Citroën C3 1.4i (2002) | Cómodo a veces y demasiado blando otras

11/11/2002 |Juan Manuel Pichardo

Quienes más satisfechos se pueden sentir con el C3 1.4 son quienes valoren el confort de suspensión por encima de otras cualidades, y normalmente no circulen a un ritmo rápido.

Sin llegar al nivel de otros modelos más grandes de Citroën (incluido el Xsara), el C3 tiene la cualidad de que aísla convenientemente a los pasajeros del estado del suelo. En los baches que sacudan muy rápidamente a la rueda, no obstante, la suspensión puede ser algo seca.

Si el C3 1.4 puede ser incómodo es precisamente por una suspensión demasiado suave. Como los asientos sujetan poco, los ocupantes deben hacer fuerza para no inclinarse mucho cuando el coche se balancea. No estoy hablando de ir de carreras, sino de tomar una rotonda amplia a 40 km/h.

La dirección muy suave favorece la circulación por ciudad y, en especial, las maniobras con el coche parado. Gira bien, no es de las más rápidas (ni de las más lentas); por ejemplo, al doblar una esquina hay que dar un último toque al volante que no es necesario en otros coches.

Desde el punto de vista de la estabilidad, el C3 hace lo que cualquier otro coche moderno: no dar problemas y tolerar errores del conductor. Esto lo hacen mejor los que tienen antibloqueo de frenos, una opción para las versiones SX y SX Plus (de serie en las demás) que me parece muy recomendable. También me lo parece el control de estabilidad, pero no está disponible para ningún C3 con este motor.

No es el más indicado para quien le guste sentir el coche. La primera vez que lo cogí, me dio la impresión de que el volante era un instrumento hecho para balancear la carrocería, más que para cambiar de dirección. Con el tiempo creo que cualquier conductor se puede llegar a acostumbrar a ese tacto particular; otra cosa es que le acabe gustando, que me parece más difícil.

Es más subvirador que la mayoría de los coches modernos, el más cercano en este sentido es el Opel Corsa (que no me parece tan blando de suspensión). Una vez ha entrado en la curva, el C3 ya no tiene tanta tendencia a seguir recto como al principio. Incluso se puede esperar una cierta respuesta si se pretende cerrar más la trayectoria, bien girando más el volante o bien levantando el pie del acelerador.