Mazda3 (2006) | Impresiones de conducción

30/03/2007 |Enrique Calle

Estas impresiones de conducción se refieren al Mazda3 con motores de hasta 150 CV; el MPS de 260 CV lo tratamos por separado en este artículo.

El Mazda 3 tiene buen tacto de dirección, es ágil y preciso. Tiene una suspensión algo dura que no permite movimientos amplios de la carrocería en apoyos laterales fuertes con suelo bacheado. A pesar de ello, absorbe bien las irregularidades del piso sin transmitir a los ocupantes movimientos bruscos. De hecho, por confort es preferible a un BMW Serie 1 y a las versiones del SEAT León que tienen suspensión opcional deportiva. Un Renault Mégane o un Peugeot 307 son coches más cómodos, pero tienen unos movimientos de carrocería más lentos y pesados.

La dirección, con 2,9 vueltas entre topes, es suficientemente rápida; el diámetro de giro no es grande. La palanca de cambios tiene un tacto tirando a duro y unos recorridos más bien cortos. Tanto la dirección como la palanca de cambios tienen un accionamiento algo duro.

En función de la versión, las ruedas pueden ser 205/55 R16 o 205/50 R17. Las distancias de frenado son muy cortas para un coche de este tipo, su resistencia al calentamiento es buena y el pedal del freno tiene buen tacto.

La versión Diesel de 109 CV destaca por su fuerza en cualquier circunstancia y por su consumo. Esta versión le da al Mazda3 una aceleración acorde a su potencia y peso (prestaciones de esta versión medidas por km77). En algunas ocasiones, por ejemplo cuando hay que recuperar velocidad en autovía si un camión nos ha frenado, parece más potente de lo que realmente es. Lo peor de esta versión es el ruido que llega al interior a baja velocidad y acelerando, donde se oye con claridad el típico sonido a Diesel. En carretera también se percibe el sonido del motor, pero mezclado con el de rodadura. El motor en sí no es particularmente ruidoso, por lo que el problema debe ser la falta de aislamiento del habitáculo.

El consumo del Mazda3 con motor Diesel de 109 CV es bajo en toda circunstancia, lo que le permite tener un autonomía elevada a pesar de que el depósito de combustible no es muy grande (tiene 55 l). En carretera de sentido único, a una media de 130 km/h, gastó 5,7 l/100 km (prácticamente no hay ningún otro coche de este tipo que gaste menos); en recorridos mixtos por ciudad y alrededores consume alrededor de 7 l/100 km, un valor bueno.

El Diesel de 143 CV (el mismo motor que tiene el Mazda 5 y 6) es más silencioso que el de 109 CV, porque en ciudad tiene un traqueteo menos evidente. Quienes elijan esta versión porque esperan que sea más rápida que la de 109 CV no se verán defraudados.


La versión con motor de gasolina de 105 CV tiene una buena respuesta al acelerador y puede dar una capacidad de aceleración grande para su potencia (prestaciones), si se lleva a un régimen alto. No obstante, no es la versión más adecuada para viajar al un ritmo alto, porque en tales circunstancias el consumo puede ser algo elevado (tiene una diferencia notable de coste por kilómetro con respecto al Diesel de 109 CV); le vendría bien una sexta marcha desahogo.

El motor de 2,0 l de gasolina y 150 CV, comparativamente, parece que tiene una respuesta menos intensa cuando gira a un régimen medio o bajo, pero también puede dar una aceleración grande si se lleva cerca de su límite.

Aunque Mazda ha tomado medidas para reducir el ruido de rodadura en la nueva gama del Mazda3, el ruido que emite el motor y los ruidos aerodinámicos siguen siendo apreciables en determinadas condiciones de utilización.