Citroën C1 (2005) | Impresiones del interior

19/06/2005 |Javier Moltó

El asiento delantero del C1 va situado alto con relación al piso, claramente alto que en el Citroën C2. En el Citroën C2 el asiento es regulable en altura y en el C1 no. No es un problema para las personas altas (salvo las muy altas), porque queda una altura libre hasta el techo grande, pero sí puede ser un inconveniente para quienes prefieran ir sentados más cerca del piso. Con todo, no se trata de un coche pensado para realizar grandes distancias o pasar muchas horas seguidas al volante, por lo que tampoco me parece que sea un factor determinante a la hora de comprarlo. Se va alto, pero no más de lo que se suele ir en este tipo de coches pequeños. La diferencia con el C2 es clara, porque el C2 es muy bueno en este aspecto.


La banqueta trasera está homologada para dos personas. Es aconsejable para niños o adultos que no superen el 1,70 m de altura, personas con una altura superior a 1,75 m darán de forma inevitable con su cabeza en el techo y tendrán problemas de espacio para sus piernas. La anchura es suficiente para dos adultos de complexión normal.
Según nuestras mediciones interiores, la versión de cinco puertas es 9 cm más ancha atrás que la de tres. Esto se debe a que la anchura entre hombros está medida entre los marcos de las puertas en el primer caso y, en el segundo, entre el montante de la carrocería.

Los asientos tienen un mullido muy fino, especialmente los traseros. No son cómodos para pasar muchas horas. Los delanteros son cortos de banqueta y no sujetan especialmente bien. Para recorridos urbanos de menos de una hora me parecen suficientes.

La accesibilidad a las plazas traseras no es mala, pero presenta un inconveniente: ninguno de los asientos delanteros tiene memoria en regulación de longitud e inclinación del respaldo, por lo que siempre que alguien entre o salga de la banqueta trasera, el asiento delantero debe volverse a regular en la posición deseada por el ocupante del mismo.

El volante no se puede regular longitudinalmente, sólo verticalmente. Para mí es un inconveniente porque me gusta llevar el volante más cerca de lo que permite el C1. Del mismo modo, no me parece determinante por las características del coche.

El interior del C1 es sencillo, pero da una positiva sensación de acabado. Todos los plásticos son duros y parecen bien terminados (no hay piezas mal cortadas o mal encajadas, salvo el plástico que recubre el túnel de transmisión, que estaba suelto en los C1 que pude conducir).

Lo que desentona más son los mandos de climatización: están hechos con un plástico de apariencia pobre, tienen un manejo extraño y son duros de accionar. Estos mandos sorprenden porque tienen aspecto de sistema antiguo. Con movimiento lineal en lugar de circular, que es mucho más frecuente en la actualidad. Apenas existen ese tipo de mandos, que antes eran sistemáticamente así, en los que se desplazaba una leva para abrir más o menos paso al aire caliente. A mí también me han parecido duros de accionar.

El sistema de aire acondicionado a pesar de no tener salidas centrales, sino un distribuidor, funciona muy bien y enfría rápidamente todo el habitáculo.

El resto del interior, aunque sea sencillo, me parece muy agradable. Buena parte de la chapa de las puertas queda a la vista, pero no resulta molesto. Encaja con el coche, me da la impresión. Enrique dice «Hay diversos detalles que denotan que no es un coche refinado; por ejemplo, no hay ningún hueco con tapa (ni siquiera la guantera). No tiene luz de lectura, ni hay un botón en el salpicadero para bloquear las puertas (para cerrar por dentro el coche hay que pulsar directamente el pestillo de la puerta del conductor). No hay asideros para ninguna de las plazas. Sí tiene muchos sitios donde dejar cosas». Yo sustituiría refinado por caro. No me parece falto de refinamiento, porque no me parece basto, sino falto de riqueza (pobre, pero cuidado). Falta un elemento que sí me parece importante: la regulación en altura del cinturón de seguridad.

Sí me parece falto de refinamiento que, al abrir el maletero, el agua de la lluvia que moja la luneta posterior caiga directamente en el maletero, sin posibilidad de pasar por el vierteaguas. El maletero es pequeño, tiene 139 litros; es suficiente para dos maletas que no superen los 45 cm de fondo y no sumen más de 100 cm de ancho.