Lancia Voyager (2015) | Impresiones del interior

24/04/2013 |Jaime Arruz

El Voyager tiene siete asientos, distribuidos en tres filas: 2+2+3. Los cuatro de las dos primeras filas tienen asientos individuales. En estas plazas hay mucho espacio a lo ancho y para las piernas, pero no altura al techo, cota en la que es peor con muchos otros monovolúmenes (tabla comparativa).

Las tres plazas de la tercera fila —una banqueta dividida en proporción 40/60— también son válidas para adultos, excepto la central porque tiene poco espacio si las laterales están ocupadas. Su mayor hándicap es el poco espacio para los pies —no hay hueco para meterlos bajo los asientos de la segunda fila— y, especialmente, que el respaldo está muy inclinado hacia el maletero. El hueco para las piernas es suficiente. Como también ocurre en la segunda fila, la altura no es grande en comparación con la que tienen otros modelos parecidos (tabla comparativa). Además, la banqueta está muy cerca del piso, lo que obliga a llevar las piernas más dobladas.

La posición de conducción, como en otros monovolúmenes, está determinada por la distancia al suelo de la banqueta del asiento, mucho mayor que en un turismo. El ir por encima de la mayoría del resto del tráfico da una mayor visibilidad. Es fácil encontrar una posición cómoda porque el volante y el asiento tienen unas regulaciones amplias. A mi juicio, lo más incómodo del puesto de conducción es el accionamiento del freno de estacionamiento, mediante una palanca ubicada a la izquierda de los pedales, por encima del reposapiés. El cambio está ubicado a la derecha del volante, muy cerca de éste y del cuadro de instrumentos (imagen).


Los asientos son cómodos aunque su relleno es más bien blando, lo que hace que el cuerpo tienda a hundirse en la banqueta. Sujetan correctamente en curva. En los niveles de equipamiento «Gold» y «Platinum» los de la primera y la segunda fila tienen calefacción.

Los reposacabezas de la primera fila tienen una amplia regulación en altura y carecen de ella en las otras dos. Esto puede hacer que queden algo bajos para personas altas.

Los asientos de la segunda fila tienen regulación longitudinal (8 centímetros). Esto permite ampliar el espacio para las piernas de los ocupantes de la tercera fila de asientos o el hueco disponible para carga cuando éstos no se utilizan y se guardan bajo el piso.

Es muy sencillo pasar de siete plazas a dos (y las combinaciones intermedias). Los asientos de la segunda y la tercera fila quedan escondidos bajo el piso, en un sistema que Lancia denomina «Stow'n Go». En ese caso, queda un fondo de carga plano. Si los asientos de la segunda fila están en posición de uso, es posible utilizar el hueco en el que se guardan para depositar objetos. Hay mucho espacio, incluso para una maleta de las que están permitidas en la cabina de un avión.

Los dos asientos individuales de la segunda fila se pliegan levantando la tapa que cubre el hueco donde quedarán guardados y tirando de una palanca. Para plegar la banqueta de la tercera fila sólo hay que tirar de unas cintas, visibles desde el exterior con el portón del maletero abierto y que están numeradas para seguir el orden correcto. Hay que tener cuidado al hacer estas operaciones porque los asientos son pesados y pueden causar daños si se coloca la mano en un lugar incorrecto. Algunas versiones pueden tener un sistema automático de plegado para los asientos de la tercera fila.

El acceso al habitáculo se realiza mediante unas puertas batientes delante —primera fila de asientos— y unas deslizantes detrás —para acceder a la segunda y tercera fila— (imagen). Es cómodo en cualquier caso porque hay mucho espacio libre, aunque a algunas personas les costará más subirse porque la carrocería queda muy alejada del suelo. A diferencia de otros monovolúmenes o todoterreno de siete plazas, para acceder a la última fila no es necesario abatir ningún asiento, sino que se pasa entre el pasillo que dejan los dos de la segunda fila. Hay que agacharse, aunque no demasiado. Esto puede ser un inconveniente para personas con dificultades para moverse.

En las versiones mas equipadas, las puertas traseras tienen apertura y cierre eléctricos. En ese caso, se pueden accionar desde el mando a distancia o desde los mandos que hay en el plafón del techo de las plazas delanteras. El portón del maletero puede tener accionamiento eléctrico.


Climatizador y ventanillas

El sistema de climatización tiene regulación independiente para tres zonas: conductor, acompañante delantero y resto del habitáculo. Esto permite que los ocupantes de las dos filas de asientos posteriores pueden ajustar la temperatura, el caudal de aire y las salidas por las que se expulsa mediante unos mandos que hay en el techo.

El conductor también puede hacerlo desde otros botones que hay en el salpicadero. Además, puede anular el funcionamiento de los mandos traseros. Para la segunda y tercera fila hay cuatro salidas de aire en el techo y una en los pies, en el lateral derecho, que está dirigida hacia la tercera fila.

En las versiones más equipadas hay cortinas enrollables para evitar que pase mucha luz al habitáculo. Las ventanillas de la primera y segunda fila se pueden bajar, mientras que las de la tercera se abren lateralmente, mediante mecanismos eléctricos.

Ajustes y huecos para objetos

El aspecto del habitáculo del Lancia Voyager es mejor que el del Chrysler Grand Voyager, modelo en el que se basa, aunque sigue teniendo materiales poco vistosos a la vista y al tacto. Hay plásticos duros que dan la sensación de no ser de gran calidad en casi todo el interior, aunque transmiten solidez.

Los ajustes entre piezas son correctos, salvo algunos en los que hay más distancia entre una pieza y otra de la que debería. Un ejemplo de un ajuste poco cuidado es la unión del guarnecido del techo con el marco del parabrisas.

El Voyager permite transportar un gran número de objetos de diverso tamaño repartidos por los múltiples huecos del habitáculo. Así, hay tres en la consola, uno bajo el salpicadero, en la parte interna de las puertas —estos son muy grandes—, o bajo el apoyabrazos central delantero, donde hay un cajón extraíble de mucha capacidad. Además, tiene dos guanteras, unos espacios para botellas o latas de bebida en las puertas traseras y huecos en el techo, uno para guardar unas gafas en la parte delantera y otros a la altura de las dos filas de asientos traseras.


Los ocupantes de la tercera fila tienen a su disposición unos huecos para bebidas y otros pequeños para objetos. En los respaldos de los asientos de la primera fila hay unas mesas plegables como las de los aviones, para los ocupantes de la segunda fila.

Maletero

Es normal con siete plazas (510 litros) y muy grande con cinco (1450 litros) o dos (3912 litros). Cuando se guardan bajo el piso las dos filas de asientos posteriores, queda un fondo de carga plano (imagen).

Un Ford Galaxy o un SEAT Alhambra tienen menos maletero: 308 y 267 litros, respectivamente, mientras que un SsangYong Rodius tiene mucho más (841 litros). En todos los casos son datos con tres filas de asientos (listado ordenado por capacidad de maletero).

Tiene formas regulares que ayudan a colocar fácilmente la carga. El borde de carga queda bajo (63 centímetros), lo que permite no tener que hacer grandes esfuerzos para depositar objetos en su interior. Se echan en falta ciertos elementos prácticos, como ganchos para colgar bolsas o unas argollas en las que sujetar una red o unas cinchas elásticas con las que sujetar la carga, especialmente cuando se pliega la tercera fila de asientos —con todos los asientos en uso, el piso del maletero queda más bajo que la boca de carga y no hay mucha profundidad, con lo que los objetos no tiene mucho espacio para ir moviéndose—.

Tras la tercera final de asientos, a la derecha hay una linterna extraíble y a la izquierda un pequeño hueco para objetos. Tiene rueda de repuesto de tamaño reducido.

El cierre del portón eléctrico se acciona mediante un botón que hay a la izquierda, a la altura del muelle que lo sustenta. Está mal ubicado porque la persona que lo pulsa queda justo debajo y, si no se aparta, el portón puede golpearlo. Para que eso no suceda, tarda unos segundos en empezar a cerrarse una vez se pulsa el botón y hay un aviso acústico, similar al que tienen ciertos vehículos industriales cuando accionan la marcha atrás.