Hyundai i10 (2011) | Impresiones del interior

29/08/2011 |Javier Moltó

El i10, en ninguna de sus versiones, admite más equipamiento opcional de fábrica (sí hay accesorios de concesionario) que la pintura metalizada.

La versión menos equipada, denominada «Classic», lleva elevalunas eléctricos delanteros (traseros manuales), aire acondicionado, cierre centralizado con mando a distancia, equipo de sonido con lector de CD integrado y MP3, conexión para iPod y USB y airbag frontal para piloto y acompañante. El volante es regulable en altura, pero no en profundidad y el asiento del conductor no es regulable en altura.

En la versión «Comfort», además del equipamiento que lleva la «Classic», Hyundai incluye airbag lateral para los asientos delanteros, Bluetooth, asiento del conductor regulable en altura y equipo de audio con mandos en el volante. El airbag lateral es un elemento importante de seguridad en un vehículo urbano, dado que en las ciudades el riesgo de choque lateral en un cruce es elevado en comparación con las situaciones de riesgo que se viven en carretera o autovía.

No existe la posibilidad de disponer ni de climatizador, cuya presencia como equipamiento opcional está muy extalendida en la actualidad, ni de ordenador de viaje. El climatizador se suple correctamente con el aire acondicionado que posiblemente se quede escaso si van cuatro personas dentro del coche en un día caluroso. El ordenador de viaje no tiene sustitución posible para medir consumo medio o instantáneo o para la media de velocidad, salvo que se recurra a un cronómetro.

Con todo, la mayor carencia de equipamiento se encuentra en la falta de regulador a distancia para el espejo retrovisor de la derecha. Si viaja el conductor solo y tiene que cambiar el ángulo de orientación del espejo por el motivo que sea, no tiene una tera fácil, porque el mando queda muy alejado de su posición y la orientación del espejo requiere un ajuste fino.

El elemento de equipamiento que tiene el equipamiento «Comfort» es el Bluetooth, que permite utilizar teléfono sin manos y gestionarlo mediante reconocimiento de voz que funciona de forma aceptable. No reconoce prácticamente nunca la entrada correcta cuando se le solicita que reconozca nombre y apellido en la agenda, pero sí reconoce bien un solo vocablo. Intenté que reconociera Fernando Alonso de forma insistente y no lo conseguí. Probé con Pedro de la Rosa por si prefería otro piloto, pero tampoco tuve éxito. En cambio, sí reconoce Fernando a secas, pero no es habitual tener guardado en la agenda sólo el nombre o el apellido de la persona a la que se quiere llamar. Los números dictados de uno a uno los reconoce bien y también las órdenes registradas.

El i10 es un coche pequeño por fuera y también por dentro. Sin embargo, para su tamaño exterior, se puede considerar amplio por dentro, salvo en la cota de anchura. Por configuración, se puede considerar un monovolumen pequeño, porque los pasajeros van sentados muy altos con relación al suelo. La altura mínima de la banqueta delantera con relación al suelo es de 33 centímetros y la de la banqueta posterior de 30 centímetros. El Kia Picanto, por ejemplo, un competidor fabricado dentro del mismo grupo empresarial, no tiene los asientos tan altos. Al llevar a los pasajeros sentados muy erguidos, se aprovecha mejor el espacio a lo largo, ventaja que permite al i10 tener uno de los mayores espacios para las piernas de los pasajeros del asiento posterior y uno de los mayores maleteros entre los coches de su tamaño.

Aparte de su forma y la posición erguida de los pasajeros, el i10 no incluye ninguna de las facilidades de modularidad habituales en los monovolúmenes. Lo más que se puede conseguir es abatir el respaldo de los asientos posteriores, previa traslación y rotación de la banqueta para colocarla en posición vertical. Al abatir los asientos no queda un espacio plano de carga. La pequeña bandeja que cubre el maletero se puede colocar en posición vertical manualmente para facilitar la apertura de carga. No tiene un sistema de cuerdas atado al portón que la mantengan subida, por lo que luego hay que ponerla de nuevo en posición horizontal con la mano.

La postura de conducción no varía con relación al anterior, si bien Hyundai asegura que los asientos son nuevos. Es posible que los asientos recojan ligeramente más que los anteriores, pero siguen estando altos y tienen una banqueta blanda que no ayuda a conducir relajado, porque el conductor no se siente bien sujeto.

El volante no puede regularse en profundidad, pero sí en altura (Más impresiones del interior del modelo anterior que apenas varía).

En el i10 Hyundai no ha realizado ningún esfuerzo particular por conseguir un coche de calidad, ni en el diseño, ni en el remate de los diferentes componentes. Un ejemplo de la falta de esfuerzo en el diseño es el reflejo de la pantalla de radio en el centro del parabrisas cuando se conduce de noche. Es un reflejo que molesta en carretera oscura, pero que puede pasar prácticamente desapercibido en una ciudad iluminada. El descuidado ajuste de los materiales queda patente cuando se abate el respaldo de los asientos posteriores. Sin embargo, los materiales empleados en el salpicadero y en las puertas transmite suficiente aspecto de calidad.

Los huecos para depositar objetos es suficiente, aunque las bolsas de las puertas son prácticamente inservibles.