Lexus LS 600h (2007) | Impresiones de conducción

10/03/2008 |Alfonso Herrero

Como sucede con el LS 460, el 600h es uno de los coches más recomendables para viajar por todo aquello que está relacionado con el confort. Es muy silencioso y la suspensión amortigua con gran eficacia las irregularidades que pueda haber en el asfalto.

El LS 600h se conduce de la misma manera que un coche de cambio automático. Lo único extraño es que, tras pulsar el botón de arranque, no se percibe ruido ni vibración alguna ya que, salvo que el motor de gasolina esté frío, éste no se pone en marcha hasta sobrepasar cierta velocidad, si se acelera con suavidad (pueden ser un máximo de 60 km/h, aunque normalmente arranca aproximadamente a 30 km/h).

Como en el Toyota Prius, hay un botón «EV» (de «enviroment», ambiente en inglés; imagen) que fuerza al sistema híbrido a funcionar solamente con el motor eléctrico, algo que puede ser interesante, por ejemplo, al circular dentro de un garaje con poca ventilación.


Con la batería completamente cargada se puede circular una distancia de hasta 2 km en este modo, siempre que no se superen los 40 km/h (si se superan, el motor de gasolina entra en funcionamiento). Circular sólo con el motor eléctrico no significa necesariamente ahorrar gasolina, puesto que al descargar las baterías el sistema deberá volver a cargarlas en unas condiciones que puede que no sean las óptimas y que requieran un consumo mayor del motor.

Una vez en marcha, una centralita es la que selecciona qué motor debe funcionar (el eléctrico, el térmico o ambos simultáneamente) y el conductor sólo debe preocuparse de conducir. Aunque el coche se conduce igual que uno que no sea híbrido, el conductor puede favorecer la recuperación de energía si se hacen frenadas largas y suaves en lugar de cortas y bruscas.

El sistema híbrido no tiene una caja de cambios propiamente dicha. Al no haber marchas, la aceleración que da el LS600 es muy uniforme. En retención, en cambio, Lexus ha simulado el funcionamiento de ocho velocidades que se pueden seleccionar mediante toques longitudinales en la palanca de cambios. Estas ocho velocidades aumentan la retención, pero no afectan a la aceleración (más información de esta transmisión en el apartado de Información técnica).

En conduciones normales su funcionamiento es muy bueno porque actúa con suavidad pero, al probar el coche en una carretera lenta aprovechando en lo posible toda la potencia del motor, este sistema de transmisión no me ha convencido .La respuesta al acelerador no siempre es la misma: unas veces es muy brusco; en otras ocasiones responde como si no tuviese la misma fuerza. En cualquier caso, es de esperar que nadie se compre este coche para conducirlo así habitualmente. Si lo hace, probablemente se está equivocando en la compra.

Durante las deceleraciones (cuando el coche pierde velocidad) el sistema híbrido recupera energía y la almacena en la batería. Esta recuperación energética también se produce cuando el conductor frena. Si se pisa el pedal con suavidad, toda la fuerza de frenada la produce el motor eléctrico (que actúa en este caso como generador). A partir de cierta intensidad de frenada, el sistema convencional de frenos también toma parte para disminuir la velocidad del coche.


En nuestro recorrido habitual por autovía, el consumo del LS 600h ha sido muy similar al que medimos en el LS 460 (que gastó muy poco, 10,6 l/100 km). En cambio, por ciudad y alrededores el LS 600h resulta mucho más económico: gasta unos 15 l de combustible, cuando el 460 gasta alrededor de 20 l/100 km.

La suspensión tiene un sistema de amortiguación variable con tres modos de funcionamiento: Normal, Sport y Comfort (imagen del selector). Hay una diferencia evidente entre los dos últimos que se puede apreciar en el recorrido vertical de la carrocería, más amplio en el Comfort, y en la capacidad de absorción, más limitada en el Sport.

En carreteras lentas puede ser recomendable usar el modo Sport, siempre que se vaya a circular a un ritmo rápido, porque la carrocería se mueve menos. En las rápidas, no hay una diferencia muy evidente en el balanceo y no he notado que seleccionar uno u otro afecte a la estabilidad. En conjunto, el Lexus LS 600h es más cómodo que un BMW Serie 7 o un Mercedes-Benz Clase S, si bien al menos el Clase S es más ágil en carreteras lentas.

Las versiones con carrocería corta pueden tener opcionalmente unas estabilizadoras activas, cuyo funcionamiento no he podido probar detenidamente para hacer un juicio de valor.

El control de estabilidad (VDIM) es de los que actúa cuando es realmente necesario. En km77.com pudimos probar su funcionamiento y el de la tracción total, en un circuito que Lexus preparó durante la presentación de este modelo.


La primera prueba era un arco de circunferencia (unos 180 º) con un firme resbaladizo como el hielo (coeficiente de rozamiento 0,2). Con el VDIM conectado se podía recorrer a baja velocidad sin que el coche perdiese la trayectoria. Con él desconectado, a la misma velocidad el coche subviraba y sobreviraba y era difícil de controlar.

La otra prueba consistía en arrancar en una pendiente sobre firme resbaladizo como la nieve (coeficiente 0,5). Con el control conectado, el coche salía sin problemas, e incluso ganaba velocidad de forma notable durante el ascenso. Además, el coche no variaba la trayectoria (recta) de forma apreciable. Al desconectar el control, iniciar la marcha era muy difícil y el coche ascendía con mucha dificultad, con las ruedas patinando. Aun en esas circunstancias, parte de los sistemas que controlan la estabilidad del coche seguían activos e impedían que el coche girase sobre sí mismo (haciendo un trompo).

También probé a arrancar con las ayudas desconectadas y seleccionando el modo Snow de la transmisión. En este caso, el coche era capaz de iniciar la marcha con aparente facilidad pero rápidamente, antes de recorrer un par de metros, perdía adherencia y no podía continuar la subida.