Mercedes-Benz Clase C (2007) | Impresiones de conducción

03/05/2010 |Enrique Calle

En km77.com hemos probado la versión del Clase C 220 CDI (170 CV) de 2007 —desde febrero de 2010 tiene un consumo medio homologado más bajo— con las ruedas y la suspensión que tiene de serie. Opcionalmente puede tener unas ruedas mucho más anchas, una suspensión deportiva, una dirección diferente e, incluso, unos discos de freno delanteros perforados.

Hay una opción denominada «Advanced Agility» que tiene amortiguación variable controlada electrónicamente, una programación distinta de las reacciones del motor a los movimientos del pedal del acelerador y —si tiene cambio automático— de los procesos de cambio de marcha. Tiene un botón para elegir entre dos programas.

No hemos probado ninguno de estos elementos, pero no parecen muy necesarios porque, de serie, el Clase C es una referencia en berlinas de este tipo, por seguridad y confort.

Al menos con las ruedas y suspensión de serie, lo que le hace preferible a la mayor parte de los coches de este tipo se nota en carreteras rápidas. En las lentas no es una referencia porque la adherencia lateral no es muy elevada. Tampoco es un coche particularmente ágil en las curvas más lentas, como sí lo es el BMW Serie 3.

Sea en la carretera que sea, el Clase C es muy poco sensible a los errores de conducción y, por lo tanto, a aquellos movimientos de carrocería que propician reacciones bruscas.

Por ejemplo, si repentinamente hay que cambiar de dirección a alta velocidad, el coche apenas se desvía de la trayectoria marcada con el volante —dentro de un cierto margen—. También responde muy bien cuando hay que frenar repentinamente en curva, porque su frenada es muy segura —aunque con las ruedas de serie, las distancias de frenado no son muy cortas—. Con los frenos de serie, la resistencia al calentamiento y el tacto del pedal son buenos.

También nos parece que el Mercedes Clase C es superior a lo habitual por cómo rueda por carreteras de curvas rápidas con firme irregular. En estas condiciones, si cuando el coche está muy apoyado pasa por encima de un bache, la trayectoria se ve muy poco alterada.

Todo lo anterior lo hace con una suspensión suave, pero de mucha calidad. Es capaz de absorber bien todo tipo de irregularidades, pero en pocos casos la carrocería tiene movimientos demasiado amplios o descontrolados. Lo que tiene son movimientos suaves y contenidos. Hay coches donde también la suspensión trata bien a los ocupantes, pero donde para conseguirlo, generalmente hay que asumir un balanceo o un cabeceo amplio.

Viajando por carreteras rápidas el ruido que llega al interior del motor y de la aerodinámica es bajo, pero en este sentido no me parece superior a coches como el Citroën C5 o el Toyota Avensis. Lo peor de las cualidades dinámicas del Clase C es que, en ciudad o cuando se acelera fuera a baja velocidad, el ruido del motor llega con nitidez al interior. Al ralentí también se puede apreciar cómo hasta los asientos delanteros llega una cierta vibración.

El consumo es relativamente bajo para un coche de su potencia (170 CV). Comparativamente, es mejor en carretera que en ciudad. Para hacer una media de 133 km/h sólo por autopista ha gastado 6,7 l/100 km.

En un recorrido combinado de carretera y algo de ciudad el consumo fue 7,5 l/100 km. Si sólo se hace ciudad, el consumo puede llegar a unos 9,0/100 km —estas cifras son válidas para la versión de 2007, ya que la de 2010, con el mismo motor pero un consumo medio homologado más bajo, no la hemos probado—.

Un BMW 320d de 177 CV gasta menos y es más veloz, mientras que un Lexus IS 220d es más lento y consume algo más.

Se nota que la aerodinámica es buena porque a velocidad alta acelera con gran facilidad. Esta capacidad de aceleración a partir de una velocidad alta no se ve en nuestros datos de prestaciones (que son hasta 120 km/h).

El cambio automático de cinco marchas me parece que tiene un funcionamiento satisfactorio porque es capaz de cambiar de marcha con suavidad, y sin que haya apenas interrupciones de aceleración entre una marcha y otra. Tiene dos programas ( «C» y «S»), con diferencias de funcionamiento que no son grandes. Con el programa «S» («Sport») el cambio no es apreciablemente más brusco y no tiene tendencia a utilizar marchas más cortas durante las fases de aceleración. Sólo he apreciado una diferencia de funcionamiento en retención porque puede tardar más en engranar marchas más largas que con el programa «C».

Puede tener un sistema de protección previa a la colisión («PRE SAFE») que no funciona con un sistema de radar (que no puede tener), si no con el control de estabilidad.

El Clase C puede tener tres sistemas de iluminación; el de serie con bombillas halógenas, faros de doble xenón, y faros de xenón con iluminación adaptativa (más información). Nuestra unidad de pruebas tenía los faros de xenón normales, y nos parece que la iluminación que da es muy buena, sobre todo en luces de carretera. Este sistema de iluminación no tiene luz de curva, pero sí de cruce (a través de los faros antiniebla).

No sabemos en qué medida mejoran la iluminación los faros opcionales más caros, pero creemos que los intermedios dan muy buen resultado. Tampoco sabemos cómo van los faros de serie.