BMW Serie 3 (2003) | Impresiones de conducción del 330 Ci Cabrio SMG

11/03/2003 |Javier Moltó

El 330 Ci cabrio me ha sorprendido gratamente por su rigidez, su capacidad de absorción de irregularidades, la total ausencia de crujidos en el interior y lo adecuado que este bastidor a este motor.

Por carreteras onduladas de piso muy irregular, con grandes ondulaciones en mitad de fuertes apoyos, el 330Ci Cabrio pasa sin inmutarse. Hasta un límite muy alto, se puede pisar el freno en mitad de la curva sin miramientos, o a la entrada, o acelerar, o girar el volante todavía más en pleno apoyo y el coche no se inmuta.

Lo conduje por la serranía de Ronda, en un día de lluvia intermitente. En las zonas onduladas, la sensación que transmitía era la de un coche con unos recorridos de suspensión muy largos, capaces de absorberlo todo. Largos recorridos de suspensión, pero con un adecuado tarado de a suspensión, que en asfalto liso recuerda a lo que se exige de un deportivo. El sistema de control de estabilidad (DSC para BMW) actúa en situaciones resbaladizas, como las que había en algunos tramos de la carretera, pero sin restar un ápice de satisfacción para los conductores que disfruten con la conducción deportiva.

Además de los retoques de la carrocería, la modificación más relevante introducida en los Serie 3 Cabrio es la caja de 6 marchas SMG, del tipo de mando secuencial, con palanca el piso y mandos en el volante. BMW no ha pretendido hacerla deportiva, por lo que en realidad la sexta es una marcha de desahogo. El salto entre las cinco primeras marchas no ha variado con relación a la caja anterior.

La disposición de la palanca es la que se utiliza en los vehículos de competición, hacia atrás para subir de marchas y hacia para reducir. Las levas del volante funcionan con el mismo principio, con el inconveniente de que giran con el volante y sólo se pueden utilizar con rapidez en rectas.

Para las reducciones funciona perfectamente, pero para aumentar marchas es algo lento. Le pregunté al ingeniero responsable por qué no hacían un cambio más rápido (que recordara al SMG II, le dije) y me contestó que por motivos de confort.

Un cambio más rápido exige mayores fuerzas en la transmisión y se producen mayores ruidos en la caja de cambios y en la transmisión posterior, y esos ruidos no se pueden permitir en un coche que no es un deportivo puro, me aseguró.

Yo le argumenté que un cambio lento tampoco es confortable (el Cambio SMG de BMW no es lento, pero podría mejorar en rapidez). Asintió. Dijo que ese tiempo de espera entre el paso de una marcha a otra no es relajante y que el coche más se frena cuando más lento sea el cambio, y por lo tanto más se mueven los ocupantes. Pero añadió que habían alcanzado el mejor equilibrio posible según su punto de vista. A mí, por pedir que no quede, me gustaría que mejorara la comodidad y que los cambios se realizaran con mayor rapidez.

Cuando se selecciona el modo manual, no cambia de marcha automáticamente aunque se llegue al límite de régimen de giro del motor y se produzca corte de la inyección, pero si reduce si el régimen del motor llega a ser demasiado bajo. Cuando se elige modalidad manual tampoco funciona el kick-down (un interruptor al final del recorrido del acelerador que sirve para engranar la marcha más corta posible). A mi juicio, que no lo haga es desaprovechar una oportunidad de hacer que la electrónica juegue a favor del conductor.

Aun cuando se circula en modalidad automática, se pueden presionar en cualquier momento las levas del volante o la palanca y se recupera el control manual del cambio.