Lexus LS 2018 | Impresiones de conducción

18/12/2017 |Alfonso Herrero (@alf_reguart)

El LS que se vende en España es el 500h, la variante híbrida. Creo conveniente probarlo antes de adquirirlo para estar seguro de que el funcionamiento de su sistema híbrido no va suponer un inconveniente. Lo digo no solo por cómo funciona (el aumento del ruido del motor no siempre es proporcional al incremento de la velocidad), sino también porque hay ocasiones que el funcionamiento del motor de gasolina no parece estar relacionado con lo que hace el conductor.

Lo primero se debe a que el elemento que permite relacionar el giro del motor de gasolina, el eléctrico, el generador y el de las ruedas es un engranaje planterario. Este sistema no mantiene una relación directa entre la velocidad del coche y la del motor de gasolina, por lo que es algo a lo que hay que acostumbrarse y puede que no a todo el mundo le satisfaga.

Lexus lleva utilizando este sistema desde hace años, aunque en este LS ha hecho cambios. Además del planetario, hay una caja de cambios de cuatro relaciones (más información en la página de técnica) y, entre ambos, Lexus simula 10 relaciones de marchas con las que trata de que la relación entre la aceleración y el ruido del motor sea más parecida a la de un coche con una caja de cambios convencional. Y lo logra, pero solo en ocasiones, porque en otras el funcionamiento del motor no se corresponde con la velocidad del coche (y tampoco he conseguido averiguar porqué era así; cuando podamos probar el coche en España durante varios días lo podremos analizar mejor). Esas diez marchas se pueden seleccionar también manualmente desde las levas que hay tras el volante, gracias a una programación que reproduce relaciones fijas.

A esta particularidad es posible acostumbrarse pero cuesta más obviar que el ruido del motor de gasolina está casi siempre presente, aunque esté girando a un régimen bajo. Es algo que no ocurre con otros coches de su precio. 

La estabilidad y la sensación de seguridad al volante es grande en autopista y también en carretera de curvas de radio amplio. La suspensión evita que la carrocería balancee y cabecee y la dirección permite trazar con precisión la trayectoria.

El LS 500h que he conducido y en el que he viajado como pasajero tanto en las plazas delanteras como las traseras tenía la suspensión de muelles neumáticos. Con ella es un coche muy cómodo, aunque me ha dado la sensación de que no filtra tan bien algunos tipos de desperfectos del asfalto como lo logran Mercedes-Benz y BMW en el Clase S y el Serie 7 (aún no he conducido el Audi A8 2018). Como los muelles son neumáticos estos pueden variar la altura de la carrocería. Lo hace al aproximarse al coche y abrir una puerta (sube 30 mm) para facilitar el acceso; al salir de él, también puede hacerlo (10 mm). Además, hay un pulsador para elevarla manualmente si fuera necesario (por ejemplo, en una rampa de garaje en la que rocen los bajos).