Chrysler Grand Voyager (2008) | Información general

04/06/2008 |Alfonso Herrero

El Grand Voyager es un monovolumen de grandes dimensiones y siete plazas. Está disponible únicamente con un motor Diesel de 163 CV y una caja de cambios automática de seis velocidades.

Lo más interesante de este coche es la facilidad que da para distribuir el interior a conveniencia. Todos los asientos de la segunda y tercera fila se pueden ocultar en unos huecos debajo del suelo, sin necesidad de desmontarlos.

No hay muchos monovolúmenes de este tamaño con los que comparar, pero teniendo en cuenta lo que cuesta, sería deseable que ciertos recubrimientos de plástico fueran de mayor calidad.

El Grand Voyager se puede adquirir con tres niveles de equipamiento: «LX», «Touring» y «Limited»; su precio parte de 40.390 € (todos los precios del Chrysler Grand Voyager).

Es mucho más caro que un Ssangyong Rodius. La versión más costosa del Grand Voyager («Limited», 51.200 €) cuesta menos que el Mercedes-Benz Clase R 280 CDI Largo (que tiene motor Diesel de 190 CV y cuesta 54.700 €): El Clase R es un vehículo de mayor calidad, pero menos amplio y equipado.


La carrocería del Grand Voyager mide 5.143 mm de largo, 1.954 mm de ancho y 1.750 mm de alto. Es un vehículo muy voluminoso, por lo que puede resultar dificil maniobrar con él en algunos garajes.

Para acceder al interior tiene cuatro puertas laterales, dos convencionales delante y dos correderas para acceder a la segunda y a la tercera fila de asientos. En las versiones «Touring» y «Limited», las puertas laterales deslizantes y el portón trasero tienen accionamiento eléctrico.

Dentro hay siete plazas, con dos asientos individuales en la segunda fila y una banqueta de tres plazas en la tercera. Aunque está homologado para siete, sólo viajarán cómodamente seis, porque el asiento trasero es estrecho para tres adultos. En un Rodius esta última fila de asientos es un poco más espaciosa, aunque tampoco tres adultos van bien. El Grand Voyager no es mucho más espacio para seis ocupantes que un Renault Grand Espace, pero sí tiene claramente más maletero cuando se usan todas las plazas.

En la mayor parte de los monovolúmenes, para conseguir una superficie de carga plana, o se desmontan los asientos o se abaten encima del piso. En el Chrysler Grand Voyager, los asientos cuando se abaten quedan por debajo del nivel del piso.

El primer sistema tiene el inconveniente de que los asientos suelen ser muy pesados y hay que tener un sitio para guardarlos. El segundo es más cómodo, pero como los asientos se quedan por encima del piso, restan volumen de carga. El sistema de Chrysler nos parece preferible; además, cuando todos los asientos están en posición de servicio, el sitio que queda debajo del piso se puede usar para guardar objetos, a modo de baúles.

La operación de plegado es manual para las versiones menos equipadas. Las versiones «Limited» tienen un dispositivo eléctrico que cambia automáticamente la posición de la tercera fila, bien sea para recogerla o para abatirla y usarla como asiento de cara al exterior.


Desde verano de 2008 estará disponible el sistema «Swivel ’n Go» que permite girar 180º los asientos de la segunda fila, para enfrentarlos con los de la 3ª, e incluye una mesa desmontable que se sitúa entre ambas filas. Este sistema elimina la posibilidad de guardar los dos asientos centrales debajo del piso porque estos son más grandes (necesitan serlo porque su respaldo es más resistente, dado que tienen integrados los cinturones de seguridad). En este caso, el espacio para guardar esos asientos se puede destinar permanentemente para almacenar objetos.

El equipamiento de confort es muy amplio. En función de la versión puede incluir elementos como cortinas enrollables en la segunda y tercera fila de asientos, una linterna extraíble en el maletero, un equipo de sonido con navegador, pantalla táctil en color, disco duro de 20 GB y toma USB, cámara de visión trasera y dos pantallas en el centro del techo para que los ocupantes de las segunda y tercera fila puedan ver películas en DVD, o conectar una videoconsola u otro reproductor multimedia compatible.

Hay algunos elementos que se echan en falta (no los puede tener ni como opción), como la conexión automática de luces, un sistema de iluminación activa o de entrada y arranque sin llave.

Hay algunos detalles más o menos interesantes, como el espejo interior para vigilar las filas traseras, buena iluminación interior y el compartimento portaobjetos que hay a lo largo del techo. Hay muchos posavasos y una consola entre los dos asientos delanteros que tiene regulación longitudinal de 53 cm para que la puedan usar los pasajeros de la segunda fila.

Por repuesta y estabilidad, el Grand Voyager se adapta bien a una conducción tranquila por vías amplias. Aunque va mejor que el anterior Voyager, si hay muchas curvas queda patente su tamaño y la suavidad de su cómoda suspensión. Los monovolúmenes más pequeños tienen una ventaja clara de agilidad respecto al Grand Voyager, como por ejemplo el Ford Galaxy.

En carreteras rápidas va bien porque puede sostener una velocidad relativamente elevada sin demasiados problemas. Lo que no tiene es la potencia suficiente para ganar velocidad con rapidez en condiciones exigentes (con mucha carga o en carreteras de gran pendiente) o para adelantar si no es posible anticipar la maniobra.


El motor tiene cuatro cilindros, 2,8 l de cilindrada y 163 CV. Es una variante del motor de 150 CV que llevaba el anterior Voyager. Respecto a éste, tiene 13 CV más, turbocompresor variable, inyectores piezoeléctricos y admisión variable. Resulta ruidoso y vibra mucho a ralentí. El consumo de combustible es moderado (más información en las Impresiones de conducción)

El cambio de marchas automático tiene un funcionamiento suave pero mejorable. No da retención (coloca marchas largas cuando el conductor levanta el pie del acelerador, por ejemplo, en una bajada pronunciada) y aparentemente filtra mucho la respuesta del motor (resbalamiento del convertidor de par: cuando se pisa el acelerador, durante unos instantes se aprecia que el motor sube mucho de régimen, pero no se siente aceleración en la misma medida).

El tapón de combustible va con llave. Para abrirlo hay que sacar la espada que va guardada dentro del mando a distancia ya que la llave que se utiliza para arrancar es electrónica.

La generación anterior del Voyager estaba disponible con dos carrocerías de distinta longitud (más información).