Ford Focus C-MAX (2003) | Impresiones del interior

18/11/2003 |Javier Moltó

Los coches que he podido conducir no llevaban el navegador con mapa en DVD y pantalla táctil, ni tampoco el sistema de entretenimiento para los asientos traseros con pantalla en el techo, que no sé si resultará molesta o no al mirar por el retrovisor. Tampoco había unidades con el freno de mano eléctrico (probablemente de serie en las versiones Ghia que se vendan en España), que permite utilizar una consola central diferente con una caja refrigerada de buen tamaño para llevar refrescos.

La posición al volante resulta elevada, incluso con la banqueta en la posición más baja. En las dos unidades que he conducido, la regulación en altura del asiento del conductor era eléctrica y mecánica la del acompañante. El volante se regula en profundidad y altura. Me he sentido cómodo, no sólo por la posición de pedales y volante con respecto al tronco, también por la situación de la palanca de cambios.

El mayor inconveniente para el conductor son los reflejos del salpicadero en el parabrisas y en el cuadro de instrumentos. Como el parabrisas está muy inclinado y es muy largo, cuando el sol está vertical, la columna de dirección recibe directamente la luz del sol, que se refleja en el cuadro de instrumentos y resulta molesto. Los montantes delanteros son muy voluminosos y en alguna ocasión, en carretera de curvas, pueden restar visibilidad para ver los coches que vienen de frente.

El interior del Focus C-Max no es amplio en comparación con otros monovolúmenes de longitud similar. Ni en longitud, ni en anchura (aunque la cota exterior de anchura es de las mayores) ni en altura, ya que se ha optado por una curva de techo muy marcada. Tres adultos en las plazas posteriores van justos a lo ancho y a lo largo. A diferencia de otros coches, los asientos posteriores no pueden desplazarse hacia atrás cuando se utilizan los tres (aunque el maletero vaya vacío) de lo que resulta un coche incómodo para tres adultos en las plazas posteriores, especialmente para el que va en el medio porque su banqueta y respaldo son más estrechos. El cinturón de seguridad para esta plaza es de tres puntos, con el anclaje superior situado en el techo y de acceso incómodo.Me han gustado más los asientos que he probado en la versión Ghia (con tapicería de cuero) que los de la versión Trend. No por la tapicería, sino porque recogen mejor la espalda y los hombros.

Dos adultos se pueden sentar en las plazas posteriores con comodidad. El asiento central se pliega y los laterales se desplazan en diagonal hacia atrás y hacia el centro. Un monovolumen cómodo para cuatro plazas y con un maletero de tamaño medio es un concepto nuevo, que puede tener sentido para unos padres que aprecien las cualidades dinámicas y que prefieran que sus niños viajen en una posición elevada y vean mejor el paisaje.

Las ventanillas posteriores no bajan hasta enrasar con la chapa; en su posición más baja, sobresalen entre 10 y 15 cm. Para esas plazas posteriores, en la versión Ghia por lo menos, hay una luz de lectura de mapas para cada una de las plazas y otra central.

La forma del maletero es muy regular y el nivel de carga está a 60 cm del suelo, que es poco. Si los aientos están en la posición adelantada, al final del maletero hay un escalón. Es un maletero con mucha altura, una anchura normal y no mucho fondo.

En las versiones con freno de mano mecánico hay dos huecos cuadrados entre los asientos y espacio para dos latas de bebida grandes y una de menor diámetro. También hay un hueco de tamaño adecuado para monedas y llaves a la izquierda del volante sin tapizar. En la parte superior del salpicadero hay una caja de amplia superficie y poca profundidad adecuada para mapas y otros elementos planos. Las bolsas de las puertas son pequeñas. En las puertas posteriores no hay bolsas. Tras el respaldo de los asientos delanteros hay dos mesitas, que sólo conviene desplegar con el coche parado.

En los parasoles de los dos lados hay espejos con tapa y con luz que se enciende con un interruptor independiente de la tapa (lo habitual es que cuando hay tapa y luz se encienda la luz al quitar la tapa).