KIA Carnival (2011) | Impresiones del interior

07/03/2011 |Jorge Fernández

El KIA Carnival es un monovolumen amplio aunque comparado con monovolúmenes de tamaño similar no destaca en ninguna de sus mediciones (tabla comparativa de mediciones interiores).

Los siete asientos tienen multitud de posibilidades de configuración, útiles para las distintas necesidades que puedan surgir. Hay numerosos huecos y cajones donde depositar objetos repartidos por todo el habitáculo. Todos ellos carecen de tapizado o fondo de goma, por lo que los objetos que se encuentren en su interior pueden producir ruidos molestos al deslizarse o golpear. Entre los asientos delanteros hay una bandeja con cuatro portalatas que se puede poner en posición vertical, quedando un hueco para cargar bultos de gran tamaño (imagen).

Está repleto de plásticos duros aunque éstos son agradables al tacto y están ajustados correctamente, dando sensación de solidez. Al circular por carreteras con el asfalto muy roto no se escuchan ruidos provenientes de desajustes. Estéticamente no varía apenas con respecto al modelo anterior (imágenes interiores).

El puesto de conducción es cómodo y la visibilidad hacia todos los ángulos es buena, lo que se agradece teniendo en cuenta el tamaño de la carrocería del Carnival. Nuestra unidad de pruebas tenía los cristales oscurecidos; éstos abarcan la segunda y tercera fila (incluida la luneta) y cumplen perfectamente su función de privacidad y de filtro solar a cambio de restar visibilidad notablemente.

El volante (imagen) únicamente tiene regulación en altura. Se echa en falta que no tenga regulación longitudinal. El punto de pivote de la columna de la dirección está muy cercano al volante, por lo que, según en la posición que esté regulado, puede quedar completamente vertical o mucho más horizontal. Si está regulado en la posición más alta queda muy inclinado —la parte superior del volante queda fuera del alcance de las manos lo que obliga a separar la espalda del respaldo para manipularlo con soltura  en determinadas ocasiones—. Con la regulación en altura abajo del todo la posición del volante es prácticamente vertical y éste queda muy cerca de las piernas.

Todos los mandos quedan a mano y la función que desempeñan resulta intuitiva. Los botones repartidos por el salpicadero y la consola (imagen) son de grandes dimensiones y están fabricados de plástico duro, lo que resta agrado al tacto. No hay mandos recubiertos de goma —como sucede en coches más económicos que sí que tienen los mandos giratorios del climatizador o de las luces recubiertos de un material blando—. El ordenador de viaje, situado en el techo junto al plafón de iluminación (imagen), informa sobre la autonomía, el tiempo transcurrido, el consumo medio y la temperatura exterior. Hay dos parciales para calcular distancias que están situados en el cuadro de instrumentos, en la misma pantalla donde está el odómetro general (imagen).

El freno de estacionamiento es de pie. Para accionarlo hay un pedal a la izquierda del embrague en una posición más elevada. Para desbloquearlo hay un mando mecánico en forma de tirador. El pedal del freno de estacionamiento resulta incómodo cuando se circula porque queda muy cerca de la pierna si colocamos el pie en el reposapiés —que está alejado del asiento más de lo habitual—.

El navegador con pantalla táctil de color tiene un funcionamiento correcto y resulta fácil de manejar gracias a que es intuitivo. La pantalla produce reflejos que dificultan su visualización —por mucho que se juegue con las distintas posibilidades de configuración de tamaño, brillo o contraste—.

Opcionalmente también puede tener un sistema multimedia que consta de una pantalla para visualizar películas en formato DVD a través de un disco, de una tarjeta SD o de un dispositivo externo (Auxiliar o USB). Dicha pantalla (imagen) está situada en el techo, en posición central justo detrás de la primera fila y se maneja mediante un mando a distancia. Se complementa con un par de auriculares inalámbricos —de buena ergonomía y con regulación de volumen independiente— que funcionan con tecnología Bluetooth. Este sistema tiene un funcionamiento correcto aunque su manejo resulta un tanto lioso si no se ha utilizado previamente unas cuantas veces (vídeo; 40seg de duración).

Hay un mando independiente del sistema de ventilación para la segunda fila de asientos. Está situado en el lateral izquierdo del techo (imagen). Tiene regulación del caudal de aire, de la temperatura y del lugar por donde queremos que salga el aire. Los aireadores están situados en el techo y en los pilares centrales.

El Carnival tiene un mando para desconectar el airbag del acompañante delantero (imagen). En dicha plaza no existen fijaciones ISOFIX, sino que éstas se encuentran solamente en la segunda fila de asientos (imagen). Es posible montar una silla infantil en cualquier plaza, incluso en las de la tercera fila, que no suele ser común por falta de espacio longitudinal (imagen).

Asientos

Todas las plazas tienen asientos individuales y resultan cómodas, especialmente las delanteras porque tienen mayor posibilidad de regulación—. Ningún asiento sujeta el cuerpo correctamente, lo que se aprecia con claridad al circular por carreteras sinuosas donde se echa en falta mayor agarre lateral. Las plazas delanteras tienen reposabrazos en el lado interior (imagen). No tienen posibilidad de regulación intermedia entre la posición más vertical o la horizontal. Al menos a mí, me quedaban colocados correctamente.

El cinturón de seguridad de la plaza central de la segunda fila va integrado en el propio respaldo. Me parece más cómodo que los que van anclados al techo. Éste y los de la tercera fila no tienen regulación en altura —el central de la segunda fila puede quedar bajo y los de la tercera fila altos (molestando en el cuello) teniendo en cuenta su situación—.

Retirar los asientos resulta costoso porque tienen un peso considerable como para que los mueva con comodidad una única persona. Están sujetos al piso mediante cuatro anclajes que, en el caso de la tercera fila, se encuentran en unos rieles. El procedimiento de extracción de los asientos es el siguiente: primero hay que desbloquear el asiento mediante una palanca o una cincha de tela y seguidamente hay que accionar un tirador situado en la parte baja de la banqueta para soltar los anclajes delanteros y así poder retirar dicho asiento (vídeo; 1min de duración).

El movimiento que realizan los asientos es el siguiente: primero se abate el respaldo —es aconsejable sujetarlo con la otra mano puesto que la maniobra resulta violenta y puede golpearnos— y después, como se sueltan los anclajes traseros, se elevan de la parte posterior, pivotando sobre los anclajes delanteros. Una vez en dicha posición hay una cincha oculta en cada asiento que sirve para agarrarlos (imagen) y evitar que caigan una vez emprendida la marcha (por sí solos no se quedan en posición vertical).

Tras ponerlos y quitarlos varias veces, he llegado a la conclusión de que los de la tercera fila es mejor retirarlos desde el habitáculo que desde el exterior y cuando están en la posición más adelantada posible. Así su colocación resulta un poco más cómoda ya que los anclajes situados en los rieles pueden dar lugar a confusión.

Espacio de carga

La capacidad de carga del maletero es de 180 litros con las 7 plazas. Con cinco plazas, extrayendo los dos asientos de la tercera fila y hasta las ventanillas, la capacidad aumenta hasta 1.000 litros. Extrayendo los asientos de la segunda y tercera fila (con solamente los dos asientos delanteros disponibles) la capacidad, hasta el techo, aumenta llegando a 3.050 litros (imagen).

La altura del borde de carga es de 58 cm, lo que facilita la maniobra de carga y descarga (imagen). No obstante, la distancia que hay que salvar desde el borde del paragolpes hasta la zona de carga es grande —28 cm—. Esto dificulta el acceso al fondo del maletero cuando no están montados los asientos de la tercera fila.

Nuestra unidad de pruebas tenía apertura automática del portón del maletero. Este sistema se puede accionar desde el mando a distancia, desde un botón situado en el techo cerca el plafón de iluminación (imagen) o desde el propio portón —ya sea desde el tirador o un botón —que sirven para abrir y cerrar el portón respectivamente—. El único inconveniente que he encontrado es que, una vez iniciada la maniobra de apertura, el automatismo no deja de hacer fuerza aunque detecte un obstáculo. La única forma de detenerlo es pulsando el botón situado en el borde inferior del portón que no sirve para detener la operación sino para volver a cerrar el portón. Si durante la maniobra de cierre el portón detecta un obstáculo éste vuelve a abrirse automáticamente. Vídeo: 1min y 1seg de duración.

Junto al mando interior de apertura y cierre automático hay un botón que permite desactivar el sistema para así poder realizar la maniobra de forma manual. Con el funcionamiento automático una serie de pitidos continuados informan de que el portón está en movimiento.