Honda Civic IMA (2003) | Impresiones de conducción

25/11/2003 |Enrique Calle

El hecho de llegar a un semáforo, poner punto muerto, que el motor de gasolina se pare y no se escuche absolutamente nada, da una quietud que no tiene ningún coche normal, por muy bien aislado y equilibrado que esté.

Como peatón, debe ser placentero andar por una calle, que aunque esté llena de coches parados en un atasco, ninguno de ellos haga ruido ni eche humo.

A corto plazo es improbable que podamos verlo. Honda tiene pensado vender 200 unidades de este modelo en 2004 y, aparte del Civic, sólo hay otros dos modelos cuyo motor se para cuando el coche se detiene: el Lupo 3L TDI y el Toyota Prius.

Aunque el motor de gasolina esté parado (se enciende un testigo rojo en la instrumentación), sigue habiendo asistencia de la dirección (eléctrica). Una carencia importante del Civic IMA es que el motor térmico no se para si el aire acondicionado está conectado (el Toyota Prius sí puede hacer funcionar el aire acondicionado con el motor parado). Tampoco se para el motor térmico si no ha llegado a su temperatura de funcionamiento, lo cual es normal.

Para comenzar la marcha basta con meter la primera velocidad; instantáneamente se conecta el motor térmico con muy poco ruido. No hay un retardo claro entre que el conductor mueve la palanca y el coche se pone en marcha.

La palanca de cambios tiene un pomo pequeño que cabe muy bien en la mano, las marchas entran con mucha facilidad y los recorridos son cortos

En ciudad y en carretera el Civic IMA se mueve con soltura incluso desde marchas largas. La respuesta que da al acelerador no es fuerte pero sí es muy constante en toda la gama de revoluciones y por ello agradable. Es capaz de mantener con facilidad unos 160 km/h, puede alcanzar más, pero a partir de ahí el esfuerzo que requiere acelerarlo es grande.

El conductor puede mantener un perfecto control, mediante unos indicadores en la instrumentación, del nivel de carga de las baterías, de su regeneración, de cuándo están aportando energía al motor eléctrico y de los momentos en los que sólo trabaja el motor de gasolina.

Hay dos flechas que indican el momento óptimo para cambiar a una marcha superior o inferior, en función de la posición del acelerador y de la marcha seleccionada. La completa instrumentación también da información del consumo medio de combustible y del instantáneo. Todos estos datos son muy fáciles de leer, muy útiles para que el conductor se ajuste a un tipo de conducción económica (si quiere) y me parecieron muy intuitivos. Nunca antes había montado en un coche de este tipo y comprendí su funcionamiento rápidamente.

La mayor parte de los kilómetros los hice por carreteras rápidas. En estas condiciones no es un coche muy silencioso, ni por motor ni por aerodinámica. La suspensión sacude más fuerte de lo habitual a los ocupantes al pasar por irregularidades, pero me pareció que su estabilidad lineal (capacidad de mantener la trayectoria en recta sin necesidad de rectificar con el volante) era muy grande.

Lo conduje poco en carreteras con curvas, y sólo a un ritmo ágil. Por el tacto de dirección que tiene, me dio la sensación de que es un coche ligero (en realidad no pesa mucho; 1200 kg), al que no le cuesta entrar en las curvas.