Audi A4 Avant (2016) | Impresiones de conducción

08/02/2016 |Enrique Calle (@QuiqueCalle)

El Audi A4 con motor Diesel de 190 caballos de potencia (y cambio automático, que así es como lo he probado) es mejor por consumo que por lo que acelera. No es lento, pero otros rivales con menor potencia son igual de veloces. Es el caso del Mercedes-Benz Clase C 220 BlueTEC 7G-TRONIC PLUS Estate, de 170 CV. Quizá algunos conductores echen en falta un empuje ligeramente más intenso cuando se circula cargado y es necesario ganar velocidad de forma inmediata. 

Lo que sí que hace muy bien, y aparentemente con gran facilidad, es mantener una velocidad elevada en vías rápidas, como puede ser una autopista. Esta sensación se ve reforzada porque el interior está bien insonorizado del ruido que produce el motor, salvo cuando éste está frío o funciona al ralentí. Si se va a circular mucho por ciudad y se valora sobremanera el silencio de marcha, quizá tenga sentido elegir un motor de gasolina. Pero fuera de ella, el Audi A4 Avant 2.0 TDI 190 CV apenas deja pasar ruidos a su habitáculo.

El cambio de marchas automático no me ha satisfecho por completo, como por ejemplo, sí lo hace el del BMW Serie 3 o el del Mercedes-Benz Clase C. Por una parte, no permite maniobrar con toda la suavidad que a veces se requiere. En segundo lugar, en ocasiones es difícil dosificar con el acelerador la entrega de potencia que se necesita; por ejemplo, cuando se desea salir de un semáforo con agilidad, a veces se obtiene una aceleración más brusca que la deseada. La mejor cualidad de este cambio automático de doble embrague (S tronic) es que resulta muy rápido a la hora de elegir entre una u otra velocidad.

El consumo durante el periodo de prueba ha estado por debajo de 6,5 l/100 km haciendo más kilómetros por carretera que por ciudad y no siempre conduciendo con suavidad. Es posible que el consumo sea menor si se conduce a velocidad sostenida. Por ejemplo, en nuestro recorrido habitual de autopista de 143 kilómetros a una media real de 120 kilómetros por hora, consumió 5,6 l/100 km, que es un dato muy bueno. Un Mercedes-Benz Clase C 220 BlueTEC 7G-TRONIC PLUS Estate consumió 6,2 litros en el mismo recorrido.

Algunas versiones del Audi A4, como es el caso de la versión Diesel de 190 caballos con tracción delantera, tienen de serie un depósito de solo 40 litros. Es un depósito pequeño, pero dado que el consumo es bajo, la autonomía es aceptable. Sin embargo, parece mucho más conveniente elegir el depósito de 54 litros, que es una opción sin coste (y es de serie en otras versiones del Audi A4).

Audi ofrece otras tres configuración para la suspensión: la de serie, una deportiva (con un ajuste más firme) y otra denominada «sport de dureza variable», que tiene amortiguadores controlados eléctricamente y está orientada a una conducción más deportiva.

Con la suspensión deportiva se gana algo de precisión respecto a la de serie. También se nota una sacudida más intensa al sobrepasar los baches, especialmente cuando el coche transporta poco peso (con carga, la suspensión da la impresión de ser más cómoda). Me parece difícil recomendar una u otra; lo que sí puedo decir es que la deportiva no tiene una configuración excesivamente radical. Para quien desee lo mejor de las dos anteriores, quizá tenga la solución en la suspensión de dureza variable.

Es posible combinar la suspensión deportiva con las ruedas de serie (miden 225/50 R17). Nuestra unidad de pruebas tenía la suspensión deportiva con unas ruedas opcionales de medida 245/40 R18 (los neumáticos eran unos Hankook Ventus S1 evo2). La distancia de frenado de 120 a 0 km/h en esta tabla comparativa ha sido obtenida sobre suelo húmedo.