Hyundai i30 (2010) | Impresiones de conducción

14/06/2011 |Enrique Calle

i30 1.6 CRDi VGT 128 CV

Por motor y reacciones, el i30 con motor Diesel de 128 CV me parece completamente satisfactorio. También es muy agradable de utilizar porque los pedales, volante y cambio de marchas (en el caso de las versiones manuales) se manejan con gran suavidad y poco esfuerzo. A algunos conductores les parece que la suavidad de dirección es excesiva (está muy asistida) y al principio puede parecer que tiene un tacto un poco artificial. Con el paso de los kilómetros la dirección resulta muy satisfactoria y permite dirigir al coche con precisión y poco esfuerzo.

Creo que la suspensión del i30 puede satisfacer a personas con gustos y necesidades distintas; no es dura ni excesivamente blanda. Tiene el punto necesario de dureza para que, en curvas o frenadas, la carrocería no se mueva mucho y la necesaria flexibilidad para que los baches lleguen atenuados a los ocupantes.

En carreteras de pocas curvas el i30 es muy agradable, fácil de conducir y de dirigir por donde se apunta con el volante. Además no es especialmente ruidoso (al menos con el motor Diesel de 126 CV) por lo que los viajes largos se realizan con comodidad.

El i30 no es especialmente ágil, aunque esta característica sólo sale a relucir bajo condiciones muy concretas. Por ejemplo, no es especialmente rápido de reacciones si se conduce muy rápido en una carretera de curvas lentas o hay que cambiar de dirección repentinamente. En este sentido, un Ford Focus o un SEAT León (ambos más duros de suspensión) reaccionan con mayor inmediatez.

Nuestra unidad de pruebas montaba las ruedas más anchas posibles para el i30, unas Hankook Optimo D415 en medidas 205/55 R16. En ellas me ha parecido que el i30 da una adherencia normal, no especialmente elevada para su anchura.

Otra de las cosas que contribuyen a que el i30 sea agradable de conducir es el funcionamiento del Diesel de 1,6 l y 128 CV. En frío es algo ruidoso, pero se atenúa claramente cuando se acerca a su temperatura de funcionamiento.

Su entrega de potencia es constante y progresiva desde pocas revoluciones lo que facilita la conducción tanto en ciudad (no le cuesta salir desde parado y admite circular en marchas largas a baja velocidad) como en carretera porque es todo lo veloz, y quizá algo más, que se necesita en una utilización normal. Según nuestras mediciones de aceleración, acelera tan rápido como cabe esperar de su potencia, incluso se ha acercado a coches de mayor potencia. Comparativamente se le da peor recuperar velocidad en marchas largas.

El funcionamiento del cambio de seis marchas es bueno y es la alternativa más recomendable; no hemos probado la caja opcional de cuatro marchas pero nos parece que su funcionamiento estará muy lejos de las más modernas de seis y siete marchas que ofrecen algunos modelos de la competencia.

El i30 Diesel de 128 CV gasta poco carburante, al menos fuera de la ciudad. En nuestro recorrido habitual de consumo (143,3 km por un autovía con fuertes pendientes y buscando hacer una media real de 120 km/h) ha consumido 5,7 l/100 km. Según datos propios, ese dato está más cerca de los coches de menor consumo que de los que más gastan.

Datos de consumo. Mediciones de km77.com
Coche
Velocidad media
Consumo
Volkswagen Jetta 1.6 TDI 105 CV BlueMotion Tecnology

120

5,1 l/100 km

Renault Fluence 1.5 dCi 110 CV

120

5,3 l/100 km

Hyundai i30 1.6
CRDI VGT 128 CV
1195,7 l/100 km
Ford Focus Berlina 1.6 TDCi 115 CV

121

6,1 l/100 km

Citroën C4 eHDI 110 CV CMP1216,3 l/100 km
Opel Astra 1,7 CDTI 125 CV

120

6,9 l/100 km

No hemos medido su consumo en ciudad, pero quizá no gaste tan poco como aquellos coches que llevan parada automática del motor durante las detenciones (que cada vez son más).

En el Hyundai i30 Diesel de 128 CV el error del velocímetro y de consumo que hemos medido ha sido prácticamente despreciable, lo que es poco frecuente: la mayor parte de los coches marcan sensiblemente más velocidad de la real e indicar menos consumo. El cuenta kilómetros sí tiene un error apreciable: en nuestra unidad de pruebas para saber la distancia real que habíamos recorrido había que añadir un 3,4 % a las indicaciones del coche.