KIA ProCeed (2019) | Impresiones de conducción

18/01/2019 |Carlos Fernández (@CarlosFP_77)

El Proceed ofrece una conducción más precisa y estimulante que el Ceed 5p y el Tourer. Aunque la suspensión es un poco más firme, mantiene un rodar refinado y silencioso que lo hace un coche recomendable para quien busque viajar con un buen nivel de comodidad. Las versiones GT, con un ajuste todavía más deportivo, tienen un tacto de conducción más directo, pero dan un confort de marcha algo inferior al resto de la gama. En cualquiera de los casos, la suspensión deja buena sensación porque suaviza los baches con un ruido que transmite solidez y calidad.

La versión con el motor de gasolina de 140 CV y cambio automático, que es la que he probado en profundidad, me parece una opción equilibrada porque funciona con suavidad, puede gastar poco combustible y da unas prestaciones buenas para su potencia, suficientes para moverse siempre con agilidad entre el tráfico. El motor es destacable por su respuesta suave, con un empuje lineal en todo el régimen de giro, aunque el sonido que produce no es especialmente agradable. Hemos medido un tiempo bajo, de 6,9 segundos para acelerar entre 80 y 120 km/h, frente a los 7,2 segundos del Ford Focus Sportbrake de 1.5 Ecoboost de 150 CV o los 6,6 del Toyota Corolla Touring Sports 180H de 179 CV, por ejemplo.

El cambio de marchas automático, que es de tipo doble embrague, funciona con una rapidez y suavidad correctas. Se puede manejar con unas levas tras el volante, que tienen buen tamaño y un acabado de calidad. A diferencia de otros cambios automáticos de doble embrague, el de KIA resulta satisfactorio en maniobras a baja velocidad, porque no hace que el coche avance a tirones.

El consumo de esta versión puede ser bajo si se conduce de forma tranquila y con anticipación al tráfico, pero tiene una sensibilidad notable ante un uso más exigente del acelerador. Si se conduce con normalidad, a ritmo agil entre el tráfico, el consumo ronda los 7,0 a 7,5 l/100 km en un uso mixto. En nuestro recorrido de consumo ha gastado 6,9 l/100 km, un valor normal. Por ejemplo, el Ford Focus Sportbreak de 150 CV mencionado más arriba gastó 7,2 l/100 km y el Toyota Corolla Touring Sports 180H (híbrido de 179 CV), 6,4. 

En la maniobra de esquiva comprobamos que el Proceed es la variante más ágil de toda la gama Ceed. Nos gustó mucho su desempeño en este ejercicio porque sus reacciones se mantuvieron seguras y precisas hasta una velocidad relativamente alta, claramente superior a la que toleraban el Ceed 5p y el Ceed Tourer. El balanceo de la carrocería fue escaso y la sensación de control sobre el vehículo, muy satisfactoria incluso cuando el subviraje fue demasiado grande como para encarar el tercer carril de conos.

El resultado de la prueba de frenada desde 120 km/h fue normal (52,4 metros), lejos del obtenido con el Ceed 5p de 120 CV (50,4 metros). Ambos montaban neumáticos Michelin Primacy 3 en medidas 225/45 R17 91W. El Ford Focus Sportbreak de 150 CV dio un resultado extraordinario en esta prueba (48,1 metros), mientras que el del Toyota Corolla Touring Sports de 179 CV fue malo (56,5 metros).

El ProCeed GT lo he conducido en carretera y circuito durante una presentación a la prensa. Su conducción es gratificante, entre otras cosas, porque los cambios que se han llevado a cabo en la suspensión se notan y hacen que el conductor sienta una mayor conexión con la carretera. La carrocería balancea muy poco en las curvas, los cambios de apoyo se producen con rapidez y los baches del asfalto llegan bien filtrados a los pasajeros (aunque, como es normal al tener una suspensión más firme, el ProCeed GT sí es algo menos cómodo que el resto de la gama Proceed).

El cambio de marchas manual, al igual que el conjunto del coche, no tiene un tacto verdaderamente deportivo (esto no es una mala crítica, sino una característica): aunque los recorridos de la palanca están bien definidos y es difícil errar con un cambio, no son cortos ni transmiten una sensación de especial precisión. La dirección, que es común a todas las versiones, es rápida y deja sentir bien en las manos el nivel de adherencia de los neumáticos, pero no llega a ser tan informativa como la de un Ford Focus o un Honda Civic, por ejemplo. 

El motor de esta versión (de gasolina, con 204 CV) también es agradable porque, aunque puede funcionar con suavidad en los desplazamientos sosegados en los que se busque el mayor confort de marcha, a partir de unas 4000 rpm produce un sonido más armonioso y da una sensación de empuje intensa, acorde con la potencia anunciada. El consumo, en un recorrido mixto de unos 100 km por autovía y carretera secundaria de curvas, tras realizar aceleraciones intensas puntuales y circular a un ritmo poco más alto que el del resto del tráfico, fue de 9,0 l/100 km, que parece un valor razonable. La capacidad de los frenos parece buena y no se resiente demasiado ante un uso exigente, como el que le dimos en el circuito. Además, el pedal tiene un tacto preciso que permite dosificar bien la fuerza de frenada. 

Todos los Proceed con cambio automático (y el Proceed GT manual también) tienen dos modos de conducción: Normal y Sport. El modo Sport modifica varios parámetros: la respuesta al acelerador, el tacto de la dirección (la asistencia es un poco menor) y la rapidez de respuesta del cambio en el caso de que este sea automático. El sonido del escape también es distinto (en el ProCeed GT cambia mucho, me parece bonito y estimulante) mediante dos sistemas: una válvula en el escape que se abre o cierra y un simulador acústico que reproduce sonidos a través de los altavoces.

Mi opinión es que el ProCeed GT puede dar un compromiso casi ideal para quien busque un coche familiar con un motor potente, un diseño especial y que proporcione sensaciones al volante más intensas de lo habitual en un coche similar. Y digo «casi» porque, al menos en la unidad de ProCeed GT que he conducido, el ruido producido por la rodadura es considerablemente más elevado que el que se oye en el resto de versiones.

El motor Diesel, que hemos probado con detenimiento en modelos como el Hyundai Tucson (prueba), es agradable por funcionamiento y da unas prestaciones y un consumo normales para su potencia. En el Proceed vibra y se oye poco. A falta de probarlo durante más tiempo y con más carga, creo que da un empuje más que suficiente, incluso en situaciones cotidianas en las que se requiere de una aceleración intensa, para satisfacer plenamente a un usuario que no dé mucha prioridad a las prestaciones.