Mazda2 (2011) | Impresiones del interior

22/09/2011 |Jaime Arruz

El Mazda2 destaca por tener un habitáculo amplio para el tamaño de su carrocería. Así, cuatro adultos de hasta 1,80 metros se pueden acomodar con facilidad porque hay suficiente altura y anchura tanto en las plazas delanteras como en las traseras (mediciones interiores). Un quinto ocupante, en la plaza central posterior, no podrá viajar cómodamente porque iría muy cerca de los dos pasajeros de los laterales.

El espacio para las piernas en las plazas posteriores es bueno siempre que no se lleven los asientos delanteros en su posición más retrasada —una persona de 1,80 metros no necesitará retrasar la banqueta de los asientos delanteros más allá de la mitad de todo su recorrido longitudinal, con lo que dejará un hueco para las piernas de los ocupantes de las plazas traseras más que suficiente—.

Se echa en falta que el volante se pueda regular en profundidad (sólo se puede regular en altura). Tal y como está no queda mal colocado, pero indudablemente se podría adaptar a más gustos si se pudiera alejar o acercar al salpicadero. La ubicación de la palanca de cambios, ligeramente elevada como en un Honda Civic o un Toyota Auris, contribuye a que su manejo sea agradable y sencillo. El reposapiés es grande y queda a una distancia correcta. La instrumentación es de fácil lectura y poco completa. Se echa de menos un segundo parcial en el ordenador de viaje, pero sobre todo, un indicador de la temperatura del agua (solo hay hay un testigo que se ilumina en azul cuando el motor está frío y en rojo cuando el motor ya se ha sobrecalentado, imagen).

Los asientos son cómodos, aunque no sujetan mucho el cuerpo. Tienen un relleno algo blando pero ello no supone una pérdida de confort en largos desplazamiento porque el cuerpo de los ocupantes no se mueve constantemente. Los cinturones de seguridad delanteros tienen regulación en altura, algo que agradecerán los ocupantes de mayor talla.


El acceso a todas las plazas es sencillo y cómodo, especialmente en la versión de cuatro puertas laterales. En este caso, la altura de la carrocería permite acceder a las plazas delanteras y traseras sin tener que agacharse en exceso. En las variantes de tres puertas sí hay que agacharse algo más para entrar a las traseras. Las puertas tienen un ángulo de apertura amplio, que deja un buen espacio para entrar al inteiror.

El habitáculo del Mazda2 transmite sensación de solidez y de aguantar bien el paso del tiempo. Todos los materiales parecen de buena calidad. Son más atractivos a la vista que al tacto —la mayoría son plásticos duros—. Como en otros modelos de Mazda, sobresale el ajuste excelente de todas las piezas. No hay holguras, juntas entre piezas mal resueltas o bordes afilados.

Todos los mandos tienen buen tacto y son sencillos de accionar. Con un poco de práctica, los de la consola se pueden manerar sin mirar. El sistema de climatización enfría al habitáculo en pocos minutos aunque la temperatura interior sea muy elevada. Los únicos elementos del interior que desentonan ligeramente son los tiradores interiores de apertura de las puertas y los mandos de las cerraduras que hay junto a ellos, algo frágiles y de aspecto pobre. También dan la sensación de ser piezas baratas los parasoles —ambos sin iluminación y el del acompañante sin siquiera espejo— y el retrovisor interior.

Hay muchos huecos para dejar objetos, aunque algunos son algo pequeños, como sucede en el caso de las bolsas de las puertas, la guantera o el espacio que hay frente a la palanca de cambios. Para vaciarse los bolsillos viene muy bien la bandeja que hay entre los asientos delanteros. Ninguno de los sitios para depositar objetos está tapizado o tiene el fondo de goma.

Un detalle poco práctico es que para poder acceder al tapón del depósito de gasolina hay que abrir la tapa mediante un tirador ubicado en el piso, junto al asiento del conductor. Es mucho más cómodo que la tapa se abra y se cierre junto con la puertas mediante el mando a distancia o la llave.

Maletero


Tiene una capacidad de 250 litros. Es un volumen menor que el de modelos como el Škoda Fabia (315 litros), el Citroën C3 (300 litros) o el Ford Fiesta (295 litros), pero mayor que el del Suzuki Swift (211 litros) o el Mitsubishi Colt (169 litros). Todos ellos son turismos de 3,85 a 4,00 metros de longitud.

El maletero del Mazda2 tiene formas muy regulares que facilitan la colocación de la carga. Tiene una profundidad equivalente al tamaño de una maleta como las que se pueden llevar en la cabina de un avión (imagen y mediciones del maltero). La distancia entre el tapizado del maletero y el borde de carga es 22 centíemtros; es decir esa es la altura mínima que hay que levantar un objeto para sacarlo del maletero.

La capacidad de carga se puede incrementar reclinando los respaldos de los asientos traseros —en una proporción 1/3-2/3—. No queda un fondo de carga plano: hay un escalón de 13 centímetros (imagen). En ese caso hay una capacidad de carga de 787 litros.

Los acabados de ciertas partes del portón del maletero, como la tercera luz de freno o las sujeciones de la bandeja a la chapa de la carrocería, en los extremos de la luneta, desentonan un poco frente al conjunto del habitáculo. Además, se echa en falta algún gancho para sujetar una red con la que fijar la carga o unos ganchos para sujetar bolsas o mochilas. Todas las versiones llevan una rueda de repuesto de emergencia, de menor medida que las otras cuatro.