Dacia Lodgy (2012) | Impresiones de conducción

18/10/2012 |Enrique Calle

La mayor parte de los coches modernos con los que compite el Lodgy, todos mucho más costosos, son más silenciosos y ruedan con mayor suavidad. Un ejemplo es el Renaut Scénic. Esa falta de aislamiento se nota, por ejemplo, en que a partir de unos 120 km/h es necesario aumentar un poco el tono de voz para hablar con los ocupantes de las filas posteriores o bien subir el volumen de la radio para escucharla con claridad.

La falta, ligera de suavidad es clara si uno se baja del Lodgy y se monta en otros modelos (por ejemplo, el mencionado Renault Scénic), pero posiblemente no sea determinante para el usuario que no tenga muchas referencias. Tampoco creo que afecte de forma clara a la comodidad en un viaje. He conducido varias horas seguidas, sin pasar de 120 km/h, y cuando me he bajado no me he sentido más fatigado que en otros coches más caros. Naturalmente esa sensación no la tendrá todo el mundo. Ahora bien, quien habitualmente haga desplazamientos muy largos a velocidad muy elevada y quiera un coche muy silencioso y que ruede con gran suavidad, quizá sea preferible gastarse más dinero y comprar, por ejemplo, un Citroën C4 Picasso.

La suspensión es, en general, correcta pero cuando se circula con poca carga la posterior resulta ligeramente dura (no demasiado) y en algunas irregularidades puede transmitir un movimiento rápido a los ocupantes. La sensación de comodidad aumenta cuando se circula con más carga.


Las ruedas que tenía nuestra unidad de pruebas eran unas Continental EcoContact de medidas 195/55 R16, que son opcionales. Las de serie son unas 185/65 R15. Al menos con las 195, las reacciones en curva son satisfactorias y la capacidad de frenada sobre suelo seco, buena.

Nuestra unidad de pruebas tenía control de estabilidad. Al menos con este dispositivo conectado, es difícil que el Lodgy llegue a tener reacciones bruscas (por ejemplo, si se frena con fuerza en una curva). No es un coche ágil (es decir, no cambia de dirección con rapidez cuando, por ejemplo, se conduce a ritmo rápido en una carretera de curvas lentas), ni tiene reacciones en pleno apoyo tan buenas como coches de concepción más moderna, pero se conduce con facilidad (la plataforma sobre la que Dacia ha desarrollado el Lodgy tiene partes en común con la del Dacia Logan).

Versión Diesel de 90 caballos

El Lodgy se puede elegir con dos motores de gasolina —1.6 de 85 CV y 1.2 TCe de 115 CV— y otros dos Diesel —1.5 dCi de 90 CV y 1.5 dCi de 110 CV—. El TCe es un motor moderno sobrealimentado de 1,2 litros de cilindrada de la familia «Energy» de Renault —Dacia es parte del Grupo Renault—. El Lodgy solo se puede elegir con cambio de marchas manual.

He probado la versión Diesel de 90 caballos y puede ser suficiente en según en qué circunstancias se circule. Aunque la diferencia de precio respecto al de 110 caballos no es grande, en torno a 800 euros, en un coche que compite por su bajo precio, esa cantidad sí puede ser definitiva.

El motor de 90 caballos parece suficiente porque el Lodgy es más bien ligero. Con este motor pesa 1313 kg, que es mucho menos de lo que pesan sus competidores. Por ejemplo, un Renault Grand Scénic con motor dCi 110 CV (no lo hay de 90 CV), pesa 1460 kg. Un Renault Modus, éste sí con motor Diesel de 90 caballos, pesa muy poco menos que el Lodgy, 1290 kg.


Esta versión del Lodgy permite incorporarse con suficiente agilidad a una vía rápida (si se usa correctamente el cambio de marchas) o circular casi siempre al borde de la velocidad máxima sin que el conductor tenga que hacer nada especial. Por ejemplo, con cuatro personas y poco equipaje, es capaz de mantener unos 120 km/h en la marcha más larga (la quinta) en una autopista con una pendiente aproximada del 5% y sin necesidad de acelerar a tope. Eso sí, en esas circunstancias no puede ganar velocidad con agilidad. En las vías de doble sentido, cuando es necesario adelantar en poco espacio, sí se echa en falta más fuerza. Tabla comparativa de prestaciones.

El comportamiento del motor en ciudad también es bueno porque no le falta empuje en el momento de la arrancada, incluso si se hace en pendientes (por ejemplo, una rampa de garaje).

El consumo es bajo. En nuestro recorrido habitual de consumo, buscando una media de 120 km/h en un tramo de ida y vuelta por una autovía de 143 kilómetros, el consumo ha sido 6,6 l/100 km (reales, es decir, después de añadir el error del 9% por defecto que tiene el ordenador). Este valor no lo podemos comparar con coches similares (no hemos probado monovolúmenes así de grandes y de poco potentes), pero parece relativamente bajo para un coche que tiene una superficie frontal grande.

Uno de los factores que ayudan a que el consumo pueda ser bajo es que el desarrollo en quinta marcha (la menos desmultiplicada) es muy largo (48 km/h cada 1000 rpm). Ese desarrollo hace que en quinta y en llano, el motor no pueda acercarse al régimen al que da su potencia máxima (4000 rpm). Sin embargo, no supone que la quinta marcha sea exclusivamente para llanear: con ella es posible superar muchas de las pendientes que hay por autopista sin perder velocidad o perdiendo muy poca.

El motor Diesel de 110 caballos tiene un funcionamiento similar al de 90, pero con algo más de fuerza en todo momento. Quizá es algo más silencioso, pero no puedo asegurarlo porque no hemos probado los dos a la vez.

El Lodgy se fabrica en Tánger, los motores Diesel y el gasolina 1.2 TCe 115 provienen de la fabrica de motores de Valladolid y las cajas de velocidades de la fábrica de Sevilla.