Chevrolet Malibu (2012) | Impresiones del interior

19/12/2012 |Jaime Arruz

El Chevrolet Malibu es una berlina en la que cuatro adultos y su equipaje pueden viajar muy bien porque el habitáculo es espacioso y el maletero, grande. Según nuestras mediciones, el Malibu es de las berlinas más espaciosas entre las de su tamaño (tabla comparativa).

Los ocupantes de las plazas delanteras no encontrarán ningún problema de espacio salvo que sean de una talla muy superior a la media. Las plazas traseras son válidas para dos adultos de hasta 1,80 metros. Las personas de mayor estatura es posible que se encuentren incómodos porque su cabeza rozará con el tapizado del techo.

La plaza central trasera, como sucede en muchos modelos, es más incómoda porque la banqueta va más alta que las dos laterales, con lo que hay menos espacio libre al techo, y el respaldo es más duro —hace las veces de reposabrazos central para los ocupantes de las otras dos plazas—. A ello se une que el piso no es plano y no hay mucho espacio para los pies.


Los asientos son cómodos aunque no sujetan muy bien el cuerpo en las curvas. Me ha parecido que los reposacabezas tienen poco recorrido y quedan bajos para personas altas. Los cinturones de seguridad delanteros tienen regulación en altura para poder adaptar su posición a la estatura de la persona que ocupen las plazas de conductor y acompañante.

La posición de conducción es buena en términos generales, aunque si el asiento no va en su posición más baja las rodillas quedan muy cerca del volante a pesar de que éste se coloque lo más alto posible —también tiene un recorrido amplio en profundidad—. Todos los mandos son de fácil acceso para el conductor.

La instrumentación es clara y fácil de leer. Entre los dos indicadores principales hay un pequeña pantalla que muestra dos menús diferentes: «información viaje/combustible» e «información del vehículo».

El primero permite consultar el ordenador de viaje. Tiene dos cuentakilómetros parciales y muestra el consumo medio y el consumo actual, la velocidad media, la velocidad actual y la autonomía restante. Además, incluye un cronómetro. Se puede echar de menos un segundo parcial de consumo medio. El segundo menú muestra la siguiente información: tensión de la batería, índice de calidad del aceite —en tanto por ciento (%)— y presión de los neumáticos. Para moverse dentro de cada uno de los menús hay varias teclas en la palanca izquierda de la columna de la dirección. Me ha parecido que los grafismos tienen un diseño algo antiguo (imagen).

Hay una pantalla táctil en la consola (imagen), de serie en todas las versiones, que permite manejar viarios sistemas del coche: navegador, equipo de sonido, conexión USB para fuentes externas y sistema manos libres Bluetooth para teléfonos móviles. También sirve para ver una galería de imágenes con las fotografías que pueda contener un lápiz de memoria que se conecte vía USB. En el menú de ajustes se puede modificar el idioma y la hora, además de ciertos parámetros de la radio, el teléfono, el navegador, el vehículo y la propia pantalla.

Además, se puede personalizar eligiendo los iconos a ver cuando se conecta. Me ha parecido muy intuitiva y fácil de usar. Responde bien a las indicaciones con los dedos, tanto la pantalla en si como los botones táctiles que hay a ambos lados. En los apartados de manejo sistema multimedia y vídeos hay más información sobre esta pantalla táctil y sus funcionalidades.


La conexión USB, así como otra «Aux-In», están dentro del reposabrazos central delantero (imagen). Hay dos tomas de 12V, una en la parte baja de la consola y otra dentro del reposabrazos.

La iluminación del habitáculo se realiza mediante leds de color azul (imagen). El cuadro de instrumentos y todos los mandos situados en el volante o en la consola tienen iluminación del mismo color.

Todos los mandos del Malibu tienen buen tacto y quedan a mano. Algunos son comunes con otros modelos de General Motors, como el Opel Astra o el Opel Insignia. Es el caso del volante y las palancas de la columna de la dirección. El freno de estacionamiento es eléctrico —hay un botón entre los asientos delanteros—.

Los materiales con los que está realizado el habitáculo son de calidad. Los ajustes y las uniones entre piezas están bien resueltas ya que no hay holguras ni plásticos que encajen mal. La mayoría de ellos son duros pero transmiten sensación de calidad. El principal del salpicadero no es tan duro y es muy agradable al tacto.

El Malibu tiene muchos huecos para dejar las cosas que normalmente se llevan encima, como unas llaves, el teléfono móvil o una cartera. Es muy útil, y una solución ingeniosa, el que hay tras la pantalla táctil de la consola, al abatirla (imagen)—. A él se unen los de la parte baja de las puertas —no muy grandes—, los dos de forma circular para botellas o latas de bebida tras palanca de cambios, el del interior del reposabrazos central, el cajón a la izquierda de la columna de la dirección y el portagafas en el techo. La guantera no es grande.

Los pasajeros de las plazas posteriores tienen a su disposición dos pequeños espacios para dejar cosas en las puertas, otros dos en los respaldos delanteros y dentro del reposabrazos central —hay un hueco para objetos y dos para bebidas—. Éste es el respaldo de la plaza central que se abate.

En la galería de imágenes interiores se pueden ver algunos de los espacios para dejar cosas que tiene el Malibu.

Maletero

El Malibu tiene una capacidad de maletero de 545 litros. Es uno de los que más volumen tiene entre las berlinas de su tamaño, sólo superado por el del Škoda Superb (565 litros), el Volkswagen Passat (565 litros) y el Ford Mondeo (550 litros). Modelos como el Peugeot 508 o el Honda Accord tienen casi 100 litros menos (listado comparativo).


Es posible ampliar la capacidad de carga abatiendo los respaldos de los asientos traseros —en una proporción 60/40—. Chevrolet no ha desvelado qué volumen hay disponible en ese caso. No queda un fondo plano sino que hay un escalón de seis centímetros entre el piso del maletero y la superficie que forman los respaldos de los asientos. La operación para volver a colocar los respaldos en su posición natural requiere cierta fuerza porque éstos son pesados.

El maletero del Malibu es muy profundo y tiene una boca de carga amplia, lo que facilita el depositar o extraer los objetos de su interior. No tiene formas regulares por los pasos de rueda. Además, hay algo menos de altura disponible en la zona más próxima a los respaldos. La boca de carga no queda muy alta (mediciones del maletero).

Todo el conjunto del maletero —tapa, tapizado y guías— está bien rematado y transmite sensación de solidez. Tiene un plafón de ilumianción pero se echan de menos unos cajones en los laterales para poder dejar pequeños objetos. Sólo hay una cincha elástica en lado derecho. También tiene cuatro argollas en las que poder sujetar una red para fijar la carga y evitar que se desplace en marcha.

Bajo el piso hay espacio para una rueda de repuesto de menor tamaño que las otras cuatro. De serie lleva equipo de reparación de pinchazos. En ese caso, queda hueco suficiente para objetos como unos triángulos de emergencia o una pequeña dotación de herramientas (imagen). Hay una pequeña pestaña que permite sujetar el piso para poder acceder a lo que hay bajo él con las dos manos libres.

La tapa del maletero tiene apertura eléctrica —cierre no—. Se puede accionar mediante un pulsador que hay escondido en la tercera luz de freno o a través de un botón del mando a distancia. La tapa se cierra sin dificultad.