Honda Insight (2009) | Impresiones de conducción

14/10/2009 |Enrique Calle

El Insight puede rodar con facilidad de forma sostenida a una velocidad claramente superior a la máxima permitida en cada vía; para alcanzar esa velocidad necesita mucho lanzamiento.

Su capacidad de aceleración es parecida a la de un coche de su tamaño de menos de 100 CV, sea gasolina o Diesel. Es decir es un vehículo relativamente lento. Según nuestras mediciones, tarda 10,5 s en acelerar de 80 a 120 km/h, si la batería tiene carga suficiente (la batería del sistema híbrido va alojada detrás de los asientos traseros, imagen y es de 100 V; la convencional, de 12V, va colocada en la parte frontal).

Al subir una rampa larga o pronunciada, es posible agotar la carga de la batería destinada al motor eléctrico, y por lo tanto, la aceleración también disminuye. Antes de comenzar alguna maniobra que requiera gran aceleración durante mucho tiempo, conviene mirar la carga de la batería en la pantalla de la instrumentación. Como referencia, comenzando con la batería con plena carga (si bien es difícil tener una idea clara dada la poca precisión que tiene su indicador), deja de suministrar energía al motor eléctrico después de 50 segundos con el acelerador pisado a fondo, en una carretera llana y saliendo desde parado. El conductor puede advertir cuando ocurre porque la aguja que está colocada a la izquierda de la instrumentación, se queda entre la zona azul y la verde. Salvo en condiciones muy particulares como la descrita, no se agota la batería.


El cambio es automático de variador continuo con dos programas de funcionamiento, uno normal y otro «Sport». El modo «Sport» sirve para que el coche responda más rápido al acelerador (lo que viene bien para preparar un adelantamiento, por ejemplo) y para dar más retención en las bajadas pronunciadas. Lo que no hace el modo «Sport» es dar más aceleración. Las versiones «Executive» no tienen posición «Sport» de cambio, en su lugar llevan levas tras el volante para seleccionar las marchas que hay prefijadas (siete). Las levas también son útiles para conseguir más retención.

El consumo es bajo especialmente en ciudad. En un recorrido de acceso a una gran ciudad en hora punta, más algo de casco urbano, el consumo que cabe esperar puede estar sobre los 5,5 l/100 km o algo menos. Si sólo se hace ciudad y el tráfico está muy congestionado, el consumo puede estar sobre los 7,0 l/100 km.

Una de las razones por las que gasta poco en ciudad es que el motor de gasolina se para durante las detenciones, siempre y cuando no está funcionando algún componente eléctrico de consumo elevado (la luneta térmica, por ejemplo). También gasta poco porque el sistema eléctrico recupera energía (es decir carga la batería) en retención y frenada. Cuanta más carga tenga la batería, el motor eléctrico puede dar más asistencia —o durante más tiempo— al de gasolina.



El Insight tiene un modo de funcionamiento específico «ECON», que se conecta a voluntad del conductor mediante un botón verde a la izquierda del salpicadero. Al activarlo varía el funcionamiento del motor, de sus accesorios y de la transmisión para ahorrar el máximo de combustible. Por ejemplo, el climatizador entra en un modo de funcionamiento que da menor capacidad de refrigeración (más información).

La instrumentación está pensada para facilitar información al conductor de en qué momento está realizando una conducción económica. Honda llama a este dispositivo «Ecological Drive Assist System» (más información del modo «Ecological Drive Assist System»).

La ventaja de consumo que tiene en ciudad no es evidente en carretera. En mi recorrido de referencia por autopista sobre un recorrido de ida y vuelta de 160 km, a una media de 123 km/h (para lo cual hay que circular con frecuencia a unos 135 km/h) gastó 6,5 l/100 km. Es algo más de lo que pueden consumir algunos coches Diesel de unos 100 CV o algo más. En este mismo recorrido un Toyota Prius gastó 5,9 l/100 km.

Va bien en todo tipo de carreteras y reacciona con seguridad. Comparativamente va mejor en las lentas, porque es ágil, que en las rápidas, porque no tiene tanta estabilidad lineal como algunos coches de su tamaño.