión de tracción total; ficha comparativa).

La unidad que probamos estaba equipada con la suspensión neumática opcional AIRMATIC y llantas de 19 pulgadas con neumáticos de tamaño generoso (225/40 en las ruedas delanteras y 255/35 en las traseras; de serie son de 17 pulgadas). La calidad de amortiguación que da en autopista es superlativa, y muy buena en carretera y en ciudad. Sin embargo, en baches profundos o socavones, es posible sentir una sacudida más brusca de lo que cabría esperar, que achaco a la poca capacidad de absorción de los neumáticos, dado su bajísimo perfil, y a que esta suspensión es particularmente eficaz absorbiendo la energía de los movimientos largos y suaves, propios de las ondulaciones de la carretera, pero no tanto los cortos y secos.

Otra desventaja de estas ruedas (que desaconsejo para quien valore el confort por encima de la eficacia en curvas) es que producen mucho ruido de rodadura y tienen una tendencia muy acusada a «leer» las irregularidades que hay en el asfalto en el sentido de la marcha, como las grietas o las juntas entre carriles. Esto hace que la dirección tienda a descentrarse de su trayectoria cuando el asfalto no es perfectamente liso y haya que sujetarla con firmeza.

El habitáculo del C Coupé está bien aislado del viento y lo suficiente del motor, que no es silencioso en frío y no suena bonito en caliente. Tampoco es refinado, porque vibra claramente cuando se acelera a bajas revoluciones y transmite estas vibraciones al interior de forma que se sienten en los plásticos (en este vídeo y en las impresiones del interior he comentado que no todos ajustan bien), en los asientos y en el volante. Por encima de 80 km/h su ruido pasa desapercibido y, aunque se gane mucha velocidad, se puede mantener una conversación perfectamente sin elevar la voz.

La capacidad de aceleración del C 250 d Coupé es buena, la normal para su potencia (se puede comparar con otros coches en esta tabla comparativa de prestaciones). Ha necesitado 5,2 segundos para pasar de 80 a 120 km/h, que es una buena cifra, aunque peor que los 4,5 s que tardó el Audi A5 3.0 TDI 218 CV quattro, que le aventaja en 14 CV y es más pesado. Esta maniobra equivale a realizar un adelantamiento. Un Lexus IS 300h (223 CV) o un BMW 320d (190 CV), que son berlinas equivalentes a los cupés que compiten con el C Coupé, necesitan cuatro y seis décimas más respectivamente para hacerla, mientras que un Infiniti Q60 2.0 T (211 CV) tarda cuatro décimas menos.

La mejor cualidad de este motor es que necesita poco carburante para circular en cualquier condición (a esto se suma que la carrocería tiene un buen coeficiente aerodinámico de 0,28, aunque no conocemos su superficie frontal). En nuestro recorrido habitual de consumo, que transcurre en una autovía con muchos cambios de pendiente a una media real de 120 km/h, ha necesitado 5,3 l/100 km, un consumo bajo, el menor de entre todos los modelos con potencia parecida que hemos probado (idéntico al que obtuvimos con un BMW 420d Cabrio automático, un Jaguar XE 2.0 Diesel de 180 CV o un BMW 320d Gran Turismo de 184 CV).

En otras circunstancias más exigentes, bien viajando a ritmo muy ligero con dos pasajeros, bien en ciudad, no he llegado a ver el indicador del ordenador de viaje superar los 6,5 l/100 km (que equivaldría a 6,9 l/100 km reales, según el error de medición). La capacidad del depósito y el consumo contenido permiten superar sin esfuerzos los 1000 km de autonomía.

La dirección del C Coupé está muy bien calibrada, aunque también es muy sensible al estado del pavimento. Es rápida, muy precisa y transmite bien la información que el conductor necesita sobre lo que pasa entre las ruedas y el asfalto.

Alfonso Herrero y yo comparamos en una carretera muy sinuosa y ligeramente húmeda el Audi A5 Coupé y el Clase C Coupé, y obtuvimos conclusiones muy parecidas: el Mercedes-Benz parece más ágil y la caja de cambios 9G-Tronic es más rápida y precisa que la S-Tronic, pero el Audi nos parece más equilibrado ya que transmite más sensación de seguridad, porque su carrocería no se mueve al acelerar intensamente en curva. Es muy difícil discernir con claridad cuál de los dos es realmente más eficaz. La impresión que tuvimos con el Mercedes-Benz era la de que el control de estabilidad actuaba constantemente sin que parapadease ningún testigo en la isntrumentación.

Los frenos del Mercedes-Benz han respondido muy bien al practicar conducción deportiva, y no tanto al medir la distancia mínima de detención en una frenada de emergencia a 120 km/h. Necesitó 54,4 m, que es una distancia normal pero no brillante, y algo pobre si se compara con los 50,3 m que necesitó el A5 Coupé. El tacto del pedal es bueno y permite aplicar la cantidad de frenado que se desea con precisión en todo momento. Además, resisten bien un uso intenso sin perder capacidad de retención.

En la maniobra de cambio brusco de carril que aparece en el vídeo, el C Coupé es algo tosco de reacciones al aproximarse al límite. Conforme se aumenta la velocidad de entrada entre los conos, se produce un sobreviraje en el segundo y en el tercer giro brusco, que requiere estar rápido para corregir la trayectoria. El eje delantero apenas se desliza y guía al coche férreamente por donde se le pide. La hemos superado sin derribar conos a 79 km/h, una velocidad un poco más alta de la media de otros turismos.

Los faros más avanzados que puede tener el C Coupé son de ledes, con iluminación adaptativa y cambio automático de luces cortas y largas. Dan un haz de luz muy intenso y uniforme, y se adaptan con bastante precisión al tráfico, aunque en ocasiones recibí ráfagas de otros conductores en autovía porque el sistema no los había detectado y los deslumbraba. He echado de menos un poco más de dispersión por los laterales de la carretera pero, en general, me parece una opción recomendable, especialmente para quien suela viajar de noche.