Honda Civic Type S (2007) | Impresiones del interior

12/04/2007 |Enrique Calle

El puesto de conducción tiene las mismas peculiaridades en el Type S que en el Civic de cinco puertas, como la característica distribución de la instrumentación (dividida en tres pantallas) o la visibilidad hacia atrás (la luna está dividida en dos, lo que en ocasiones dificulta la visiblidad). El Civic no tiene limpiaparabrisas para la luneta trasera.

En general, el puesto de conducción deja la sensación de que en ciertos aspectos el estilo ha determinado la forma.

En km77.com hemos conducido el Civic personas de talla próxima a la media y más altas. Los más altos son los que más echaban en falta que el volante pudiera elevarse más. Además, a estas personas les ocurría que la parte superior del cuenta revoluciones quedaba oculta detrás del aro del volante. También puede ocurrirle a una persona de talla normal que se siente muy erguida.

Otro inconveniente que veo en esta instrumentación es que está detrás de láminas de plástico translúcido (de color morado oscuro, como su iluminación), donde el polvo resulta especialmente visible. Si no se limpia a conciencia pueden quedar marcas visibles al limpiarlo con un paño (sobre todo si está húmedo).

Aunque la suciedad sea más evidente en esta instrumentación que en otras, en ningún momento, incluso en condiciones de luz adversas, he tenido la sensación de que la información se consulte con dificultad desde el puesto del conductor (el acompañante no puede hacerlo fácilmente).

Los asientos son cómodos y sujetan bien el cuerpo. Al menos en las versiones «Sport» éstos van recubiertos con un tejido que recuerda al terciopelo. Este tapizado se adhiere bien a la ropa y favorece que el cuerpo no se mueva mucho en las curvas.

Para arrancar el Civic hay que utilizar las dos manos: la derecha para meter y girar la llave, la izquierda para pulsar el botón que pone en marcha el motor. Los mandos de la climatización están orientados al conductor (y quedan poco accesibles para el acompañante delantero); la visibilidad trasera es mala. La luna trasera está dividida en dos porciones, unidas por una gruesa franja de plástico que dificulta la visibilidad. Un Citroën C4 tiene una solución semejante pero más práctica (y puede llevar un pequeño lavaluneta; el Civic no).

No hemos encontrado ningún inconveniente a que haya que consultar la información en tres pantallas distintas; su distribución sí puede tener inconvenientes en función de la talla de cada conductor y de cómo se siente. Puede ocurrir que el volante quede bajo (incluso en su posición más alta) para determinados gustos.

En el Civic Type S, el acceso a las plazas traseras está bien resuelto (los asientos delanteros se pueden desplazar hacia delante lo bastante para dejar un acceso suficientemente cómodo), salvo porque los asientos delanteros no tienen memoria (al moverlos para acceder a las plazas traseras, no recuperan la posición original).

Es de los más grandes por espacio para las piernas en las plazas traseras, pero este hecho no compensa la escasa altura libre al techo. La poca altura libre al techo, junto con la elevada posición de la banqueta (y su forma), hace que la plaza central trasera sea inadecuada para un adulto.

El Honda Civic tiene un volumen de maletero grande, incluso sin contar con el doble fondo (que mide 70 l). La tapa que separa el doble fondo se puede eliminar; si se hace, se consigue un maletero muy voluminoso. Contando el doble fondo, el volumen del maletero es 485 l, mucho para un coche de este tamaño. Es así de grande, y muy profundo, en parte porque no tiene rueda de repuesto sino un equipo de reparación de pinchazos y porque Honda ha colocado el depósito de combustible debajo del asiento del conductor. Además, el diseño de la suspensión trasera también favorece este aspecto.

Los asientos tienen un mecanismo que hace que, a la vez que se abate el respaldo, la banqueta se desplace hacia delante y baje unos centímetros. De esta manera queda una superficie de carga completamente plana y enrasada con el maletero.

En general el ajuste de las piezas del interior es satisfactorio. No parece un coche refinado al estilo de un Audi A3 porque no hay muchas superficies que tengan un acabado acolchado, ni abundan los plásticos pintados; el Civic da buena impresión, pero de otra manera. El ajuste de todas las piezas está bien conseguido y el acabado es bueno (no hay bordes cortantes en determinadas piezas); además, los botones y ruletas tienen buen tacto y los plásticos son suaves y agradables. En general, todo el interior da sensación de solidez.

Dado que su precio es más alto que la media, se echa de menos que en ciertos aspectos sea más refinado: por ejemplo los huecos dispuestos para depositar objetos (que son suficientes) no tienen un fondo de goma o de un material adherente que evite que lo que se deposite se mueva y golpee con facilidad (el interior de la guantera sí está tapizado, pero parcialmente).

En el Civic es de plástico lo que está hecho para que recuerde al metal: van pintadas en color aluminio algunas piezas del salpicadero, el cerco que rodea a la palanca de cambios, parte del freno de mano, parte del volante y los apoyabrazos de las puertas. Estos recubrimientos son los mismos para las tres variantes de equipamiento.

La información para el conductor es la habitual en coches de este tipo (velocímetro, cuentarrevoluciones, temperatura de agua, nivel de combustible y las propias del ordenador de viaje), más un par de indicadores «ECO» y «REV».

El indicador «ECO» sirve para saber si el motor está funcionando en una fase de consumo alto o bajo. Me parece un elemento interesante para hacer una conducción económica, porque «educa» acerca de la forma de utilizar el acelerador. El indicador «REV» se enciende a medida que el motor llega a un régimen alto; es poco valioso (para eso está el cuentarrevoluciones).

En el Civic hay diversas funciones que no se pueden configurar, como el cierre automático de puertas al superar una determinada velocidad y la sensibilidad de las luces automáticas. De las informaciones que tiene el ordenador de viaje hay algunas no del todo frecuentes, como el testigo que indica si los cinco pasajeros se han colocado el cinturón de seguridad.