Mazda MX-5 Roadster Coupe (2007) | Interior

21/12/2006 |Enrique Calle

El MX-5 Roadster Coupe tiene un techo duro fabricado en dos piezas de metal. Está accionado por cuatro motores eléctricos y tarda 12 segundos en plegarse o desplegarse completamente, que es poco en comparación con el tiempo que necesitan los descapotables de cuatro plazas con techo duro en hacer la misma operación. Casi cualquier semáforo es suficiente para guardar o colocar el techo sobre la carrocería.

Este techo no tiene un accionamiento completamente automático; al igual que en la versión con techo de lona, hay que liberar manualmente el techo del marco del parabrisas (imagen). Hay que hacer poca fuerza para accionar este mando. En el salpicadero hay un indicador que advierte de cuándo ha terminado el accionamiento de la capota.

Con el techo colocado sobre la carrocería, el aspecto que tiene por dentro es prácticamente la de un coche cerrado. A diferencia del MX-5 con techo de lona, en el Roadster Coupé no quedan las barras que forma el entramado de la capota cerca de la cabeza.

Según Mazda, "una ventaja del techo metálico plegable en relación al de lona es que da un mejor aislamiento de los posibles ruidos provocados por el aire, a velocidad alta". La ventaja que hay puede ser apreciable, pero no es definitiva porque incluso en la versión con techo duro plegable, a partir de 120 o 140 km/h el ruido del aire es más alto de lo necesario para viajar con comodidad en trayectos más o menos largos.

Descapotado no protege mucho del viento, ni de las turbulencias (que llegan a la nuca de los ocupantes). A los pasajeros de más de 1,70 m (aproximadamente) les da una corriente de aire en la frente (algo que se puede eliminar parcialmente utilizando una gorra).

Tiene cortavientos de serie, pero a diferencia de otros descapotables, en el MX-5 no hay una diferencia grande entre llevarlo en su sitio o quitado. Que no sea muy eficaz se puede deber a que tiene un tamaño pequeño (imagen).

Un aspecto interesante de este coche es que el volumen del maletero es el mismo que el del MX-5 normal: 150 l (que de todas formas es poco). Lo que sí pierde la versión Roadster Coupe, con respecto a la de techo de lona, es el útil cajón para depositar objetos que hay detrás de los asientos (el techo metálico necesita más espacio para plegarse que el de lona). Sí se mantiene un compartimento entre los dos asientos (imagen).

El interior del MX-5 no vale para todo el mundo. En este coche más que otros, hay que montarse y probárselo. Se puede decir que personas de más de 1,85 m pueden tener problemas para acomodarse, porque su cabeza puede rozar con el techo. También quedan cerca las puertas, el salpicadero y el parabrisas como ya casi no ocurre en otros coches modernos. Además, montarse en el MX-5 requiere cierta flexibilidad porque los asientos (que son buenos) están muy bajos.

Una vez acostumbrado a su interior, a mí me ha parecido que se maneja bien: no necesita mucho espacio para girar, la dirección es rápida, se adivina el final del capó (que es muy largo) y la visibilidad hacia detrás y en tres cuartos está bien resuelta.

El equipamiento de serie es prácticamente el mismo que la versión equivalente con techo de tela, la única diferencia es que el Roadster Coupe lleva una conexión para iPod en la guantera. Tiene airbags frontales y laterales delanteros (de tipo cabeza-tórax), control de estabilidad (DSC), climatizador de una zona, tapicería de cuero con asientos calefactados (algo muy importante en un descapotable), faros de xenón, equipo de sonido Bose con cargador de CD, llantas de aleación de 17 pulgadas y equipo reparapinchazos.

La única opción de fábrica es la pintura metalizada (380 €), pero hay una larga lista de accesorios de concesionario.