KIA Sportage (2005) | Algunas impresiones de conducción

28/11/2004 |Alfonso Herrero

La suspensión, independiente en las cuatro ruedas, no es seca y evita movimientos amplios de la carrocería (balanceo ycabeceo). En parte a causa de esta suspensión, el Sportage da sensación de calidad por como están filtradas las irregularidades (me refiero tanto a las vibraciones como al sonido).

Me ha parecido un coche relativamente cómodo en asfalto. Fuera de él, tiene el inconveniente de que está más cerca del suelo que otros todo terreno (la altura libre es de 195 mm). Por esta razón puede rozar con más facilidad por delante (al afrontar un obstáculo), como en los bajos.

La versiones con tracción total funcionan en tracción delantera mientras no patine ninguna de las ruedas delanteras. Cuando alguna de ellas patina, un sistema electrónico embraga el eje trasero hasta el punto que puede llegar a ser solidario con el delantero.

Es posible hacer que los ejes delantero y trasero sean solidarios con un pulsador en el salpicadero, siempre que el coche circule a menos de 30 km/h. Al superar esa velocidad y siempre que las ruedas delanteras no patinen, el eje trasero se desembraga automáticamente del delantero de forma progresiva; queda completamente desembragado cuando el coche alcanza 40 km/h. Esta función equivale a un bloqueo central en un coche que tenga diferencial central (el Sportage no lo lleva).

De los motores no puedo hablar mucho por lo poco que los pude probar. El 2.0 CRDi de 112 CV (el mismo del Carens y del Cerato) se queda justo de potencia, algo que se nota claramente cuando hay una rampa. Desde el interior no parece muy ruidoso.

En cambio, el V6 de 175 CV mueve con soltura suficiente el Sportage a pesar de que lleva una caja de cambios automática de sólo cuatro relaciones (con posibilidad de manejo secuencial). Los cambios ascendentes los realiza con suavidad, los descentes no tanto. Hay veces que era imposible hacer una reducción aunque el régimen del motor lo permite.