Lo que diferencia al Ford Ka Sport 1.6 95 CV (antes llamado «SportKa») de casi todos sus competidores, es que ofrece una elevada estabilidad en carreteras con buen firme y mucha adherencia.

Por lo que cuesta (12.997 €), no hay ningún otro coche tan adecuado para practicar un estilo de conducción rápido en carreteras con curvas, si bien no tiene unas prestaciones brillantes.

El Mini One también es aconsejable por estabilidad y tacto deportivo, pero es claramente más caro (14.500 €).

Su capacidad de aceleración no es muy grande. Sus recuperaciones (capacidad para ganar velocidad desde marchas largas) son comparativamente mejores, y muy buenas si las comparamos con otros utilitarios. El consumo de gasolina no es tan bajo como cabe esperar de un coche ligero (953 kilos) y poco voluminoso.

Las cualidades dinámicas son lo que lo hace más recomendable, en los demás aspectos no sobresale; hay otros utilitarios que son más económicos y pueden estar mejor equipados. Está a la venta por 12.997 € sin contar con el aire acondicionado que es una opción; 910 €. Cuesta lo mismo que un Volkswagen Lupo con el mismo equipamiento, y es algo más caro que un Lancia Ypsilon de 95 CV o que un Nissan Micra de 88 CV más información.

Su equipamiento de serie es escaso (no trae airbag frontal para el acompañante, ni aire acondicionado), aunque añadiéndole algunas de las opciones disponibles puede ser normalmente completo; puede tener techo solar, airbags laterales delanteros, tapicería de cuero, cargador de discos compactos y espejos retrovisores eléctricos. También puede tener sensor de aparcamiento trasero, creo que es una opción completamente prescindible en un coche de poco más de 3,6 m de longitud.

Se nota que es un coche que lleva muchos años en el mercado (desde 1997) porque no puede tener elementos de equipamiento que no estaban disponibles en esa época en los utilitarios, como el control de estabilidad, el climatizador, faros de xenón, airbags de cabeza, cerraduras eléctricas u otros automatismos diversos.

También se nota su antigüedad en que le faltan huecos en el salpicadero para dejar objetos (la guantera es diminuta). Lo que sí tiene son diversos huecos entre los asientos delanteros practicados sobre la moqueta que recubre todo el interior y unas bolsas de tela en el borde de las banquetas delantera.