Dodge Caliber 2.0 CRD (2006) | La mejor alternativa por precio y potencia de entre los de su tamaño

25/07/2006 |Alfonso Herrero

El Caliber es un turismo de 4.417 mm de largo y cinco puertas. La versión que hemos probado es la que tiene el motor turbodiésel de 140 CV.

La carrocería es algo intermedio entre la de un familiar y un cinco puertas. Por su aspecto, también hay a quien le puede parecer un todo terreno enfocado a un uso mayoritario en carretera, pero no es así. Jeep sí que comercializará un modelo llamado Compass que, aunque comparte estructura con el Caliber, sí tendrá ciertas aptitudes para circular por campo, gracias a un sistema de tracción total; este modelo de Dodge es tracción delantera.

Con el motor Diesel hay cinco niveles de equipamiento, denominados «S», «SE», «SE Design», «SXT Sport» y «SXT Limited» (de menor a mayor precio).

Si hacemos una búsqueda avanzada en la base de datos, vemos que no hay otro vehículo de cinco puertas, de su longitud y potencia, que cueste menos.

El equipamiento de la versión más asequible («S») es suficiente dado su precio, 18.500 €: control de estabilidad («ESP»), airbags frontales y de tipo cortina, aire acondicionado, elevalunas eléctricos en las cuatro puertas, cierre centralizado y una linterna recargable son parte de su equipamiento de serie. Un Ford  Focus Berlina 2.0 TDCi 136 CV Sport está algo mejor equipado, pero cuesta casi 1.000 € más.

La versión más cara, «SXT Limited» (23.500), tiene además control de la presión de los neumáticos, faros antiniebla, retrovisor interior de oscurecimiento automático, ordenador, programador de velocidad, cargador de seis discos, tapicería de cuero y calefacción en los asientos delanteros.

Hay algunos elementos que no puede tener el Caliber y sí otros coches de su precio, como los airbags laterales (ni delanteros ni traseros), faros de xenón, un sistema de iluminación en curva, conexión automática de luces o climatizador.

En calidad de terminación está por debajo de la mayoría de turismos comparables por precio o por tamaño.

Parece un coche sólido —no se oyen ruidos raros al pasar por terrenos bacheados— pero con un acabado inferior a lo normal actualmente y con algunos detalles muy poco cuidados.

Dinámicamente también está por debajo de la media. Sea por por la suspensión, la dirección, los neumáticos o por una combinación de varios factores, lo cierto es que por carretera no tiene la estabilidad de un coche moderno de su tamaño.

Por el contrario, sí me ha parecido agradable para usar por ciudad. Su diseño y altura puede transmitir cierta sensación de dominio y una visibilidad mejor sobre el resto del tráfico; los retrovisores exteriores de gran tamaño proporcionan un campo de visión amplio.

La asistencia de la dirección facilita las maniobras, por el poco esfuerzo que requiere para mover el volante, y la suspensión blanda evita que los pequeños baches tan frecuentes en las calles resulten molestos. Para quien lo valore, los neumáticos de perfil 60 permiten subir bordillos con mayor facilidad que un turismo (y que algún todo terreno) y la combinación de estos neumáticos con la suspensión del Caliber consigue que pasar por los «guardias tumbados» no sea un suplicio (ni para los ocupantes ni, aparentemente, para el coche).