Lexus CT 200h (2011) | Impresiones del interior

17/04/2013 |Enrique Calle

Inicialmente puede dar cierto agobio que la gruesa consola que hay entre los asientos delanteras sea tan voluminosa pero, después de un tiempo, no resulta molesta.

La configuración de la consola es distinta en función del nivel de equipamiento. En las variantes con navegador hay un mando denominado «Remote Touch Control» (imagen) cuyo manejo se asemeja al del ratón de un ordenador. En las versiones sin navegador, el sitio de este mando lo ocupa un hueco para guardar objetos. Desde ese mando se controlan con facilidad —no hace falta mirarlo— la mayor parte de las funciones del coche, como el equipo de sonido, el navegador, el teléfono y el ordenador de viaje. No hace falta recurrir a este mando para todo; por ejemplo desde unas teclas del volante (imagen) se pueden hacer operaciones básicas como cambiar la fuente de sonido o ajustar el volumen.

Todo lo que se maneja desde ese mando se ve en la pantalla del navegador de 8 pulgadas que está situada en la parte superior del salpicadero (imagen) de tal manera que para consultarla no hace falta desviar mucho la vista de la carretera. Se puede abrir y cerrar o variar su inclinación para evitar que tenga reflejos cuando le da la luz del sol directamente o cuando hay mucha claridad. Su imagen no se puede dividir para ver simultáneamente varias informaciones distintas como por ejemplo la ruta del navegador y la lista de emisoras de radio presintonizadas.


Las versiones con navegador tienen un sistema de reconocimiento de órdenes vocales. Su funcionamiento está lejos del que ofrecen los sistemas más avanzados, como por ejemplo el de Mercedes-Benz, porque no es posible hacer cosas como introducir una ruta en el navegador que previamente no haya sido almacenada en el sistema o usada como un destino anterior.

Todas las versiones del Lexus CT 200h tienen un mando giratorio en la consola (imagen) que permite seleccionar los tres modos de funcionamiento —«Eco, Normal y Sport»—. Cuando se selecciona el modo «Sport», la iluminación del cuadro cambia de azul a rojo y el indicador de la izquierda, que informa sobre la potencia eléctrica (imagen), se transforma en un cuentarrevoluciones (imagen), algo que es muy vistoso pero no sirve de mucho en un coche con el sistema de transmisión de este coche.

Los asientos delanteros (imagen) me han parecido muy buenos. Son cómodos y recogen muy bien el cuerpo, aunque carecen de regulación lumbar y por esa razón a algunos conductores les parece que la parte inferior de su espalda se queda con poco apoyo. En casi ningún coche pagaría por una tapicería de cuero; en este caso quizá sí. El cuero que puede llevar el Lexus CT200h es muy suave, agradable al tacto, no es resbalazido y no me ha parecido que se quede muy frío cuando el coche ha permanecido parado varias horas parado con tiempo fresco. Va perforado en la parte central de las banquetas y respaldos delanteros para mejorar la transpiración. Este mismo cuero también va recubriendo la tapa del cuadro de la instrumentación y la cara interior de las puertas.

El salpicadero está hecho con plásticos de calidad, incluso en las variantes más costosas. La ausencia de ruidos cuando se circula por firmes en mal estado también da una idea de que el Lexus CT 200h es un coche hecho con atención a la calidad. También es un detalle de gran calidad la suavidad y silencio con la que funcionan los elevalunas —su movimiento se ralentiza para completar la apertura y el cierre—.

Hay algún detalle que no ha gustado a todos los miembros de km77.com. Por ejemplo a algunos les ha parecido que el tapizado del techo es de un tejido poco agradable al tacto en vez del suave que lleva, por ejemplo, un IS. Los asideros del techo son como los de un coche antiguo (una pieza de plástico con cierto juego para poder meter la mano); a mí me ha parecido que cumple muy bien su función.


Espacio para pasajeros y maletero

Comparado con los coches de la competencia, las plazas traseras (imagen) del Lexus CT 200h están algo por debajo de la media por espacio interior. No son especialmente pequeñas en altura, anchura ni en espacio para las piernas, pero dos adultos de estatura media no viajan holgadamente como por ejemplo ocurre en un Volkswagen Golf.

La poca superficie acristalada de las puertas tampoco ayuda a que dé sensación de amplitud. El acceso a estas plazas es malo porque las puertas se abren en un ángulo más bien pequeño.

Las plazas traseras me parecen especialmente desaconsejables para tres ocupantes pues la plaza central es estrecha, dura y, al estar más elevada que las otras dos, el espacio libre al techo se reduce considerablemente.

El maletero tiene 375 litros de capacidad, cinco menos que el de un Audi A3 Sportback, si se cuenta el doble fondo (imagen). Como esta zona no tiene las mismas dimensiones que el resto del maletero no siempre es aprovechable. Si no se cuenta el doble fondo (imagen), el maletero se queda en 275 litros. Debajo del doble fondo está el equipo de reparación de pinchazos —no puede llevar una rueda ni de emergencia— y la batería del sistema híbrido.

La cortinilla que oculta el equipaje se puede quitar y alojar en la parte superior del doble fondo, en sentido perpendicular a la marcha, pero, si se coloca ahí, no se puede utilizar toda la altura del maletero ya que hace de obstáculo.