KIA Picanto (2011) | Impresiones de conducción

04/02/2015 |Jorge Fernández

El motor de 69 CV del KIA Picanto tiene una respuesta es agradable y funciona con mayor suavidad de la habitual en motores de tres cilindros, como el del Citroën C1. Al arrancarlo su sonido casi no se percibe desde el interior y no vibran ni los pedales, ni el volante, ni la palanca de cambios. Tan sólo se nota una mínima vibración en el respaldo del asiento. Si se conecta el aire acondicionado —con el consecuente aumento de revoluciones—  éstas vibraciones se hacen más notables. 

Por la fuerza que tiene es suficiente para circular por la ciudad y alrededores. También puede ser un coche válido para viajar por carretera porque es más bien silencioso pues a altas velocidades (dentro de la legalidad y en marchas largas) no se oye mucho el ruido del motor, el ruido de rodadura es mínimo y el que genera el aire al contacto con la carrocería no resulta molesto.

Para circular a 110 km/h por una autopista o autovía con pendientes es necesario utilizar con frecuencia el cambio de marchas. Si no se reduce a cuarta se puede perder mucha velocidad. En pendientes muy pronunciadas es necesario reducir incluso a tercera para mantener el ritmo. Esto se ve traducido en un aumento del ruido, de las vibraciones y sobre todo del consumo de carburante.

En torno a unos 70 CV de potencia, hay varios coches utilitarios que compiten con el KIA Picanto, como el Citroën C1 (y por lo tanto el Toyota Aygo y el Peugeot 107, básicamente el mismo coche y los tres con 68 CV), el Fiat Panda (69 CV) o el Chevrolet Spark (68 CV). A pesar de lo parecido del dato de potencia, según nuestras mediciones su capacidad de aceleración es muy distinta.

El más rápido de todos ha sido el C1 (no tenemos datos del Peugeot ni del Toyota, pero debe haber pocas diferencias), que tiene un motor con una respuesta sobresaliente. El más lento, el Chevrolet Spark, al cual le falta fuerza incluso para circular por la ciudad. El Picanto está en un lugar intermedio (tabla comparativa de prestaciones).

El Picanto de 69 CV tiene un consumo medio homologado de 4,2 l/100 km. Es un consumo bajo y ligeramente inferior al de modelos como el Suzuki Alto, el Nissan Pixo o el Fiat Panda con motores de gasolina de 65 a 70 CV.

En condiciones reales y cotidianas no se nota que sea uno de los coches de gasolina de menor consumo homologado. En nuestra prueba de consumo —que consiste en un recorrido de ida y vuelta de 143 km por autopista con fuertes desniveles a una velocidad media real de 120 km/h— ha gastado 7,7 litros reales (al menos en nuestra unidad, el ordenador tiene un error por defecto del 5%). En el mismo recorrido otros vehículos de similares características e igual o mayor potencia consumieron menos; Nissan Micra 1.2 80 CV (6,8 l/100 km), Volkswagen Polo 1.4 85 CV (6,8 l/100 km) y Ford KA 1.2 69 CV (7,2 l/100 km). En un recorrido parecido, un Citroën C1 gastó 7,1 l/100 km a una media mayor, 125 km/h.

En el cuadro de instrumentos hay un indicador de cambio de marcha (imagen). Se activa mediante el pulsador que hay para visualizar las diferentes funciones del ordenador de viaje (carece de indicador de velocidad media). Cuando se activa «Modo ECO on», indica —mediante una flechita y el número de la marcha a engranar—, el momento óptimo del cambio de marcha para realizar una conducción eficiente desde el punto de vista del ahorro de consumo de carburante.

La suspensión es blanda aunque da al Picanto buena relación entre comodidad y seguridad. Un efecto de la blanda suspensión es que en carreteras reviradas la carrocería tiene tendencia a balancearse notablemente.

Entre los coches pequeños, el Picanto no es de los que tienen mejor respuesta al volante en curvas ni de los más ágiles. Su dirección no tiene un tacto especialmente bueno y no deja sentir del todo lo que sucede entre las ruedas y el asfalto. Además es un coche que tarda en apoyar: hay un intervalo de tiempo relativamente grande entre que el conductor gira la dirección, la carrocería se inclina y el coche se apoya sobre las ruedas exteriores de la curva. Un Ford Ka o un Renault Twingo, aunque éste último es claramente más costoso, ofrecen unas reacciones mucho más rápidas y precisas a cada movimiento con el volante: tienen más tacto de «coche de carretera». Nos dió la sensación que el picanto de 85 CV tiene un ajuste de dirección y suspensión preferible y que por esa razón tiene mejor tacto que el de 69 CV.

Aunque el Picanto no es ágil, reacciona bien, es seguro y transmite confianza. Se nota, por ejemplo, en que una vez el coche está apoyado en la curva, si sobrepasa una irregularidad del asfalto (por ejemplo, una junta de dilatación o un bache) no tiende a desplazarse de la trayectoria marcada. Su aplomo sorprende. Los neumáticos de nuestra unidad de pruebas eran Hankook Kinergy Eco en medidas 165/60 R14; me ha parecido que en este coche dan un agarre bueno tanto en seco como en mojado.