Chevrolet Lacetti (2007) | Impresiones de conducción

25/09/2007 |Alfonso Herrero

La estabilidad y las reacciones del Lacetti están a un buen nivel. Entra bien en las curvas y, además, es complicado que se descoloque cuando se le fuerza en un apoyo, por ejemplo frenando repentinamente. Por lo tanto, es difícil que el Lacetti reaccione poninedo en aprietos a su conductor, mientras exista buena adherencia y hasta un cierto límite (en suelo mojado no lo hemos conducido).

Aunque puede que sea más estable que otros modelos, no es más seguro que los que pueden tener control de estabilidad. Las reacciones del Lacetti son buenas pero, en casos extremos como una maniobra de esquive, un cambio brusco de carril o una fuerte frenada en curva, es más fácil que pierda la trayectoria que un coche con control de estabilidad.

Lo que no tiene es una dirección precisa ni que informe satisfactoriamente si bien su tacto es relativamente directo. El volante tiene algo más de 3 vueltas entre topes, lo que supone manotearlo más de lo normal en carreteras lentas o al maniobrar en ciudad. La asistencia es correcta.


Los neumáticos de nuestra unidad de prueba eran unos Bridgestone Potenza RE720 en medidas 195/55 R15 85 V, con los que va bien.

La versión Diesel que hemos probado tiene una suspensión mucho más blanda que la de gasolina. El de gasolina no es un coche de suspensión dura, pero en carreteras bacheadas algunos ocupantes (sobre todo los de las plazas traseras) preferirán un coche más cómodo.

La palanca de cambios tiene recorridos largos en exceso y su accionamiento puede ser ligeramente lento en conducción rápida pero no en un uso normal; se acciona con suavidad.

Los frenos han aguantado bien un uso duro en las carreteras de montaña habituales durante la prueba pero la distancia necesaria para detener el coche, según nuestras mediciones, es mejorable.

El motor Diesel de 121 CV es muy suave. Por este motivo y lo bien que sale desde parado, me parece muy recomendable para ciudad. Además, se puede conducir en marchas largas a velocidad baja, respondiendo con rapidez cuando se necesita acelerar. Aunque llega bien a la zona alta del cuentavueltas, va mejor a bajo y medio régimen.

El consumo es bajo en términos absolutos y normal si lo comparamos con otros modelos similares. En autovía, la ausencia de una sexta velocidad (la quinta es corta) le perjudica ligeramente a la hora de obtener un consumo más bajo. En ciudad, el consumo ronda 8,5 l/100 km.

Que el desarrollo en quinta sea largo también afecta a la sonoridad. Si bien el Lacetti no es un coche ruidoso, en viajes largos por autopista el ruido del motor se deja sentir mezclado con el de rodadura. En cambio, en carreteras donde hay cambios de velocidad frecuentes, el aumento de ruido del motor al acelerar se percibe menos que en otros turbodiésel.

El motor de gasolina de 1,6 l con 109 CV es de esos motores que tienen una respuesta muy rápida al acelerador. En general da buenas sensaciones aunque no es tan rápido como parece. Hay otros motores, como el nuevo 1,6 Twinport de Opel, con los que realmente se nota que falta algo cuando se trata de buscar la máxima aceleración; con el Lacetti 1,6 no ocurre eso y, sin embargo, según nuestras mediciones estos dos modelos dan la misma aceleración.


Este Lacetti también ha acelerado un poco más que un Renault Mégane 3p 1.4 16V. Esto no quiere decir que se un coche lento pero, si se valoran mucho las prestaciones, hay coches más adecuados. Ni el peso del Lacetti es elevado (1.175 kilos), ni su carrocería es voluminosa, por lo que estos dos factores no influyen negativamente en los resultados de las prestaciones.

Aunque el motor da la potencia máxima a 5.800 rpm, es posible apurarlo más. En condiciones que requieran la máxima aceleración se puede pasar llegar hasta casi el corte (a 6.500 rpm, pero hay que anticiparse porque es un poco brusco) en marchas cortas. Creo que no sirve de mucho pasar de 6.100 rpm en marchas largas. Tiene un desarrollo en quinta velocidad de 33 km/h cada 1.000 rpm que, teniendo en cuenta el régimen de potencia máxima, da como resultado unos desarrollos ligerísimamente largos. Los datos de recuperación son mejores que los de aceleración.

El motor tiene un ligero sonido grave que se escucha a baja velocidad, poco régimen y mucha carga. Cuando el régimen del motor es muy alto (y la velocidad relativa baja) emite un sonido no muy amortiguado y algo áspero. Cuando la velocidad sí es elevada sigue predominando el ruido del motor, aunque se escucha con menos claridad porque se mezcla con el aerodinámico.

El consumo de gasolina que hemos podido medir (principalmente en condiciones de conducción rápida) ha sido algo elevado. En un recorrido por autovía con frecuentes repechos y manteniendo el motor a unas 4.500 rpm o algo menos (que corresponde a unos 149 km/h reales) el consumo medio ha sido 12,1 litros cada 100 km.

Mi compañero Javier Moltó pudo probar la versión 1,8l de 122 CV y, en una utilización normal, no apreció diferencias sustanciales de respuesta entre ambos. Es decir, la ventaja de prestaciones del 1,8 l frente al 1,6 sólo se aprecia cuando se lleva el motor a un régimen alto.