BMW M3 Coupe (2001) | Un rendimiento sobresaliente

24/01/2001 |Juan Manuel Pichardo

No he llevado un motor sin turbo tan bueno como éste; creo que es mejor que el V8 de 4 litros y 400 CV del M5. Da 343 CV, y casi diría que la potencia máxima es lo de menos.

Su elasticidad es prodigiosa. Está hecho para dar la potencia máxima a 8.000 rpm, pero se puede meter la sexta velocidad a 1.500 rpm (60 km/h), pisar a fondo el acelerador y —sin ruidos, toses ni tirones— da una aceleración tan uniforme como intensa. No aparece por ningún lado el empujón que pega un motor turbo potente.

Los 343 CV están ahí. En cierta medida le pasa lo que a muchos otros BMW: se nota más lo que corre cuando ya va rápido. En ir rápido tarda poco, eso sí; donde el tráfico, la carretera y las autoridades lo permiten, a poco que se quiera correr se pone a 200 km/h. Pero donde verdaderamente sorprende es a partir de ahí. La velocidad máxima está limitada a 250 km/h (realmente es un poco más, casi 257). La facilidad con que llega a esa velocidad, tanto en quinta como en sexta, no la tiene un Porsche 911. Tampoco la tiene la M5, cuya resistencia aerodinámica y relación peso potencia es semejante a la del M3, pero tiene desarrollos más largos.

A mi compañero Víctor le parece que la diferencia entre éste 343 CV y el anterior 321 no es tan grande como la que hubo entre el M3 de 286 CV y el de 321. Es posible pero, por la forma en que acelera a partir de una velocidad ya alta, me parece que tiene todos los caballos que se supone que tiene, si no alguno más.


Corre a cualquier régimen. En zonas de curvas no hay que preocuparse de mantener el motor alto de vueltas, aunque el cambio permite hacerlo por su escalonamiento. Como casi siempre, el salto entre segunda y tercera es grande. Si se estira el motor hasta 8.000 rpm en segunda (un poco más de 100 km/h), cae hasta unas 5.250 rpm al cambiar a tercera. Da igual, a 5.250 rpm tiene unos 270 CV. (Pincha aquí para ver una curva de potencia y más datos de este motor).

No es un motor silencioso, pero su sonido tiene poco que ver con el de un motor normal. Al acelerar desde bajo régimen con el gas a fondo, produce unos cambios de tono tales que parece que está haciendo una melodía.

Gasta poco. Así, en términos absolutos. Tiene un rendimiento excepcional (235 gramos/kWh de consumo específico); es decir, saca la fuerza de usar bien el combustible, no de usar mucho. En un recorrido por carretera con conducción suave y no más de 160 km/h, puede bajar de 9 l/100 km. En el característico recorrido desde el extrarradio hasta una gran ciudad, con atasco final incluido, no llega a 10. A ritmo muy rápido, con media de 170 km/h, está en torno a 15. Donde sea posible, con una velocidad de crucero en torno a 220 km/h y media por encima de 200 km/h, no llega a 20 l/100 km. Ningún otro coche capaz de ir tan rápido gasta menos, muchos que son más lentos gastan más.