Ford Focus Sportbreak (2011) | Impresiones de conducción

31/01/2013 |Jaime Arruz

El Ford Focus Sportbreak tiene una respuesta similar a las otras dos carrocerías de la gama: Berlina (5p) y Sedan (4p). Es agradable de conducir porque transmite sensación de seguridad y tiene unas reacciones muy precisas. La suspensión no es blanda —sujeta correctamente la carrocería— pero tampoco incómoda.

La estabilidad lineal en autopistas y autovías es satisfactoria porque, en recta y curvas rápidas, su trayectoria se ve poco afectada por las irregularidades del piso. Cuando se pasa por una junta de dilatación, el coche se mantiene por donde le indica el conductor con el volante.

La dirección tiene un tacto muy bueno y transmite fielmente al conductor lo que sucede entre las ruedas y el asfalto. Permite conducir con precisión fácilmente. Cuando se circula a un ritmo rápido por una carretera sinuosa, pasa poco tiempo desde que el conductor gira la dirección, la carrocería se inclina y el coche se apoya sobre las ruedas exteriores de la curva.

El habitáculo está bien aislado de los ruidos exteriores, tanto de rodadura como procedentes del motor, aunque no tanto como un Volkswagen Golf. La visibilidad es buena, especialmente hacia delante y mediante los espejos retrovisores exteriores; la luneta es algo pequeña. Los sensores de ayuda al aparcamiento son muy útiles.


El Focus Sportbreak que probamos tenía algunos de los elementos de equipamiento relacionados con la seguridad activa que estrena esta generación del Focus, como un sistema para evitar o minimizar las consecuencias de una colisión por alcance, un programador de velocidad activo, un dispositivo de alerta por cambio involuntario de carril o reconocimiento de señales de tráfico. Todos ellos son muy útiles y cumplen su función a la perfección (más información en el Focus Berlina).

1.6 TDCi 114 CV

Este motor tiene fuerza suficiente como para mover con soltura al Focus Sportbreak en gran parte de las circunstancias del día a día, aunque se echará de menos algo más de capacidad de aceleración cuando se tengan que afrontar adelantamientos en poco espacio. Es un motor relativamente suave y que se oye poco. Su respuesta es buena a medio régimen, pero le cuesta iniciar la marcha, sobre todo en una pendiente, y deja de empujar con intensidad pronto.

Según nuestras mediciones, es un coche lento para sus tamaño y potencia. Así, por ejemplo, tarda bastante más en acelerar de 80 a 120 km/h que un Renault Mégane Sport Tourer con motor Diesel dCi de 131 CV —hay 17 CV de diferencia, bien es cierto— y un Focus Sedan con el mismo motor (tabla comparativa). Sucede lo mismo en las recuperaciones en marchas largas —4ª, 5ª y 6ª—, especialmente en la última.

Esta versión del Focus Sportbreak tiene un consumo medio homologado de 4,5 l/100 km. Es un buen dato, aunque no tanto como el de otros turismos de carrocería familiar parecidos, como un Renault Mégane Sport Tourer o un Peugeot 308 SW (listado). En nuestro habitual recorrido de consumo, un trayecto por autovía de 143,3 kilómetros con varias pendientes pronunciadas, gastó 5,8 l/100 km a una media de 120 km/h —ambas cifras son reales, una vez aplicados los errores del ordenador de viaje tanto en lo que se refiere a consumo como a kilómetros—.

Es un consumo mejor que el del Focus Berlina que probamos con el mismo motor (6,1 l/100 km) y normal comparado con el de otros coches de similar potencia y tamaño, aunque no de carrocería familiar, como un Volkswagen Jetta (5,1 l/100 km) o un Renault Fluence (5,3 l/100 km), ambos con motores Diesel de 105 a 110 CV. Un Opel Astra Sports Tourer, el otro familiar del tamaño del Focus Sportbreak al que hemos podido medir el consumo, gastó 6,8 l/100 km, si bien la unidad que probamos era mucho más potente (160 CV).


El Focus Sportbreak 1.6 TDCi de 114 CV ha frenado bastante bien. Es de los familiares que hemos probado que ha necesitado menos metros para pararse desde 120 km/h (tabla comparativa). Tenía un tacto de pedal de freno muy bueno ya que comenzaba a frenar con decisión nada más empezar a ejercer presión con el pie.

Este motor de 114 CV va asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades. Tiene un tacto exquisito y es muy preciso: todas las marchas entran con suavidad y facilidad.

En su día también condujimos las otras dos versiones de carrocería del Focus con este motor Diesel (más información).