KIA Sportage (2007) | Impresiones del interior

18/04/2007 |Alfonso Herrero

A pesar de que sólo mide 4,35 m de largo, el KIA Sportage ofrece un habitáculo relativamente amplio, principalmente en las plazas traseras.

En las plazas delanteras hay sitio suficiente, salvo si el conductor mide más de 1,90 m; en ese caso las rodillas quedan demasiado cerca del salpicadero. Esto es así por dos motivos: uno, por el diseño del salpicadero en esa zona (no queda tan recogido como en otros coches); el otro es que el recorrido longitudinal del asiento no es grande. Entre la posición más cercana y la más alejada del volante hay, según nuestras mediciones, 130 mm; lo normal es que haya unos 200 mm.

La postura de conducción es la característica de un todo terreno, con la banqueta alta respecto al suelo y al piso del coche. El asiento del conductor tiene ajuste en altura mediante dos ruedas que modifican la altura de la banqueta, pudiendo levantarla independientemente de delante, de atrás o ambas cosas. El acceso a estos mandos es bueno cuando ya se está sentado. El asiento sujeta el cuerpo convenientemente durante una conducción normal y me ha parecido cómodo para realizar viajes largos.


El volante sólo tiene regulación en altura. A mí, que conducía con el asiento es su posición más alejada del volante y con el respaldo casi vertical, me quedaba demasiado cerca del cuerpo. En el salpicadero, el pasajero tiene una barra horizontal para asirse en zonas bacheadas.

Las plazas traseras ofrecen mucho espacio para las piernas y altura hasta el techo suficiente para personas de 1,90 m. Aunque hay espacio de sobra, los apoyacabezas traseros tienen un recorrido corto y resultan ineficaces para los más altos.

Un tercer pasajero, colocado en la plaza central, irá cómodo si no son muy grandes sus acompañantes, porque la anchura total no es muy generosa; por el contrario, tres niños irán bien porque no tendrán problemas de anchura y no hay nada en la zona de los pies que pueda molestar al que vaya en medio.

El asiento trasero está dividido en dos partes (60:40). Los respaldos se pueden ajustar en varias posiciones, dejando la espalda más o menos inclinada y disminuyendo o aumentando la capacidad del maletero. Hay un sistema que permite plegar todo el asiento trasero y dejar la superficie de carga plana: al abatir el respaldo, la banqueta se desplaza hacia adelante y abajo (ocupando el hueco donde van los pies) y el respaldo queda horizontal, enrasado con el plano de carga del maletero. El respaldo del asiento del pasajero derecho se puede abatir hacia adelante para intruducir objetos largos o usarlo como mesita.

Una de las cosas que me parece útil en un coche es que tenga sitio suficiente para dejar los objetos que se llevan encima habitualmente y este KIA cumple satisfactoriamente en este aspecto: hay un portagafas en el techo, un cajón con tapa, de gran tamaño, para dejar cosas ocultas bajo el apoyabrazos central de las plazas delanteras, las bolsas de las puertas son amplias y hay muchos huecos en la consola donde dejar las llaves, el teléfono o la cartera. Salvo los de las puertas, el resto de estos receptáculos tienen el fondo recubierto con goma o un material similar al terciopelo. La guantera es pequeña; a su izquierda, en la parte inferior del salpicadero, hay un gancho abatible para colgar un bolso (imagen).

Al maletero se puede acceder abriendo todo el portón o sólo la luna. Si dejamos la parte trasera del coche pegada a una pared no queda sitio para abrir la luna, algo que sí es posible en otros modelos que tienen este sistema. El plano de carga está a 67 cm del suelo.

El maletero tiene 332 l de capacidad hasta la cortina que lo cubre. Este no es el volumen real ya que, bajo el piso, hay un doble fondo con diversos compartimentos para dejar cosas (en uno de ellos está el gato). La rueda de repuesto, que es de emergencia, está bajo este doble fondo. El maletero está iluminado, tiene una red para sujetar la carga y hay cuatro ganchos para colgar bolsas, tres en los respaldos y otro en el lado derecho.


Para ocultar el equipaje hay una bandeja enrollable; no va colocada como es habitual junto al respaldo, sino a unos 25 cm de él y 10 cm por debajo de su borde superior. Para cubrir el hueco que queda, hay dos piezas de tejido que se sujetan mediante unos ganchos de plástico a las guías de los apoyacabezas traseros.

El Sportage no es un coche refinado: los plásticos son duros y no tiene los mismos ajustes que modelos como el Honda CR-V o el Land Rover Freelander 2 (que son más caros) pero sí es mejor en este sentido que un Jeep Compass y, en general, me parece correcto si se tiene en cuenta su precio.

En ocasiones he oído pequeños ruidos en el interior del salpicadero al conectar la calefacción, que podrían deberse al cambio de temperatura. También se oía uno procedente de la cortinilla trasera, algo que ya nos sucedió en la presentación de este modelo hace un par de años.

Hay algunos aspectos mejorables en algunos elementos, como la iluminación que proporcionan los faros o el funcionamiento del climatizador automático, que tiene cambios bruscos en la temperatura del aire que expulsa.